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¿Colapsan los 49ers o el coach debe irse ya?

San Francisco se debate en una disyuntiva: ¿Ha colapsado la ventana de Super Bowl de los 49ers o la realidad es que Kyle Shanahan ha dado lo que tenía que dar, ha tocado techo y debe marcharse?

Es difícil ponerlo en esa perspectiva, pero dadas las circunstancias en que se han presentado las recientes, inesperadas y desalentadoras derrotas antes rivales divisionales (Carneros y Cardenales) las conclusiones son igual de drásticas que los resultados obtenidos.

Desde las derrotas en Super Bowl (ediciones 54 y 58) en que no pudo mantener una ventaja en el último cuarto hasta la increíble manera de dejar escapar el par de juegos ante Los Ángeles y Arizona, se pone de manifiesto lo que se ha barajado desde hace tiempo: Shanahan podrá ser una brillante mente ofensiva, pero no sabe cerrar un juego como entrenador en jefe; y lo anterior no sólo se ha visto al mando de los 49ers, sino desde sus épocas como el coordinador ofensivo de los Halcones de Atlanta que en el Super Bowl 51 cuando no pudo afianzar la inobjetable ventaja que tenía sobre los Patriotas de Nueva Inglaterra.

RECONOCIMIENTO PERSONAL

Shanahan ha fallado y él lo sabe, y por si eso sonara a crítica personal, no lo es, pues él mismo lo reconoció en la conferencia de prensa cuando señaló:

"En estos dos juegos divisionales creemos que deberíamos haber ganado con la ventaja que teníamos en la segunda mitad. Pienso que éste (ante Cardenales) fue peor que el de los Carneros en términos de que nos volvimos más descuidados, en términos de pérdidas de balón y cosas así. No anotar en la segunda mitad.

"Cuando tienes una ventaja sobre las personas, necesitas acabar con ellas. La forma de acabar con las personas es seguir puntuando. Y si no lo haces, no puedes darle la vuelta, porque entonces te enfrentarás a detener con tu defensiva al final.

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"Tuvimos un par de oportunidades al final, especialmente en ese cuarto intento, pero Kyler [Murray hizo una gran jugada. Pero esas son las jugadas que debes detener para ganar, especialmente cuando es apretado así”.

Quizá lo más significativo fue cuando dijo que deberían encontrar la manera de cerrar los juegos. Eso fue tajante y concluyente.

Es verdad que es odioso hacer comparaciones, pero no podemos abstraernos de la duda de preguntarnos ¿cómo habrían manejado tal situación, tal ventaja y casi con el juego en la bolsa, entrenadores de la vieja escuela como Tom Landry, Don Shula, Bill Walsh, Bill Parcells, Joe Gibbs, Bill Belichick o hasta el mismo Mike Shanahan, su padre? Sin buscar crear controversia, creo que todos ellos los habrían ganado.

De hecho, me viene a la mente esa invitación que el mismo Shanahan le hizo a Belichick en temporada baja para que se convirtiera en el coordinador defensivo del equipo, situación que fue rechazada por el decano entrenador. Ni dudar que lo habría aconsejado para cerrar esos juegos.

Con tales argumentos y declaraciones del mismo Kyle, quizá debamos reconocer que su techo es ser un gran coordinador ofensivo, incluso como maestro, pues no en vano la Liga ya tiene muchos de sus discípulos como algunos de los mejores y más imaginativos coaches ofensivos: Sean Mcvay con Carneros, Matt LaFleur con Empacadores, Mike McDaniel con Delfines.

OBSESIVO Y CONTROLADOR

Para mala fortuna del equipo, la ausencia de Christian McCaffrey ha pesado más de lo normal en el equipo, y digamos que ha sido más en un tono psicológico que físico, pues pareciera que la confianza se perdió al enterarse que es muy posible que MCM no juegue en esta temporada, y Shanahan haya limitado su libro de jugadas debido a su ausencia.

No es la primera ocasión que al coach de los 49ers se le tacha de obsesivo, de controlador total, y en ese aspecto mucho ha tenido que ver el andar de un equipo que se aprecia desconfiado, atado, lejos de la chispa de la espontaneidad creativa de todo el arsenal de creadores de juego con los que cuenta.

La semana anterior en su afán de demostrar que el mundo se equivocaba, mordió el anzuelo cuando analistas de NFL opinaron que Brandon Aiyuk se había convertido en el señuelo más caro de la historia, ya que al parecer los 49ers lo estaban usando como simple carnada para jalar doble marcación y así permitir el desmarque de jugadores como Deebo Samuel o Jauan Jennings.

Ante los Cardenales el plan de juego se centró en Aiyuk, ocho recepciones, una gran actuación, pero ¿y dónde quedaron los demás a la hora en que se necesitaban esos creadores de juego bestiales como Samuel, Jennings o el mismo Kyle Jusckyck? Simplemente se perdieron porque no estaban contemplados en ese plan de juego, y tristemente Shanahan difícilmente se sale de sus guiones ofensivos escritos, eso es una realidad que se ha visto en ambos Super Bowls.

ECOS DE INCERTIDUMBRE

La atmósfera esta enrarecida en el seno del equipo, se percibe desde los rostros de los jugadores en la cancha al final de un juego que saben debieron ganar, hasta la incomodidad ante las preguntas de los medios en la conferencia de prensa.

Curiosamente, el esquinero Charvarius Ward ofreció una pista de los que sucede al comentar a un reportero en el vestidor que se respira y se siente un ambiente raro en el equipo, pues todos están más que conscientes de que debieron ganar esos juegos (Carneros y Cardenales), y más raro aún “cuando vemos que tenemos tanto talento en el plantel y éramos señalados para llegar nuevamente al Super Bowl”.

La realidad es que el equipo no se ha encontrado como en los últimos años, quizá por eso fue Brock Purdy quien se atrevió a reconocer que “no nos hemos encontrado como equipo, esa es la realidad. Seguimos en busca de nuestra identidad, cada año hay cosas y gente nueva dentro y debemos de conjuntarnos para alcanzar lo que buscamos”.

Sin embargo, me quedó con las palabras de Nick Bosa, quien cree que no todo está perdido.

"No he perdido la confianza en el equipo. Es temprano, es un año largo. Hemos pasado por cosas peores y creo que responderemos bien".

Este jueves van a Seattle contra los Halcones Marinos, y aunque hay tiempo para rescatar la temporada, pues un triunfo los pondría en el liderato de la división Oeste, lo cierto es que ya no hay tiempo para tropiezos, y menos aún cuando en unas semanas se medirán ante Kansas City, su verdugo dos ocasiones en recientes Suepr Bowls.

Sin más, los 49ers y Shanahan se juegan la temporada este jueves. Para los jugadores una prueba personal, pero para el coach su credibilidad.

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