Cultura

Gran expectación por el "Parsifal " en realidad aumentada que abre Bayreuth

La ópera inicia hoy el Festival Richard Wagner

La expectación ante el estreno es alta, también en lo musical.

La expectación ante el estreno es alta, también en lo musical.

El Festival Richard Wagner de Bayreuth se vuelca en "Parsifal", tanto en la apertura de su elitista temporada como en conciertos al aire libre y gratuitos, en su ciclo para el público infantil o un elemento acaparador de comentarios: las gafas de realidad virtual aumentada AR.

Al director español Pablo Heras-Casado le corresponde el honor de inaugurar la temporada con el "Parsifal" ideado por el estadounidense Jay Scheid, que incorpora esa realidad virtual complementaria y también algunas complejidades técnicas.

Los 330 privilegiados cuya entrada incluye las AR deben pasar antes por los mostradores donde se adapta cada ejemplar a sus características -sea correctivo óptico, para quien precisa gafas, o forma de la nariz, para asegurar un asentamiento óptimo del aparato.

Los restantes entre los 2.200 asistentes que verán la función sin esas gafas no deben considerarse "espectadores de segunda", explicó a EFE Heras-Casado, previo al estreno. Como todo el mundo sabe, desde los técnicos a los artistas, en Bayreuth lo único primordial es la música de Wagner; la AR es apenas un complemento.

La expectación ante el estreno es alta, también en lo musical. Heras Casado (Granada, 1977) es el primer español que dirige una nueva producción en los más de 150 años de historia del festival. "Parsifal", estrenada en 1882, es la última de las óperas compuestas por Wagner y la única concebida expresamente para ser representada en Bayreuth, recordó a EFE el maestro español.

Las entradas para cada una de las funciones de esta pieza están agotadas, algo que no ocurre, por ejemplo, con la reposición del "Anillo del Nibelungo" de Valentin Schwarz. La gerencia del festival incrementó este año el precio de las entradas en un 6 % -más o menos el nivel de la inflación-, pero tal vez éste no sea el único factor disuasorio para la tetralogía, sino las duras críticas y los abucheos que cosechó el año pasado en su estreno Schwarz con su ciclo en formato "Netflix".

Previo a la inauguración de la temporada, que de acuerdo a la tradición de la casa tiene lugar el 25 de julio, hubo un concierto al aire libre, en las praderas y jardines que envuelven el teatro construido en la verde colina de Bayreuth entre 1872 y 1876, de acuerdo a las instrucciones del genial compositor y con el mecenazgo del rey Luis II de Baviera, el llamado "Rey Loco".

También ahí el protagonista fue "Parsifal", con Markus Poschner a la batuta, aunque en este caso se limitó a la apertura de la ópera. Siguió el concierto con un programa popular que combinó George Gerschwin, Aerosmith, piezas de Verdi y de Strauss, entre centenares de asistentes sentados en la hierba a modo de picnic o en sillas plegables acarreadas desde casa.

La fórmula de conciertos al aire libre es una de las novedades implantadas por la biznieta del compositor y directora del festival desde 2008, Katharina Wagner, primero con su hermanastra Eva Wagner-Pasquier y desde 2015 en solitario. También lo es el ciclo de óperas adaptadas al público infantil -niños entre 8 y 12 años-, que este año programa un "Parsifal" dirigido por Azis Sadikovic.

La ecuación entre el tradicionalismo de un festival volcado en exclusiva al culto a Wagner y la necesidad de innovar es el sello de identidad de Katharina. Junto a la incorporación de ingenios técnicos, como las gafas AR, su búsqueda se plasma en la incorporación de nuevos nombres a su elenco.

Heras-Casado, quien sitúa su cuna wagneriana en el Teatro Real de Madrid, donde dirigió "El holandés errante" en 2014 y luego "El Anillo", a partir de 2018, es una de esas bazas innovadoras. Le acompañará Nathalie Stutzmann, quien debuta en Bayreuth con "Tannhäuser", la ucraniana Oksana Lyniv, quien repone "El holandés errante", y el finlandés Pietari Inkinen, al frente del "Anillo" de Schwarz.

Es la primera temporada desde hace 25 años sin el alemán Christian Thielemann, a quien Katharina Wagner convirtió en director titular de Bayreuth, pero que el año pasado dejó la verde colina wagneriana.