Hablar de Disidente es hablar de una generación que encontró su voz en Guadalajara a finales de los noventa. Formados en 1999, el cuarteto tapatío —Alex, Hugo, Pedro y Gustavo— se convirtió en un referente del rock alternativo mexicano gracias a un sonido crudo, letras directas y una trayectoria que ha sobrevivido a las modas y al paso del tiempo. Con discos como …Y si tuviera disquera, Judas y Escandinavia, la banda recorrió escenarios de México, Latinoamérica y Europa, construyendo una comunidad fiel y creciente.
Ahora, 25 años después, Disidente celebrará su historia con un concierto especial el próximo 6 de diciembre de 2025 en un sitio cargado de simbolismo: la Concha Acústica del Parque Agua Azul, espacio donde tantas bandas tapatías, incluida Cuca, moldearon el espíritu del rock local. Será una noche que recorrerá toda su discografía y presentará algunas sorpresas preparadas exclusivamente para este aniversario.
Para esta edición de 33 Revoluciones, platiqué con Pedro Mendoza, guitarrista de Disidente.
—Todo comienza con Gasolina. Esa rola conectó con quienes buscaban un rock distinto en Guanatos. Después llegó …Y si tuviera disquera?, y Disidente empezó a crecer a pasos agigantados.
—Sí, sí. Fue una sorpresa también para nosotros, porque no esperábamos esa respuesta. Lo hacíamos por gusto y nada más. Gasolina salió desde los demos, en nuestro primer demo, y ahí fue cuando empezó a tomar fuerza algo que no teníamos previsto.
—…Y si tuviera disquera? fue un disco en el que casi todas las rolas podrían haber sido sencillo.
—Más o menos sí, así sucedió.
—En esos años, un directo de Disidente era una locura. Se convirtieron en la voz de Guadalajara.
—Afortunadamente sí, y estamos muy agradecidos de que a la fecha la gente nos siga escuchando. La verdad, no pensamos mucho en eso… solo cuando nos lo preguntan. Lo hacemos por gusto y nunca tuvimos claro por qué conectó tanto.
—Veinticinco años. ¿Recuerdas qué estaba pasando en ese momento?
—Recuerdo que como banda independiente no sonabas en la radio. No había esperanzas de sonar ahí porque solo pasaban bandas con disquera. Pero en ese momento algo cambió en Guadalajara: la radio abrió espacio a bandas independientes como nosotros. Si no hubiera sido por eso, no sé cómo nos habríamos dado a conocer. La radio era todo; la ciudad tenía una cultura musical enorme y la radio era el pilar.
—El cartel del concierto es una máquina del tiempo: Disidente, Thermo, No Tiene La Vaca, Ray Coyote… ¿cómo llegaron a ese line up?
—Pues había que compartir, porque no somos solo nosotros. Es toda una escena que ha evolucionado desde entonces. Y como dices, también hay bandas actuales como Ray Coyote haciendo cosas importantes. Queríamos invitar amigos que han sobrevivido a la batalla del tiempo, como Thermo. Fue: “vamos a tocar, y vamos a invitar a quienes respetamos”. No se pudo invitar a todos, pero lo que logramos es increíble; coincidir es dificilísimo.
—Nuevo sencillo: “Extraño en tierra extraña”. Platícame de esta rola.
—Esta canción es parte del nuevo disco. Ya tenemos diez u once canciones grabadas y soltamos este tema como adelanto, además de Fuego en el corazón. No se nos da hacer una sola canción, se nos da el concepto completo. El proceso sigue siendo el mismo de hace décadas: tardamos casi dos años en reunir diez canciones buenas. La tecnología ayuda, claro; ahora grabo ideas en el iPhone, cuando antes todo era memoria o grabadoras rudimentarias. Este disco lo produjimos nosotros, como siempre, pero pedimos ayuda a Robert Persion, en Suecia, quien mezcló y masterizó. Todo a distancia. Una maravilla de la tecnología.
—Me gustó mucho la frase: “Es un homenaje a la comunidad que ha mantenido vivo el espíritu del rock tapatío”.
—Ser músico rockero en México implica sufrirle. Estar listo para recibir muchos “no”. Pero a mí me motivó ver a Cuca en vivo. Ver esas tocadas en terrenos, foros improvisados, lotes baldíos… ese contacto directo fue lo que más me impulsó, más que ver videos de Metallica en VHS.
—Nunca faltaba quien gritara “¡Cuca!” en los toquines…
—Exacto. O que les abrieras y te bajaran: “¡Queremos a Cuca!” Te aventaban monedas. A todos les pasó, incluso a Molotov. Era como “ahorita vienen, aguanten”. Hoy el público es otro: más amable, receptivo, respetuoso. Eso ha permitido que haya más conciertos y más foros.
—¿Qué ha escuchado Pedro últimamente que le haya volado la cabeza?
—Ahorita ando por otro lado, menos pesado: el nuevo disco de Jeff Tweedy. Sacó un triple que está brutal. Él es un genio musical. Estoy entre Wilco y Jeff Tweedy. A veces las cosas tranquilas son más intensas; empiezan suaves y acabas como si hubieras escuchado a Slayer. Es un viaje.
—¿Sacar sus discos en vinyl o no?
—Seguimos en esa batalla. Nos encantaría tener la discografía en vinil. Todavía no, pero tal vez pronto.
—¿Qué tienen preparado para este festejo en la Concha Acústica, donde tantas veces tocó Cuca?
—No lo hemos platicado tan formal. Ni siquiera tenemos lista de canciones. Estamos dejando que la energía y la emoción nos guíen. Pero ya empezaron las pláticas entre bandas de “oye, hay que hacer algo”. No está concretado, pero habrá muchas sorpresas: quizá un cover, quizá invitados que estén por ahí… cosas que van a pasar sí o sí.
—Pedro, me dio gusto volver a hablar contigo. ¿Algo que quieras decir para cerrar?
—Estamos muy malacostumbrados a tocar mucho y a platicar mucho. Solo quiero decir que vengan. Nuestra intención es que quien vaya salga diciendo: “qué bueno que vine”. Va a ser algo inolvidable y vamos a entregar todo, como siempre.
6 de diciembre – Concha Acústica del Parque Agua Azul
Bandas invitadas: Thermo · No Tiene La Vaca · Ray Coyote