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La gastrodiplomática, Sonia Montero Villanueva expuso que aplicar estas prácticas apoya a productores y evita la dependencia de productos importados

Consumo local y gastronomía ayudan a reducir el impacto ambiental

Consumo local

A través de la gaceta de la UDG se informa la importancia de conocer el origen de los ingredientes (desde su cultivo hasta la llegada a los mercados) lo cual representa una forma de cuidar el medio ambiente y fomenta practicar el consumo responsable de la gastronomía sostenible.

La gastrodiplomática, Sonia Montero Villanueva, responsable de la Cafetería Central by Sonia Montero, del Centro Universitario de Tlaquepaque (CUTlaquepaque), expuso que fomentar el consumo responsable apoya a productores y ayuda a reducir el impacto ambiental, al evitar la dependencia de productos importados o cuya producción implica altos costos energéticos.

“Se trata de la producción, preparación y consumo de alimentos locales que promueve el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria y el consumo responsable para minimizar los impactos en el ambiente”, indicó.

Asimismo, precisó que durante la temporada es posible encontrar productos accesibles, sin la necesidad de recurrir a ingredientes “escasos o costosos”.

“Por ejemplo, ahora hay mucha variedad de hongos al alcance y a buen precio, a diferencia de productos como calabacita, zanahoria, limón o cilantro, cuyo precio se incrementa”, expresó.

A palabras de Montero Villanueva “el consumo responsable también consiste en evitar la compra de alimentos fuera de temporada, especialmente en el caso de restaurantes que insisten en ofrecer platillos cuyo costo económico y ambiental es más alto”.

“Obviamente, si en enero un restaurante ofrece chiles en nogada, los precios se van a incrementar porque los ingredientes no están disponibles en el mercado, y porque ellos los tienen mediante congelación”, añadió.

La gastrodiplomática propone alternativas prácticas como procesar ingredientes de temporada (el jitomate convertirlo en salsa o preparar conservas de frutas como el durazno o membrillo), esto para evitar comprar alimentos costosos en otras estaciones.

Aunque estas prácticas ayudan en el aspecto económico, la gastronomía sostenible tiene un impacto directo en la conservación de la biodiversidad, puesto que promueve la conservación de los ecosistemas, el desarrollo económico y social.

“Además de la conservación, se apoya a los productores locales y pequeñas empresas agrícolas que impulsan economías rurales y ayudan a reducir la pobreza. El consumo de estos productos promueve una alimentación saludable, nutritiva y basada en ingredientes locales y de temporada”, puntualizó.

Sonia Montero hace un llamado a la conciencia colectiva ya que implementar este tipo de prácticas es posible, accesible y benéfico para todos.

“Es fundamental educar y concienciar a la población para que se movilice y actúe para adoptar medidas que promuevan este tipo de consumos. Estos productos se pueden encontrar en mercados, bazares, ferias, tianguis o directamente con productores que venden productos más frescos, económicos y sabrosos”, finalizó.

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