Cultura

• El teatro comunitario es democracia participativa

XXVIII Encuentro Internacional Comunitario de Teatro Joven y el Laboratorio de Cuerpos, Subjetividades y diversidades: experiencias compartidas sobre el teatro comunitario para la transformación de políticas públicas

claustro de sor juana

Una oportunidad para reflexionar acerca de la incidencia social y política del Teatro Comunitario

Una oportunidad para reflexionar acerca de la incidencia social y política del Teatro Comunitario

Especial

Considerando las recientes modificaciones que han presentado las líneas de participación a las convocatorias nacionales para la producción, programación y difusión de las artes y la cultura, cuando buscan fomentar la práctica del teatro comunitario, se hace preciso pensar y repensar en lo que significa este tipo de perspectiva creadora y, por tanto, se vuelve imprescindible retomar la experiencia de quienes llevan camino andado sobre estos procesos. Lo anterior, para problematizar la mirada que considera al teatro comunitario como el ejercicio vertical de llevar puestas en escena a ciertas comunidades en específico, sin considerar sus contextos, dinámicas, necesidades e, incluso, partiendo de la premisa de que los pueblos o los barrios no cuentan con expresiones artísticas y culturales auténticas que, en todo caso, requieren de apoyo para su continuación.

En este sentido, resulta por demás importante el esfuerzo realizado por los grupos de trabajo: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Arte y Política (CLACSO) y la Red Colombiana de Teatro en Comunidad, al materializar el XXVIII Encuentro Internacional Comunitario de Teatro Joven y el Laboratorio de Cuerpos, Subjetividades y diversidades, que reunió a artistas escénicos e investigadores para reflexionar y compartir las experiencias y los saberes desarrollados en sus trayectorias creativas.

De este modo, la reflexión colectiva encuentra consenso en la postura de plantear al teatro comunitario como una estrategia transformadora de la realidad concreta, que no puede ser impuesta, ni ofrecida en tanto dádiva, sino que, tiene que partir de los intereses de la propia comunidad siempre participante. Es, de esta manera y no de otra, como luego tendrían que emerger las políticas públicas que atiendan a la organización de las propuestas estético-políticas colectivas organizadas.

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Así, los artistas, académicos e investigadores convocados para el mencionado encuentro, hacen llamado para establecer redes de diversos tipos: primero, la que los propios artistas deben reconocer y procurar con las comunidades de las cuales son parte. Segundo, la de las comunidades entre sí y para poner en diálogo los diversos contextos, más allá de las fronteras. Tercero, la de los creadores (profesionales o no) con la academia y los investigadores, a fin de procurar una reflexión crítica que documente -y ¿por qué no? ponga en crisis o sirva de brújula- los resultados artísticos y su trascendencia para la organización social.

En este sentido, resulta trascendente la mirada que pone la práctica de las artes al servicio de las problemáticas comunes y para que el teatro sirva como ensayo y poíesis de sensibilidades más amplias, en donde el afecto haga florecer el ánimo necesario para el cuidado colectivo.

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Entonces, haciendo un breve recuento y parafraseando lo dicho por los participantes, me atrevo a condensar aquí las siguientes conclusiones tentativas, sobre lo que guía, define y da juego al así llamado Teatro Comunitario:

•Ante la comprensión del drama social, no es suficiente hacer teatro: se hace preciso realizar el cambio social.

• ¡El público quiere actuar!

•Los procesos de transformación también deben atravesar la organización de las agrupaciones teatrales.

•El teatro comunitario es memoria subalternizada.

•El arte busca con-mover la sensibilidad de la gente y, de este modo, germinar afectos colectivos.

•El teatro comunitario es capaz de producir políticas públicas relevantes.

•El ocio compartido es imprescindible para provocar el pensamiento crítico y la organización política.

•No se trata de llevar el teatro a las comunidades, el asunto es poner el teatro al servicio de las comunidades.

•El teatro comunitario es democracia participativa.

•El trabajo teatral comunitario necesita una lente que lo lea, registre y problematice desde la academia, para generar procesos de pensamiento crítico sobre sus prácticas estético-políticas.

•El teatro comunitario busca el cuidado colectivo y mejorar la calidad de vida comunitaria, entonces, su objetivo primordial no es hacer teatro.

* Profesora-investigadora de la Universidad del Claustro de Sor Juana