La educación es un acto sublime con el cual podemos hacer que una persona construya sus sueños, convertirse en lo que sueña y ser alguien útil a la humanidad a través del trabajo que realice, explica Teresa de Jesús García Gasca, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro.

Porque la educación, añade la doctora en Ciencias de los Alimentos, es el motor que mueve al mundo, permite cambios, el desarrollo del pensamiento crítico, aunque en nuestro país lamentablemente quienes toman las decisiones a nivel gubernamental no siempre tienen esta visión y la ven como un problema económico, no como una inversión que va a enriquecer a la sociedad a través del conocimiento.

Y entonces, añade, debemos luchar para que la educación tome el lugar preponderante que necesita la nación y quienes gobiernan se den cuenta que para eso estamos en las universidades, en las escuelas, para trabajar de la mano por el país.

“Esto lo viví durante la pandemia de covid-19, donde propusimos el desarrollo de una vacuna. Teníamos 8 proyectos, pero no se invirtió en ninguno. Este ejemplo de la vacuna lo traigo a colación porque la displicencia y el desdén del gobierno apagaron estos proyectos, porque no hubo interés ni confianza en lo que hacemos en las universidades de México y eso es grave”.

Teresa de Jesús García Gasca recibirá el Premio Crónica en Comunicación pública este 18 de octubre, en representación de la Universidad Autónoma de Querétaro.

¿Cómo se sienten la rectora y la comunidad de la UAQ con el Premio Crónica?

Muy agradecidos y contentos. La Universidad Autónoma de Querétaro es una institución muy generosa, trabajadora, donde nuestro fin es el servicio a la sociedad y eso quiere decir que todo lo que hacemos en las aulas, en los espacios académicos, se tiene que traducir en cosas buenas para el bien común. Agradezco a Crónica que nos hayan volteado a ver y nos dé esta palmada en la espalada, porque estos abrazos significan oxígeno puro, que motivan y entusiasman para seguir adelante. Esto es parte del proceso de poder decir: mira, se notó que hicimos algo, que estuvo bien y qué bueno, pero esto nos tiene que impulsar a seguir adelante y hacerlo mejor.

¿Seguir adelante, qué significa para Teresa García y la comunidad de la UAQ?

Enfrentar los retos que vienen porque la educación es una cuestión dinámica, nunca estática y siempre habrá cambios. No se puede pensar que ya se logró llegar a la meta y eso fue todo. Al contrario, uno llega a la meta y ésta se convierte en el punto de partida para la siguiente travesía.

Entonces, lo que viene para la UAQ y la educación pública a nivel superior son grandes retos que están relacionados con tiempos poscovid y, por otro lado, una nueva generación de jóvenes que miran las cosas de otra forma, que tienen a la mano mucha información y la necesidad de que las cosas sean rápidas, que se tomen decisiones expeditas, algo distinto a los jóvenes en mi generación.

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Así que las universidades debemos ponernos al nivel. Vienen nuevas tecnologías y un primer paso es la inteligencia artificial, que va a darle a la humanidad muchas cosas, está la comunicación a distancia en tiempo real…, y todo esto nos obliga a cambiar de forma estructural la manera en que tenemos hoy concebida el proceso de enseñanza aprendizaje.

Por otro lado, en este camino de ser una universidad pública que está dedicada a la sociedad, debemos seguir actuando con responsabilidad social para que nuestros egresados y todas las acciones que realizamos al exterior, sean para el bien común.

¿Cuáles son los riesgos que enfrenta hoy la educación pública superior?

Creo que no sucede de la misma forma en todo el mundo. Hay países que tiene más en claro la importancia de la educación, de la ciencia y tecnología, de tal suerte que desde las decisiones que toman los gobiernos se acude a la academia para tener y contar con la opinión experta.

Esto no sucede en nuestro país y lamentablemente pareciera ser que la educación pública sigue siendo una carga y no una inversión, o más bien, se sigue pensando que es una carga. Lo cierto es que nunca ha sido una carga.

Por ello necesitamos un cambio estructural y de fondo con respecto a la forma en que estamos viendo la educación. La educación es ese proceso sublime, con el cual podemos hacer que una persona pueda construir sus sueños, verse en el futuro, convertirse en aquella persona que sueña con ser, pero que además en ese sueño le sea útil a la humanidad a través del trabajo que realice.

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Aunque para tener este proceso en alto, en México tendremos que picar piedra, porque lamentablemente no siempre quienes toman las decisiones a nivel gubernamental, tiene esta visión y casi siempre lo ven como un problema económico y no como algo que va a enriquecer a la sociedad a través del conocimiento.

Porque lo cierto es que la educación es el motor que mueve al mundo, permite los cambios y el desarrollo del pensamiento crítico, el aprendizaje, la crítica en el sentido propositivo y en México parece ser que sigue siendo una carga económica más que una inversión.

EDUACIÓN A DISTANCIA

La doctora Teresa de Jesús García toca un tema central: La educación virtual. Explica que por esta nueva dinámica no debemos permitir que nos despersonalicemos, es decir, si bien una pantalla puede llegar a cualquier lugar, no debemos despersonalizar el proceso educativo, porque éste siempre debe ser mirándonos a los ojos, entre seres humanos.

En este sentido, añade, se deben generar estrategias donde haya personas que faciliten el conocimiento in situ, aunque el docente esté a distancia.

“Es cierto que debemos pugnar por aulas virtuales, pero éstas deben estar siempre acompañadas de alguien que sea el facilitador del proceso enseñanza-aprendizaje, porque el aprendizaje es un sentido de admiración por lo que hace la otra persona, que te contagia de lo que dice, te enamoras de lo que habla y cómo lo hace.

¿Es lamentable esta miopía de ver a la educación como una carga y se perderán jóvenes con talentos excepcionales?

Es por lo que tenemos que luchar. Creo que cada vez somos más personas las que estamos convencidas de que necesitamos fortalecer al sistema educativo en México, desde preescolar hasta posgrado, pero con esta visión: dotar de conocimientos a jóvenes, a niñas y niños para que puedan tomar las riendas de nuestro país y del mundo en X cantidad de años.

Por eso debemos luchar para que la educación vaya tomando el lugar preponderante que necesita la nación y quienes gobiernan se den cuenta que para eso estamos en las universidades, en las escuelas, para trabajar de la mano por el país.

Esto lo viví durante la pandemia, donde propusimos el desarrollo de una vacuna. Teníamos 8 proyectos los que estaban en el consorcio a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores y no se le invirtió a ninguno.

Se le invirtió a un proyecto mil millones de pesos, que es la vacuna Patria, y no ha sido suficiente. Sabemos que la vacuna más económica que se utilizó en los momentos de emergencia costó 2 mil millones de pesos. No podemos simplemente pensar que no vale la pena invertir en algo que es importante y necesario.

Este ejemplo de la vacuna lo traigo a colación porque la displicencia, el desdén del gobierno respecto a estos proyectos, que eran muy buenas plataformas con mucho talento, se apagaron porque no hubo interés ni confianza en lo que hacemos en las universidades de México. Eso me parece muy grave y porque es justo lo que digo: parece ser que los presupuestos se asignan a las universidades por asignarse, pero sin ningún plan estratégico para incrementar el conocimiento y ese conocimiento se convierta en soluciones reales para la gente. Ahí es donde hace falta mucho trabajo y sensibilidad.

Porque hay algo maravilloso: el conocimiento siempre es algo nuevo que deslumbra.

El conocimiento también es poder, porque nos permite tomar mejores decisiones, porque nos permite conocer otras culturas, idiomas, otras formas de pensar, porque nos permite descubrir cosas que no sabíamos y que nos van a maravillar.

Y a lo mejor esas cosas que no sabíamos serán la llave que abran las puertas y permitan ver horizontes con enormes de posibilidades de desarrollo y crecimiento. Quienes tienen la oportunidad de pisar las aulas, de este porcentaje tan bajo en el país que termina su carrera universitaria, tienen la posibilidad de soñar hasta el infinito, porque con su carrera universitaria pueden hacer sus posgrados, trabajar en el lugar de sus sueños, viajar, conocer gente. El conocimiento nos permite abrir nuestras mentes y éste se hace infinito, porque entre más te adentras en el conocimiento, más quieres saber, más te emociona y apasiona. Y si te desarrollas en eso que elegiste, te sientes pleno al estar en el lugar preciso haciendo lo que te gusta y en beneficio de la gente.