Escenario

‘Odradek’: Los mágicos artificios de un cuentacuentos contemporáneo

CORTE Y QUEDA. El filme dirigido por Juli Suárez tuvo su estreno hace un par de meses en el BJX Bajío International Film Festival donde ganó una mención honorífica

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Fotograma de 'Odradek'.

Fotograma de 'Odradek'.

CORTESIA

En un mundo donde los objetos han cobrado más relevancia que su propio significado, el materialismo predominante en las prácticas cotidianas ha encapsulado la naturaleza mágica de la imaginación humana, trayendo a la lógica como un régimen dictatorial que transgrede en cada instancia social.

El pragmatismo suele tener más alcance que el ensoñamiento dirigido hacia una paz mental y emocional, lo que ha generado una ruptura en el comportamiento del individuo desde el ángulo sensorial, transformando al arte como un conducto indispensable para la sanación de un virus llamado cinismo.

Es bajo esta inquietud que un trabajo como Odradek (2022) transcribe la necesidad de evaluar la pérdida del misticismo del objeto esculpido por el ser humano, todo llevado a cuestas gracias al amor de su director por las bases del propio cine, el cuál surge – entre distintas razones – de una necesidad de desprenderse de la realidad y transportar a la mente e imaginación a nuevos mundos y posibilidades.

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Estrenado en el BJX Bajío International Film Festival hace un par de meses, recibiendo una mención honorífica del jurado – junto a Huesera (2022) – gracias a su línea temática, el filme dirigido por Juli Suárez desborda una pasión acumulada por el séptimo arte, presentando una serie de referencias a la época del cine mudo que fungirán como herramientas conceptuales sobre los mecanismos que el arte utiliza para llevar a la conciencia a nuevos terrenos metafóricos, espirituales e imaginativos.

Documental que sigue a Jordi Macaya y Genisa González Carricondo, un par de artistas de la vieja escuela que muestran su proceso creativo al construir una presentación de corte teatral y cinematográfico, utilizando herramientas alejadas de las formas tecnológicas y formando vínculos narrativos, sonoros y visuales con su público por medio de clásicos, pero efectivos métodos de expresión artística.

Con un concepto desprendido del cuento corto de Franz Kafka, “Las preocupaciones de un padre de familia”, el dúo de artistas rescata la figura de Odradek como una representación del objeto en la vida, de todo lo que posee un peso material y al cual la sociedad le brinda un significado, generando un sentido de permanencia de la memoria por medio de símbolos palpables. 

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Fotograma del filme.

El filme se enfoca en la cimentación de la expresividad sobre la inquietud humana a través de artificios que conducirán una serie de narrativas audiovisuales cuyo objetivo será el de capturar la curiosidad de un público acostumbrado a lo instantáneo, a todo lo que es fugaz y que carece de permanencia; los mecanismos antiguos del arte brindarán un peso escénico para sus protagonistas, quienes tejerán una ilusión narrativa particular.

No hace falta correr para vivir momentos mágicos o de fantasía, y es con esta idea que el director sostiene las bases de su documental, donde el mundo deberá abrirse a un universo de sencillez, vertiendo misterio, oscuridad e ilusión. Por otro lado, la nostalgia se convierte en un refugio para la presentación de estos dos artistas, no desde el punto de vista de un pasado abrumador, sino como referencia para un presente que ha dejado de lado los detalles.

La justicia y la paridad social es otro de los temas de la cinta, el objeto se transforma en una vía de revelación sobre la forma en que se disfrutan los placeres más sencillos de la vida, sin importar estatus o edades, el arte es un concepto universal, del cual el mundo puede absorber un cúmulo de sensaciones que la mera observación – en ocasiones – suele limitarse en muchos sentidos. 

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El trabajo ofrece un claro homenaje al cine mudo del siglo pasado, colocando fragmentos que muestran la evolución de la misma sociedad y su tipo de consumo a través de la mirada artística, observando un punto de transición del mero tránsito cotidiano a una necesidad de inmersión a mundos imaginarios, algo que los protagonistas intentan sin reparo.

Este documento audiovisual de fórmula kafkiana nos invita a reflexionar sobre la manipulación que suele ejercer el objeto sobre nosotros, olvidándonos – de forma reiterada – del mensaje enraizado en el mismo, y el cual tenemos la capacidad de deconstruir gracias a nuestra afinidad artística, la capacidad de la audiencia de decodificar el contenido que consume y transformarlo en algo con más influencia, ya sea desde una forma masiva o desde una mirada personal. 

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