Cultura

“Las sociedades pocas veces se preguntan por qué una mujer ejerce la prostitución”

Presenta su reciente novela “Personas decentes”, la historia de cuatro asesinatos que debe resolver Mario Conde. Trato de tener una actitud no compasiva sino comprensiva con el fenómeno de la prostitución femenina, añade.

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Trato de que se vea la vida de estas mujeres en las condiciones en que se desarrollaba y porqué tuvieron que optar por la prostitución, dice Leonardo Padura.

Trato de que se vea la vida de estas mujeres en las condiciones en que se desarrollaba y porqué tuvieron que optar por la prostitución, dice Leonardo Padura.

FIL DE GUADALAJARA

“Muy pocas veces las sociedades se han preguntado por qué una mujer ejerce la prostitución y no han tratado de comprender que es un fenómeno de carácter económico, de carácter clasista y de carácter sexista”, expresó el escritor cubano Leonardo Padura (1955) a propósito de su novela “Personas decentes”, donde aparecen cuatro crímenes, algunos de ellos, de mujeres asesinadas a inicios del siglo XX cuando uno de los hombres más poderosos de Cuba era un proxeneta.

“Son cuatro asesinatos y en ninguna de mis novelas policiacas había habido tantos, yo resuelvo mis novelas con un muerto porque me basta para contar lo que tengo que contar: la parte policíaca es el pretexto para entrar en una mirada de la sociedad e historia cubana”, dijo.

A partir de esos cuatro crímenes Padura se adentra a 1910, momento de frustración porque un proxeneta, Alberto Yarini y Ponce de León, era el hombre más famoso de La Habana; y también al año 2016 cuando la isla vivió una euforia social económica gracias a la política de Barack Obama que no trascendió ya que un año después llegó a la presidencia Donald Trump.

Sobre el auge de la prostitución en Cuba, el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015 detalló que está vinculado con la devastación de la guerra de independencia.

“El capitán general español Valeriano Weyley ensayó en Cuba lo que después serían los campos de concentración, hizo un proceso que se llamó la reconcentración, metió a los campesinos en las ciudades para que no le dieran apoyo al Ejército Libertador y ahí murieron muchísimas personas de disentería, tuberculosis, viruela, fiebre amarilla. Murieron gran cantidad de hombres y quedó una gran cantidad de mujeres sin protección”, narró.

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Las opciones que tenían las mujeres de aquella época de difícil acceso al estudio y con pocas posibilidades laborales más allá de ser trabajadoras domésticas, fue la prostitución.

“En la novela trato de tener una actitud no compasiva sino comprensiva con el fenómeno de la prostitución femenina, ¿en qué sentido? esta novela se llama “Personas decentes” pero las sociedades nuestras, específicamente este mundo nuestro católico y occidental, ha considerado siempre a las prostitutas como personas indecentes y las ha condenado, las ha castigado, las ha marginado, las ha humillado”, dijo.

La novela.

La novela.

En ese desprecio, al parecer, no cabe la pregunta del por qué una mujer ejerce la prostitución, añadió.

“Trato de que se vea la vida de estas mujeres en las condiciones en que se desarrollaba y porqué tuvieron que optar por la prostitución. No las condeno, al contrario, hay varias de estas mujeres que demuestran tener un espíritu de participación, de búsqueda de una vida mejor, una de las mujeres es asesinada porque quería dejar la prostitución, quería encontrar una vida mejor y eso le costó”.

Padura comentó que el proxeneta Yarini tenía características especiales: pertenecía a una familia de la aristocracia cubana, su padre era el odontólogo más famoso de la isla y una familia materna con un origen que se remonta a la colonia.

“Yarini era un líder nato y esa misma capacidad de atracción lo hizo acercarse a la vida política en La Habana de estos momentos. En la novela, el policía Arturo Saborit llega a La Habana para trabajar en la zona de tolerancia, el barrio de la prostitución, y ahí empiezo la relación de cercanía con Yarini, con un primer asesinado cruento de una prostituta que aparece descuartizada, y después un segundo”, expresó.

RESURGE PROSTITUCIÓN

La historia que sucede en 2016, el detective Mario Conde ya tiene 62 años y vive otro momento eclosión de La Habana: la llegada del presidente Obama, el concierto gratuito de Rolling Stones, la grabación de “Rápido y Furioso” y las visitas de las Kardashian y Rihanna.

“Se movía el dinero, fue un momento de esperanza de que las cosas podían mejorar después de años de crisis, una posibilidad que abrió la política de Obama y en ese momento, en la novela, ocurre un asesinato de un personaje bastante oscuro de la historia cubana reciente: Reynaldo Quevedo, uno de los directores de la represión cultural que se vivió en Cuba en los años 70, período llamado el quinquenio gris o el decenio negro de la cultura”, indicó Padura.

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El autor de “El hombre que amaba a los perros” explicó que hubo procesos de parametración, es decir, el gobierno estableció determinados parámetros que debían cumplir los artistas y docentes para ser representativos de la cultura en Cuba.

“Para que tengas una idea hasta qué punto fue drástico y terrible ese proceso, entre los artistas marginados fueron José Lezama Lima y Virgilio Piñera, dos de los grandes escritores en el siglo XX cubano que murieron en la marginación”, detalló.

Padura señaló que los años de 1910 y 2016 se pueden mirar en un espejo y verse reflejados. “La prostitución a la que me referí de 1910 hoy está, en el bar-restaurante al que llega a trabajar Conde también hay prostitutas, es decir, la prostitución ha resurgido en Cuba después de un momento en que prácticamente se erradicó”.

CUBANOS EN LA BÚSQUEDA

En conferencia de prensa, el autor comentó que desde hace diez años en Cuba se abrieron pequeños negocios privados, la mayoría son restaurantes, hoteles y bares, no obstante, son inaccesibles para la población.

“En el 2016 era más fácil tener acceso a esos lugares, en estos momentos es complicado porque se está viviendo un proceso de inflación brutal a partir de un intento de unificar las dos monedas que circulaban en Cuba. Los precios son difíciles de pagar para la mayoría, te puedo asegurar que hay entre 70 y 80 por ciento de cubanos que nunca ha entrado”.

En los bares, indicó, una cerveza cuesta alrededor de 4 dólares y con el cambio actual un médico en Cuba gana 25 dólares al mes al mes.

Quienes tienen uno de estos negocios son los que en Cuba llaman “en la búsqueda”, es decir, las personas en búsqueda de obtener fondos por vías alternativas

“Existen leyes en Cuba y si no las respetas puedes ser castigado, puedes ser multado, puedes ser condenado pero hay una gran cantidad de personas que en algún momento tiene que cruzar las leyes de la legalidad y pasar a un margen de la ilegalidad, en estos momentos el único mercado que funcionan Cuba es el mercado negro”, indicó

Padura añadió que es muy difícil vivir estrictamente dentro de los márgenes de lo que las leyes determinan como como legal, como permitido. “Entre lo que se puede hacer y no se puede, la gente tiene que moverse porque no solamente es la búsqueda, son las alternativas y las estrategias de supervivencia que la gente tiene que aplicar”.