Durante una intensa jornada de sesión en el Ayuntamiento de Guadalajara, la fracción de Morena encabezó la oposición a dos fenómenos que, según sus regidores, están deteriorando la vida urbana de la ciudad: los gastos desproporcionados del gobierno municipal en convenios poco transparentes y la proliferación de viviendas ultracompactas diseñadas para el turismo digital.

El regidor José María “Chema” Martínez cuestionó con firmeza la aprobación exprés de un convenio por 48 millones de pesos para intervenir la Unidad Habitacional Villas de San Juan bajo la Estrategia “Reconstrucción del Tejido Social 2025”. El acuerdo, avalado por la mayoría de Movimiento Ciudadano con dispensa de trámite, obliga al municipio a aportar la mitad del costo, es decir, 12.2 millones de pesos, recursos que, advirtió el regidor, podrían haberse distribuido de manera más equitativa en varias colonias populares.
Martínez recordó que en 2022 se intervinieron cinco unidades con 117 complejos por un promedio de 3.5 millones cada una. “Hoy se gasta tres veces más en un solo punto, dejando fuera a colonias como Oblatos, Miravalle, Rancho Nuevo o El Sauz”, denunció. Además, alertó sobre los antecedentes poco claros de la asociación civil beneficiada, Corazón Urbano A.C., y criticó que el dictamen se haya votado sin pasar por comisiones ni ser revisado por las y los regidores. “Será, como siempre, el capricho de la mayoría que usa su aplanadora para decidir sobre recursos que deberían beneficiar de manera más justa a las familias de Guadalajara”, acusó.
Morena propone freno a viviendas indignas
En la misma sesión, el regidor Juan Alberto Salinas Macías presentó una iniciativa para modificar el Reglamento para la Gestión Integral del Municipio de Guadalajara, con el fin de limitar la construcción de viviendas ultracompactas, conocidas como “mini departamentos-hotel”.

La propuesta establece dos candados principales: prohibir la construcción de unidades menores a 40 m² y restringir a un máximo del 20% por complejo habitacional las viviendas entre 40 y 55 m².
“Están dándole en la torre a la ciudad con esta planeación urbana, porque muchos de estos edificios, sin habitaciones y solo con espacios comunes, jamás podrán convertirse en la vivienda digna a la que aspiran las familias tapatías”, afirmó Salinas.
La medida busca contener la gentrificación que ha vaciado colonias como La Americana y La Obrera, donde hasta un 30% de las viviendas ya se destinan al turismo digital. Además, se fundamenta en el derecho humano a una vivienda adecuada, consagrado en la Constitución y en tratados internacionales.
Mientras Movimiento Ciudadano apuesta por grandes convenios de alto costo y resultados inciertos, Morena en Guadalajara impulsa propuestas que, según sus regidores, ponen al centro a las familias: desde cuestionar el uso del erario en proyectos opacos hasta legislar para garantizar que las viviendas sean espacios habitables y no simples mercancías inmobiliarias.
Con la iniciativa de Salinas en proceso de dictaminación y con la crítica de Chema Martínez al millonario convenio, la fracción de Morena se contrapone al modelo de ciudad que, acusan, privilegia los negocios y la especulación sobre el derecho a vivir con dignidad.