El surcoreano Young Hoon Kim se anuncia en Internet como el hombre más inteligente del mundo, con un IQ de 275. De ser cierta esta medición, posiblemente sea incluso la persona con el coeficiente más alto de toda la historia, por encima de personajes como Leonardo da Vinci, Albert Einstein o Isaac Newton. Pero no necesariamente los mejores cerebros piensan mejor. ¿Podría ser ese el caso de Kim, quien no figura como un gran científico, literato, filósofo o intelectual?

Con tantas falsas noticias (fake news) circulando en Internet, es fácil dudar o abrigar suspicacias. Las fake news se entremezclan en el aluvión de notificaciones de las redes sociales. ¿Será cierto que Kim es el hombre más inteligente de todos los tiempos? Hay quien lo cuestiona. En YouTube y Facebook, creadores de contenido aseguran que el surcoreano es un fraude. Ostentándose como un hombre prodigio, dicen sus detractores, sólo busca notoriedad y darles aval a sus declaraciones; muchas de ellas, como veremos más adelante, sumamente reveladoras y polémicas.
Como no basta la palabra —pruebas se necesitan, y entre más imparciales y científicas, mejor—, Kim ha hecho públicos los certificados y las mediciones que acreditan su elevado IQ. Supuestamente ha sido certificado por entidades como el World Memory Championships, el World Memory Sports Council y Official World Record. Afirma además que su puntaje de 275 ha sido validado por organizaciones como GIGA Society (para pertenecer a esta agrupación debes tener un IQ de por lo menos 190, uno en mil millones), Mensa y Mega Society.
Pero ¿por qué tantos periódicos internacionales y sitios de Internet están hablando de Kim? No es el primero al que se le atribuye estar en la cúspide de la inteligencia humana: un granjero de los Estados Unidos, Chris Langan, ya había sido medido con un IQ de entre 190 y 210.
Terence Tao, de Australia —este sí considerado uno de los mayores genios matemáticos de la historia—, resultó con un IQ aún mayor, que oscila entre 225 y 230. Si Kim no es el primer súper genio del mundo, ¿qué le ha ganado tanto reflector?
Su supuesto coeficiente de 275 es sólo su carta de presentación: el preámbulo para que le prestemos atención y validemos su mensaje. Y precisamente este doctor en neurociencias, con estudios en teología, nos quiere hablar de Dios. Asevera, ostentándose como un genio, que Dios existe.
En su cuenta de X, en estas últimas semanas, ha realizado una serie de publicaciones que han llamado la atención por igual de creyentes —principalmente cristianos— y de agnósticos y ateos.
En un video publicado en X, señaló a sus seguidores que sus aseveraciones acerca de Dios eran resultado de su gran capacidad intelectual. Es decir, si lo decía el hombre más inteligente del mundo, tenía que ser cierto. Esto, en teoría de la argumentación, se llama principio de autoridad: si lo dijo Marx, Freud, Aristóteles o San Agustín, es verdad. Una verdad irrefutable, porque todos ellos son grandes eminencias a las que sería casi una falta de respeto decir que pudieron haberse equivocado.
En ese tenor, el 17 de junio, haciendo valer su voz de autoridad, escribió: “Como poseedor del récord intelectual más alto del mundo, creo que Jesucristo es Dios, el camino, la verdad y la vida”.

Dos días después, siguió con sus disertaciones espirituales y religiosas, que tanta atención le estaban granjeando. Señaló que, desde su análisis, consideraba que la Biblia era un libro perfecto y eterno: “Es la palabra final de Dios. Por ello, no debe actualizarse”.
Como todo un predicador, más que como un científico, siguió con sus publicaciones, afirmando también sobre las Sagradas Escrituras que estas son una ley inmutable a tomarse como “guía para alcanzar la vida celestial”.
Influencers cristianos, páginas católicas como Infocatólica y creyentes en general han recibido con agrado las publicaciones de Kim. Sus congratulaciones al surcoreano son en realidad autovalidaciones que obedecen a un cierto revanchismo sobre cómo ha sido castigada la religión, en especial la cristiana, por la Modernidad. Materialistas, positivistas, darwinistas… han afirmado que no se necesita de Dios para explicar el mundo, el universo; que conforme avanza la ciencia, esta desmiente la existencia de un Creador. Aunque podría ser al contrario. Según los argumentos del libro “Dios, la ciencia, las pruebas” (2024), la ciencia —en especial la astrofísica y la cosmología— estaría validando una visión creacionista muy compatible con el teísmo.

Ahora resulta, para beneplácito de los cristianos —tan criticados en su fe, supuestamente irracional y sin sustento—, que “el hombre más inteligente del mundo” dice lo contrario: que no sólo con afirmaciones teológicas, sino también con planteamientos científicos, se puede aseverar con toda racionalidad y objetividad que Dios existe; que Jesucristo es Dios, y que esta generación atestiguará su regreso.
Mentes más laicas no han dudado en criticar a Kim, reprochándole la debilidad de sus aseveraciones, sustentadas más en su fe que en argumentos sólidos. Dándoles a sus críticos un tanto la razón, Kim no ha tenido problema en afirmar que su creer en Dios le viene también de una revelación, misma que no explica. No obstante, con ciertos aires proféticos, asevera que su extraordinaria inteligencia es un don del Creador para acercar a más personas a la redención.