
A partir de la década de los 80 los investigadores sociales se han dado a la tarea de estudiar acerca del tipo de liderazgo que llevan a cabo las mujeres. Algunos autores afirman que las mujeres usan un estilo de liderazgo denominado “femenino”, en oposición al estilo “masculino”.
Marilyn Loden, sostiene que frente al estilo de dirección “masculino” caracterizado por la competitividad, la autoridad jerárquica, un alto control del líder y la resolución analítica de problemas, las mujeres prefieren y tienden a comportarse siguiendo un estilo de liderazgo alternativo, que la autora denomina “femenino”. Este estilo está caracterizado por la cooperación, la colaboración entre el líder y los subordinados, un bajo control del líder y la resolución de problemas basada en la intuición, la empatía y la racionalidad.
Por su parte, Sally Helgesen (1990), defiende un principio femenino en el liderazgo, caracterizado por enfatizar la cooperación en lugar de la competencia y la igualdad frente a una jerarquía superior-subordinado. De igual forma, muchas mujeres líderes prefieren hacer hincapié en la participación, compartir poder e información y reconocer el trabajo de los demás.
Algunas autoras, afirman que las mujeres han creado una nueva modalidad de liderazgo: mucho más receptiva y participativa, en la que se otorga especial importancia a la parte emocional y al lado humano, que responde de forma más adecuada a las necesidades de la organización.
Investigaciones recientes han encontrado que las mujeres en organizaciones dominadas numéricamente por hombres, tienen un estilo menos “orientado a las relaciones”, es decir, un estilo más similar al de los hombres. Ser minoría en una organización es especialmente desfavorable para las mujeres. Las mujeres en roles directivos a menudo tienen el estatus de token (pieza de cambio) debido a su poca frecuencia en tales posiciones. Esto puede tener implicaciones negativas de cómo las mujeres son percibidas y tratadas, provocar que sean evaluadas de forma más estereotípica afectando sus estilos de liderazgo.
Asimismo, se encontró que las mujeres estaban más “orientadas a las relaciones” que los hombres en organizaciones dominadas numéricamente por mujeres, pero hombres y mujeres no diferían en este estilo en organizaciones dominadas numéricamente por hombres. Es decir, en este último tipo de organizaciones las mujeres se comportaban de forma similar a los hombres.
Respecto al estilo “orientación a la tarea”, los resultados mostraron el patrón inverso, esto es, las mujeres estaban más “orientadas a la tarea” que los hombres en organizaciones dominadas numéricamente por hombres, mientras que hombres y mujeres estaban igualmente “orientados a la tarea” en organizaciones “femeninas”.
Fuente: http://www.uned.es/dpto-psicologia-social-y-organizaciones/paginas/profesores/WebIsabel/Estilos%20de%20liderazgo.pdf
Universidad Nacional de Educación a Distancia:http://portal.uned.es/portal/page?_pageid=93,1&_dad=portal&_schema=PORTAL
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