Cultura

Donan la obra completa de Cristina Pacheco a la Biblioteca Casul de Escritoras

Siempre quise ser periodista y contar historias. Lo logré y eso es una maravilla, señala la autor de "Cuarto de azotea"

Cristina Pacheco (centro) en el Salón del Vitral de la Casa Universitaria del Libro.

Cristina Pacheco (centro) en el Salón del Vitral de la Casa Universitaria del Libro.

“Siempre quise ser periodista y contar historias. Lo logré y eso es una maravilla, pero debo de decir que tuve que dar mi brazo a torcer durante 3 años en que me convertí en hombre… y fue muy grato”, relató la escritora, conductora de televisión y periodista, Cristina Pacheco, en conversación con colegas periodistas y con sus lectores sobre su obra y trayectoria y experiencias.

Sentada junto a los periodistas Guadalupe Alonso Coratella, José Luis Martínez S., en el Salón del Vitral de la Casa Universitaria del Libro (Orizaba #24, Colonia Roma Norte, CDMX), Cristina Pacheco indicó que ser mujer fue un obstáculo extra para abrirse paso en el periodismo, en una época en que se perseguía que las mujeres se movieran por la Ciudad.

“Era un riesgo de que hicieran cosas “malas” si se metían o desplazaban de lugar. Debían estar en un sitio donde pudieran vigilarte tus padres, hermanos, tíos… todo mundo estaba para la vigilancia”.

Por sugerencia de Nikito Nipongo, la escritora comenzó a firmar con nombre masculino, que ella eligió fuera Juan Ángel Real, sin revelar su identidad a nadie. Sólo el mismo Nikito, José Emilio y Monsiváis lo sabían.

“Dijo para evitarse problemas por los temas que usted trata, porque no son temas de mujeres. Yo trataba temas de mi barrio Tacuba, de matanceros, de prostitutas, ladrones… y entonces Nikito me dijo si usted firma eso como mujer, nadie la va a leer”.

“El nombre me dio una libertad absoluta. Hacía cuentos sobre el baño a dónde van los boxeadores; sobre Socorro la prostituta que nos ayudaba a todos en el barrio con dinero y no la veíamos de menos; era algo natural, no había esas separaciones o no podíamos darnos ese lujo, no lo sé, pero en esos años encontré mi camino ahí y luego otros. Por lo pronto conté muchas cosas ahí en la serie que se llamaba Ayer y Hoy, si no mal recuerdo”, continuó.

También recordó que hubo una época en la ciudad en que podías acceder a muchos lugares gracias al apoyo de la gente local, mientras que ahora muchos espacios son inaccesibles a causa del narco y la violencia.

“De alguna manera, ella [la ciudad] es mi sombra, mi voz, la persona que me dicta historias; la persona que me aparece y desaparece, que me aparece por antigua, oscura, misteriosa e inteligente, pero, en estos momentos, la Ciudad de México me duele terriblemente”, expresó.

En sus primeras andanzas post-pandémicas, realizadas paulatinamente por cuestiones de seguridad, Cristina observó que hay muchos sitios a los que no se puede regresar, mientras que hay otros a los que prefiere no volver porque se han convertido en una máscara.

Para ella, la ciudad debe tener sus puntos de partida y encuentro, “sus faros”; y su belleza consiste en la conservación, en sus paredes, de la marca del tiempo.

“Pienso que esta ciudad está tomada por los miedos y el miedo a sufrir el peligro que acecha. Es lamentable y hay que decir en defensa de la literatura, el periodismo, la televisión y la radio: muchas de las ciudades que uds. y yo conocimos, recorrimos, amamos y dejamos huella ya solo existen en el palabra escrita. Qué bueno que la palabra no muera”, agregó.

DONACION.

Este miércoles, como parte de las actividades gratuitas de la Noche de Museos, en la Casa Universitaria del Libro se realizó la ceremonia oficial de sellado y entrega de la obra publicada completa de Cristina Pacheco a la Biblioteca CASUL de Escritoras, que de momento ya cuenta con títulos de Elena Poniatowska, Margo Glantz y la Colección Vindictas.

La donación de obra publicada de Cristina Pacheco incluye libros como “El corazón de la noche”, “Cuarto de azotea”, “Zona de desastre” o “La luz de México: entrevistas con pintores y fotógrafos”, los cuales estarán disponibles en este recinto para cualquier visitante que se interese en su lectura y consulta.

Posteriormente, la escritora, conductora de televisión y periodista conversó con sus colegas periodistas, así como con sus lectores y admiradores.

Durante la sesión de preguntas, las y los asistentes reiteraron su cariño y admiración hacia Cristina Pacheco, quien inspiró muchas trayectorias laborales y cuyo trabajo fue elemental en la formación de muchas personas.

Al concluir la sesión, algunos asistentes descubrieron papelitos bajo sus asientos que pudieron canjear por libros de Cristina Pacheco y, finalmente, se llevó a cabo un recital de piano, a cargo de Armando Merino.

La obra completa publicada de Cristina Pacheco se ha reunido gracias al apoyo de Editorial Océano, Librería La Torre de Lulio y la familia Pacheco. Los horarios de visita a la Biblioteca Casul de Escritoras son de lunes a viernes, de 10 a 18 horas; sábados de 10 a 14 horas. Se debe solicitar su acceso al personal de la entrada.

Para consultar la cartelera completa visita www.casul.unam.mx