Cultura
De Teatro y Otros Convivios

Ni violación, ni violencia, como respuesta al quehacer creativo

La crítica teatral es constantemente interpretada tanto por quienes la hacen como por quienes la leen, como líneas que golpean: "¡Le diste fuerte!", dicen. Si mi ejercicio de escritura, incluso de forma inconsciente, tuviera ese mandato violentamente hueco, lo voy a desobedecer en este espacio. Quiero ser amable con quienes esta semana me regalaron consciencia, me permitieron conocerme y reconocerme en las historias de las otras, tocar mi dolor y resignificarlo a través de sus obras “Violencia” y “La violación de una actriz”, ambas de la Compañía Nacional de Teatro.

Escena de

Escena de "La violación de una actriz".

Cortesía de la producción

Son obras escritas, dirigidas y actuadas por mujeres, donde una se siente nombrada en las líneas argumentativas, en la sensible interpretación del elenco, en la gran densidad narrativa de ambas obras.

El trabajo creativo de la escenografía y el vestuario son hábilmente congruentes con los matices de las puestas en escena, todo lo colocado tiene un sentido, que iremos atrapando a lo largo de cada obra. Se siente el reto de crear ambientes imposibles, paradójicamente, bien logrados.

Es extraordinario ver a Amanda Schmelz en un segundo nivel del teatro, amenazando con el suicidio, en “La violación de una actriz”. Observar cómo el espacio donde presenta su actuación se convierte en el mismo que se desmantela frente a quienes somos público, desdibujando la línea entre la ficción y la realidad.

Mientras que en “Violencia” es alborotador ver a mujeres personificando la emociones de Viole (Mireya González) la protagonista, viviendo en el mobiliario de un departamento, saliendo de la alacena, la cama, el ropero, el excusado, el espejo; parecerían unas cuantas voces féminas, pero una se va dando cuenta que son millones de mujeres en esas cuantas.

Mujeres en la dirección

Brenda Contreras Paredes
La dramaturgia de ambas obras es tan inteligente que, si bien se generan a partir de la historia de una protagonista, es conmovedor ver cómo van cobrando importancia el resto de las actuaciones de los elencos, cuyo trabajo actoral es estupendo.

La suma de tanto acierto en estos dos complejos trabajos escénicos, me han aportado en demasía a mi proceso personal y colectivo, y, con toda la amorosidad de la que soy capaz, quiero agradecerles la generosidad de su invaluable trabajo artístico, no de dientes para afuera, como se diría popularmente, sino con la acción de mi trabajo como espectadora senti-pensante. De tal forma que las siguientes observaciones son tal y como la totalidad de este escrito, un gesto de agradecimiento a lo recibido.

Compañeras creadoras, en varios momentos sentí a “La violación de una actriz” cayendo en la re-victimización como consecuencia de replicar la realidad. Recordemos lo que han hecho de nosotras las historias narradas por masculinos: mostrarnos como las locas histéricas que se desangran anímicamente ante la pérdida del “amor de sus vidas”. Eso volvimos a ver en la obra, y, con un final donde se espera al violador, nos volvemos a perder de nosotras. Es mucho el camino recorrido con impresionante trabajo, no perdamos de vista lo señalado, al menos como mera consideración.

En cuanto a “Violencia”, que el logrado sentido del humor con el que podemos enfrentarla la violencia, no nos nuble las realidades; esa línea donde, después de que Viole habla de su miedo a que alguien extraño entre a su departamento y la viole o la mate, se menciona: 

"Te harían un favor", compañeras, a quien se le haya ocurrido este mensaje, no hay justificante para no quitarlo ya, y no creo que haya necesidad de decir por qué. Lo mismo cuando en un fragmento de la obra se alude a la fase pre-menstrual como un “por eso” del ánimo, consideremos que sí, nuestros cambios emocionales están relacionados con nuestro ciclo menstrual, pero esa forma sin empatía de referirse a él es históricamente violenta y evasiva para contactar con nuestra naturaleza cíclica. Finalmente, qué desagradable sigue siendo escuchar chistes homofóbicos como ese de “le truena la reversa”. Cuidado con el humor, compañeras, a veces es a costa de la insensibilidad.

Escena de

Escena de "Violencia"

ARISBETH LÓPEZ. DELGADO

Desvinculo de este espacio cualquier intención de ser maestra de algo o alguien, me sitúo en un lugar donde soy parte de este teatro integrador, de este convivio donde converge el diálogo escénico-emocional. Siento la inteligencia, potencia y sensibilidad de los trabajos creativos y no quisiera ser violenta con mi crítica, y sin embargo quizá lo soy, porque el camino para dejar de ser lo que este sistema nos programo es largo y complejo, pero en este camino a la horizontalidad, mi crítica, si así se quiere llamar, es, en realidad, un acto de reciprocidad, un acompañar porque me siento acompañada, un acto honesto y valiente como espectadora que se siente agradecida con todo lo que el teatro y sus involucradas (os, es), nos damos. 

*@andantaymala

"LA VIOLACIÓN DE UNA ACTRIZ"

Compañía Nacional de Teatro / Teatro UNAM

Dramaturgia: Carla Zúñiga Morales

Dirección: Cecilia Ramírez Romo

Elenco: Amanda Schmelz y Karla Camarillo

COORDENADAS

Teatro Juan Luis de Alarcón del Centro Cultural Universitario

Jueves y viernes 20:00 horas, sábados 19 horas y domingos 18 horas, hasta el 4 de diciembre.

General: $ 150 Jueves Puma $30

"VIOLENCIA"

Compañía Nacional de Teatro

Dramaturgia: Valeria Loera

Dirección: Diana Sedano

Elenco: Mireya González, Ana Paola Loaiza, Dulce Mariel, María del Mar Náder, Gabriela Núñez, Cecilia Ramírez Romo, Mariana Villaseñor, Óscar Serrano Cotán, Miguel Ángel López y José Covián alterna con Jorge León.

COORDENADAS

Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico hasta el 13 de diciembre.

Martes 20:00 horas

General: $ 155