
El elíxir de amor” (1832) de Gaetano Donizetti (1797 – 1848) es una ópera cómica muy apropiada para introducir al universo de la ópera, al público nuevo, si es que se realiza con un alto nivel de calidad, entonces el resultado es muy satisfactorio.
Esta obra fue compuesta en tan sólo solo trece días, a decir del mismo Donizetti. Fue un éxito desde su estreno en el Teatro Della Canobbiana, en Milán, Italia. Libreto de Felice Romani, está basado en “Le Philtre” (La poción) de Eugène Scribe. El elíxir de amor, tiene como la comedia del arte personajes de todos conocidos: Nemorino: el ingenuo e inocente aldeano conquistador, Adina: la altanera, rica y caprichosa, Belcore: el arrogante sargento y Dulcamara: el taimado pero simpático embustero, vendedor de pueblo en pueblo “Doctor Enciclopédico” Se trata de una ópera llena de hermosas melodías, de inolvidables números, como la famosa aria “Una furtiva lágrima”, cumbre del canto italiano, que por cierto es el único número en toda la ópera donde toca el arpa, lo cual hace suponer a muchos, que Donizetti la interpoló de otra obra.
Desde el 2015 que no se montaba esta obra tan querida del público en nuestro máximo escenario y con este título termina la temporada 2023 de Ópera de Bellas Artes (OBA) e inicia la gestión de su flamante nueva directora: María Katzarava.
En el sonido local se anunció que tanto el tenor como el bajo, se encontraban enfermos de la garganta, por lo que no podrían cantar al 100% y se evidencia así, que la OBA trabaja sin suplentes, lo cual es un enorme riesgo, no obstante, se hicieron las funciones; The show must go on.
Diego Silva, tenor mexicano que encarnó el Nemorino, no pudo lucir lo mejor de su arte vocal debido a su inoportuna enfermedad, sin embargo, cumplió en lo actoral y sacó adelante las funciones, el público le aplaudió cariñosamente.
Génesis Moreno, soprano venezolana que interpretó la Adina estuvo estupenda, poco exagerada en lo actoral y algo estridente en los agudos hizo una actuación memorable: fiorituiras bien hechas, agudos firmes, gracia juvenil, voz clara, frescura y verdad escénica, enhorabuena a esta joven miembro del Estudio de la Ópera de Bellas Artes (EOBA)
Juan Carlos Heredia, barítono mexicano nacido en Chihuahua, interpretó al Belcore, y junto con la soprano fueron los triunfadores de la noche. Se trata de un excelente barítono lírico, que resolvió inteligentemente su difícil personaje, buena presencia escénica, aunque algo exagerada su actuación lo cual puede deberse quizá a los requerimientos de los directores de escena.
¿Por qué dos directores de escena? (Luis Martín Solís y Erika Torres) además de asistente de dirección escénica. (En otras ocasiones ha habido diseñador de movimiento escénico y de combate y coreógrafos con sus respectivos asistentes, en óperas donde no hay baile) ¿No es eso inflar innecesariamente el de por sí escuálido presupuesto para la ópera? Muy exagerada la “comicidad actoral” de la escolta de Belcore, cabe recordar que, en el teatro, menos es más.
Mención aparte merece Noé Colín, como ya lo hemos dicho, es el mejor bajo mexicano, y el que más ha brillado en el extranjero, lo cual se dice fácil. Se desempeña como pez en el agua en roles dramáticos y cómicos, aunque nos parece que lo suyo es lo cómico pues su gran vena festiva lo proyecta como un verdadero cantante actor, a quien que las óperas de Rossini y Donizetti le vienen de maravilla. Interpretó, mermado de facultades por su padecimiento laríngeo, el merolico Dulcamara. Cantó como pudo, y sacó adelante el trabajo con puro colmillo actoral: hizo reír al público y disfrutar de esta obra.
Muy eficiente la joven Damaris Lezama, miembro ella también del EOBA, interpretó a la Gianetta.
El Coro bien en general, pero super estridentes a ratos.
Director invitado del Coro, Alfredo Domínguez: toda una institución en la ópera mexicana.
Dirección Orquestal a cargo del norteamericano Arthur Fagen que no hizo nada que un buen director mexicano no pudiera hacer y quizá hasta mejor. Invitar a un extranjero implica aviones, hotel y alimentación durante semanas y si los resultados no son muy meritorios es un gasto injustificado.
Enhorabuena a la OBA por este muy digno cierre de temporada.
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