
Cierra la semana con el nuevo ultimátum para que los maestros oaxaqueños vuelvan a clases. No es mucho. Pero a ello se suma la detención de un grupo de perredistas, acusados de preparar acciones violentas para reventar la elección del domingo en Tabasco. Y esto sí completa el marco de la jornada electoral de mañana en esa entidad del Sureste
El nuevo, previsto descalabro de Amlo en su propio estado, ha hecho prever también el inicio de una nueva fase de su movimiento para erosionar el sistema político institucional del país, empezando por la estructura, la organización y los procesos electorales.
En este sentido, como un virtual llamado de alerta se pudo leer el reporte publicado ayer por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington (CSIS, por sus siglas en inglés) sobre la elección tabasqueña. Para empezar, le atribuye un “significado nacional”, a pesar de que sólo participarán los votantes de ese estado para elegir un gobernador, 18 diputados locales y 17 presidentes municipales.
Suscrito por George Grayson, el miembro de CSIS y profesor del College of William & Mary, autor de Mesías Mexicano: Biografía Crítica de Andrés Manuel López Obrador, y por Emily Unverzagt, ex académico de CSIS y hoy analista de HSBC en Nueva York, el informe anticipa el cumplimiento de la previsión de las encuestas, que indican que “Andrés Manuel López Obrador, el autoproclamado ‘presidente legítimo’ de México, experimentará un retroceso a causa de la derrota probable de su candidato por dedazo (“handpicked candidate”) César Raúl Ojeda Zubieta en el desenlace por la gubernatura”.
Desde la perspectiva de las urnas, el resultado confirmará el acelerado deterioro de Amlo en las preferencias electorales, incluso en su entidad natal, con un marcado retroceso en el número absoluto y en el porcentaje de los votos, en comparación con los que recibió en ese mismo estado hace poco más de tres meses, en la elección presidencial.
¿Compradores de votos contra
atacantes de casillas y votantes?
Pero desde la perspectiva del escenario de ingobernabilidad y ruptura institucional —el proyecto en curso de Amlo y sus seguidores para tratar de impedir la toma de posesión del Presidente de la República electo, dentro de 45 días— el nuevo descalabro electoral del candidato presidencial derrotado le permitirá detonar un nuevo frente de protestas, por el supuesto fraude que implicaría ese resultado: un nuevo frente programado para empalmar con el movimiento que mantiene paralizado a Oaxaca por casi cuatro meses.
Hasta ayer, la acusaciones recíprocas entre los contendientes se resumían en el cargo contra el PRI de echar mano de todos los recursos (incluyendo almacenes de regalos para los votantes, registra el reporte de CSIS) y en el cargo contra el bando de Amlo y Ojeda de estarse involucrando en actividades clandestinas ilegales para abortar la elección tabasqueña que saben perdida.
Estas versiones estarían configurando un escenario explosivo de presuntos compradores de votos frente a presuntos incendiarios y atacantes de casillas electorales y votantes.
El informe registra a un personaje olvidado: “la ausencia de Roberto Madrazo en la prueba de Tabasco —sigue CSIS— el candidato presidencial del PRI que perdió todos los estados y el Distrito Federal en la elección presidencial de mediados del año, indica que su carrera política llega a su fin”.
Pero más relevante parece el dato de que también parece llegar a su fin toda posibilidad de Amlo de retornar a la vida política institucional, con su opción, que el domingo quedará más clara, de concentrar su acción en la lucha extraparlamentaria.
Ello, por supuesto, sin renunciar a los beneficios de la actividad política en el marco de la democracia, con los apoyos —políticos y financieros— que espera de sus legisladores en el Congreso —la segunda fuerza parlamentaria— y de los gobiernos locales procedentes de su partido, especialmente el del DF.
Lo ilegal y lo extralegal, en el centro
Y, por supuesto, también —como parte de la agenda de la semana que termina— Amlo contará asimismo con el registro de su Frente por parte del Instituto Federal Electoral. Más que una salida institucional, esto parecería una concesión por parte de una autoridad electoral intimidada, que le permitirá al candidato en rebeldía mantener un brazo para actuar en la legalidad y obtener los apoyos y prerrogativas de ley en forma de transferencias de recursos con cargo a los contribuyentes... “Pero AMLO va por más, por mucho más” —observa la Semana Política del Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC)—. “No ve (Amlo) en el Frente el premio de consolación —sigue este análisis— sino una cabeza de playa para reconquistar lo perdido. Buscará seguir mandando en el PRD (la costumbre no se quita tan rápido), y construir desde el Frente un gran movimiento social que tenga poder de veto sobre las grandes decisiones políticas del país, y que meta miedo en el alma de quienes lo humillaron”, concluye CIDAC.
Y es que el negocio del activismo en contra o al margen de las leyes ha pasado a ocupar el centro del escenario y de la vida pública mexicana, a costa de los actores de dentro del marco institucional.
En su despacho publicado ayer en El País, el corresponsal Francesc Relea comentaba que, “arropado más por su ‘equipo de transición’ que por su PAN, el ganador de las elecciones del 2 de julio repasa la situación del país con el presidente saliente, Vicente Fox, busca acuerdos parlamentarios que garanticen la gobernabilidad, ha hecho su presentación internacional con una gira latinoamericana y ha presentado su proyecto de país para el año 2030”, pero, “a pesar de su intensa actividad, el presidente electo no logra ser el protagonista de la agenda política mexicana”.
Tabasco: una elección nacional
Y ejemplifica: “Cuando no es el conflicto en Oaxaca, es la violencia entre los carteles de narcotraficantes, o la presencia de López Obrador en la campaña electoral del Estado de Tabasco. La realidad es que Calderón no consigue atraer la atención de los mexicanos. Da la sensación de que el ganador de las elecciones está más solo de lo que debiera.”
“A un mes y medio de la investidura de Calderón, es una incógnita si la ceremonia oficial en la Cámara de Diputados podrá llevarse a cabo con normalidad, ya que el PRD mantiene su disposición a boicotear el acto”, concluye en este punto.
Pero, por ahora, en la agenda de la semana, el tema central es el de Tabasco y su elección estatal de alcance nacional. Allí, dice El País, Amlo “se juega parte de su capital político. “Salvo que algo inesperado se presente, en Tabasco se perfila un triunfo priísta” augura CIDAC. “Será la nueva derrota de López Obrador y los suyos. Como el resultado ya se conoce, los dos partidos preparan el spin postelectoral. Para el PRI (y el PAN) el mensaje será simple: el efecto AMLO ha desaparecido, el perredista impacta negativamente en el voto de su partido… Para AMLO y el PRD, la marquesina postelectoral anunciará ‘el regreso del hijo del fraude’”.
Con mayor optimismo, CIDAC prevé que, “dado el margen de la derrota que se espera, es previsible que el argumento perredista del fraude sea descartado por muchos y que la imagen de AMLO como un mal perdedor se fortalezca… es poco probable que su impugnación prospere. Derrotado en su propio estado y condenado a reclamar fraude, el Peje seguirá perdiendo moderados y ganando radicales”.
jose.carreno@uia.mx
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