Cronomicón

Entrevista con Lizbeth Herrera

“Migraciones: danza de los estorninos” llega a Guadalajara para visibilizar el dolor del desplazamiento

La migración no solo transforma geografías, también cuerpos, lenguajes y vínculos. Bajo esta premisa, la obra Migraciones: danza de los estorninos se presenta en Guadalajara como una propuesta escénica profundamente humana que busca visibilizar una de las realidades más complejas de nuestra era: el desplazamiento forzado.

Foto Cortesía: Adriana Peralta. "Migración: Danzan los estorninos", Almendra Vivanco y Miguel Gutti

La puesta en escena, codirigida por la artista mexicana Lizbeth Herrera y el director peruano Miguel Guti, es fruto de una coproducción entre México y Perú con el respaldo de IBERESCENA y el Ministerio de Cultura del Perú. Desde su creación, el proyecto ha navegado entre fronteras físicas y digitales, pues todo el trabajo de codirección se realizó a distancia: “Hicimos todo en línea, con videollamadas, mensajes, videos. Ha sido un proceso retador pero también muy enriquecedor”, explica Herrera en entrevista.

Una metáfora migrante

Con una obra original de la actriz y dramaturga peruana Almendra Vivanco —quien también actúa en la obra junto a Miguel Guti— Migraciones entrelaza testimonios, experiencias personales e investigación documental para construir una historia íntima sobre una pareja que ha debido migrar una y otra vez por diversas razones.

La estructura de la obra se compone de cinco escenas breves, donde los personajes enfrentan la partida, la incertidumbre, la infancia, el adiós y una nueva bienvenida. “Vemos cómo intentan hacer raíces, cómo construyen y reconstruyen constantemente, enfrentándose a papeles que no tienen, validaciones que no llegan, y al rechazo por ser diferentes”, comenta la codirectora.

Uno de los recursos más poderosos de la puesta es el uso simbólico de doce ladrillos en escena, que representan tanto los obstáculos del camino como el deseo profundo de edificar una vida nueva: “Esos ladrillos son tropiezos, pero también cimientos. Quisimos jugar con esa dualidad”, explica Herrera.

La migración como experiencia compartida

Más que un relato ajeno, Migraciones parte de vivencias propias. Varios miembros del equipo han vivido procesos migratorios o tienen familiares que los han atravesado. La obra se nutre, además, de un poema escrito años atrás por Vivanco, que sirvió como detonante creativo para el montaje.

“Compartimos historias, contrastamos la migración en Perú y en México. No es lo mismo cruzar la frontera hacia Estados Unidos con un coyote que migrar de los Andes o la Amazonia hacia Lima o Guadalajara. Pero hay puntos en común, y esos fueron los que buscamos como puente”, añade.

Una invitación a la reflexión

La obra no pretende aleccionar. “No queremos decir qué está bien o qué está mal. Solo buscamos que el público se acerque al tema, que se sensibilice y se cuestione lo que implica para alguien dejar su país, su casa, su idioma”, afirma Lizbeth.

En este sentido, la codirección incorpora también una perspectiva corporal. Desde su formación como bailarina, Herrera aporta una mirada que visibiliza los afectos y los esfuerzos físicos que conlleva migrar: “Mi enfoque está en reforzar con el cuerpo lo que el texto sugiere. Mostrar ese desgaste, ese deseo, ese miedo”.

Fechas y funciones

Después de presentarse en Cusco, Perú, Migraciones: danza de los estorninos llega a Guadalajara con dos funciones finales:

  • 31 de julio, 19:00 hrsCentro Cultural Constitución, Zapopan. Entrada libre.
  • 1 de agosto, 20:00 hrsTeatro Larva. Costo: $180 en preventa y $200 el día del evento. Boletos disponibles en Voy al Teatro.

La obra está dirigida a adolescentes y adultos, aunque también puede ser vista por público infantil desde los 7 años.

Foto Cortesía: Adriana Peralta. "Migración: Danzan los estorninos", Almendra Vivanco y Miguel Gutti

¿Qué podemos hacer?

Finalmente, Herrera comparte una reflexión sobre lo que cada persona puede aportar en el acompañamiento a migrantes: “Si no es directamente, hay muchas asociaciones que los apoyan. Podemos donar comida, ropa o simplemente ofrecer un taco, un trabajo ocasional, una palabra amable. Todo cuenta”.

Con Migraciones, el teatro se convierte en un espacio de resistencia, de memoria y de empatía. En palabras de Herrera: “El arte puede no resolverlo todo, pero sí puede hacernos ver lo que muchas veces preferimos ignorar”.

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