
La guerra duró un día en Nagorno Karabaj. Duró el tiempo transcurrido entre el ataque por sorpresa del Ejército azerbaiyano este martes, y la constatación este miércoles por parte de las autoridades karabajíes y sus disminuidas tropas de que las fuerzas de pacificación rusas, desplegadas sobre el terreno, no iban a impedir la entrada de las tropas de Bakú en el enclave armenio en Azerbaiyán.
El ataque azerbaiyano dejó un saldo de 200 muertos y 400 heridos, entre ellos 10 civiles, de los que 5 eran niños, denunció Gegham Stepanián, defensor del pueblo karabají.
Las autoridades karabajíes anunciaron este miércoles su propio desarme como condición para el cese de las hostilidades tras apenas 24 horas de una operación militar azerbaiyana. Aceptaron también participar mañana, jueves, en negociaciones para la integración de ese territorio de mayoría cristiana en la musulmana Azerbaiyán (de confesión chiíta), en lo que parece una capitulación en toda regla.
De esta forma, la autoproclamada república armenia de Artsaj firmó su propio acta de defunción tras 32 años de existencia, ya que proclamó su independencia en 1991, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética.
La situación para Nagorno Karabaj, que ya había perdido una tercera parte de su territorio en la guerra de 2020, era insostenible después de que el enemigo hubiera roto la víspera sus defensas en varios sectores con ayuda de ataques masivos de su artillería y aviación.
"Nagorno Karabaj no tenía y no tiene recursos para defenderse ante Azerbaiyán. Los armenios del Karabaj debían combatir hasta el final o rendirse, y es evidente que optaron por la segunda opción para evitar su completa eliminación. Se puede decir que Azerbaiyán ha solucionado el problema del Karabaj", comentó a Efe Amirán Salukvadze, general de brigada de Georgia, la otra exrepública soviética al sur de las montañas del Cáucaso, junto con Armenia y Azerbaiyán.
El ejército azerbaiyano logró su objetivo en apenas 24 horas de "operación antiterrorista", en las que tomó casi un centenar de posiciones enemigas y nudos de comunicaciones.
"Las Fuerzas Armadas de Artsaj (Nagorno Karabaj en armenio) se defendieron heroicamente ante un enemigo que les superaba varias veces en fuerza y técnica militar, y le causó grandes pérdidas. Lamentablemente, hay muertos y heridos", informó el Centro de Información del Karabaj, que cifró las bajas mortales en 32, siete de ellas civiles, pero que aumentó a 200 en un segundo parte de bajas.
Por ello, los karabajíes aceptaron el acuerdo sobre el cese total de las hostilidades a partir de las 13:00 horas del miércoles propuesto por el mando de las fuerzas de paz rusas.
Rusia, teórico garante de la seguridad en el Cáucaso Sur, se mantuvo al margen del conflicto, lo que le ha granjeado duras críticas de Armenia, que acusó de inacción a las fuerzas de pacificación rusas.
Tras la fulminante victoria, Bakú precisó que "las formaciones armadas armenias ilegales depondrán las armas, abandonarán las posiciones de combate y los puestos militares y se desarmarán por completo".
Además, las unidades de las Fuerzas Armadas armenias también abandonarán el territorio del enclave, aunque el gobiero de Ereván (la capital armenia) mantiene que desde 2021 no hay desplegadas tropas armenias en la zona.
El contingente de paz ruso garantizará la implementación de la retirada y la entrega de todas las armas y equipos pesados, que serán inmediatamente destruidos.
Ambas partes se reunirán el jueves en la localidad azerbaiyana de Yevlaj, que se encuentra a 100 kilómetros de la capital karabají, Stepanakert (Jankendi para los azerbaiyanos), para abordar "los asuntos relativos a la reintegración, las garantías de derechos y seguridad de los armenios de Nagorno Karabaj".
Limpieza étnica
Las imágenes del aeropuerto de Stepanakert este miércoles muestran a miles de personas concentradas en sus instalaciones con la esperanza de abandonar urgentemente la región, donde viven apenas 120,000 karabajíes, y volar con destino a Armenia.
Según la oficina del Defensor del Pueblo karabají, más de 7,000 civiles ya han sido evacuados, mientras los “pacificadores” rusos hablan de 2,261 personas, de ellas 1,049 niños.
Las autoridades azerbaiyanas dijeron haber abierto corredores humanitarios para evacuar a los karabajíes interesados en refugiarse en el país vecino, cuyas autoridades ya advirtieron el martes, en plena ofensiva bélica, del riesgo de limpieza étnica en la región.
"Entendemos que si los pacificadores han mediado el acuerdo, eso significa que aceptaron plenamente y sin reservas la responsabilidad total de velar por los armenios de Nagorno Karabaj", dijo el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, en un discurso a la nación.
Pashinián, sobre quien pesa un proceso de destitución por parte de la oposición en el Congreso debido a la dolorosa derrota, dijo que habló por teléfono con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien le confirmó que las tropas rusas mediarán este jueves cuando se sienten a negociar los karabajíes y azerbaiyanos los acuerdos de capitulación.
Promesa a los karabajíes
Tras proclamar la victoria de sus tropas, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, prometió en un mensaje dirigido a los armenios de Karabaj que garantizará sus derechos y propiedades, siempre que acepten vivir bajo la soberanía de Bakú.
"Hoy la gente normal que vive en el Karabaj está ante una oportunidad histórica. No la desaprovechen. La población armenia que vive en la región azerbaiyana de Karabaj verá en breve cambios a mejor", dijo Alíev durante una alocución a la nación por televisión.
Aseguró que Bakú se propone "construir una vida en común sobre la base de la paz, la cooperación y el respeto mutuo".
"Nosotros no tenemos problemas con el pueblo armenio. No albergamos enemistad. Estoy seguro de que el pueblo armenio sabe que mi palabra va a misa. Esto es lo que proponemos y espero que sea aceptado", afirmó el líder de esa nación musulmana.
Alíev celebró que Bakú haya logrado restablecer su soberanía durante una "operación antiterrorista" en Nagorno Karabaj que duró menos de 24 horas.
Al respecto, aseguró haber ordenado al Ejército que "la población civil debe ser protegida" durante los ataques contra las posiciones karabajíes con armamento de precisión.
"Se ordenó no lanzar ataques contra la infraestructura civil, neutralizar sólo la infraestructura militar", afirmó, pese a que al menos diez civiles murieron, entre ellos cinco niños.
Destacó que el proceso de retirada, entrega de armas y disolución de las formaciones armadas armenias del Karabaj "ya ha comenzado" después de que las autoridades del enclave aceptaran las condiciones para un cese de las hostilidades.
Alíev subrayó que "la fuente de tensión" entre ambas partes pasó a la historia con "la capitulación" de lo que llamó "junta criminal", en alusión a las autoridades karabajíes.
"La población armenia residente en el Karabaj por fin podrá respirar con tranquilidad", señaló.
También alabó la postura de las autoridades armenias que, en su opinión, demostraron "una inesperada competencia política".
El presidente azerbaiyano aseguró que Bakú considera dicha actitud un "importante factor" que da esperanza de que ambos países puedan firmar finalmente un tratado de paz.
En cuanto a los objetivos militares, destacó que "el grueso" del armamento y de los equipos militares armenios emplazados en la región "han sido destruidos".
Aunque Ereván negó la presencia de sus tropas en el Karabaj desde 2021, Alíev habló de más de cien tanques y vehículos blindados, además de más de 200 piezas de artillería.
Y aseguró que si los karabajíes no hubieran aceptado las condiciones, entonces el ejército azerbaiyano hubiera llegado "hasta el final" en su ofensiva militar.
Rusia se defiende de las críticas
Manifestantes armenios se concentraron frente al edificio del Gobierno, pero también ante la sede de la embajada rusa en Ereván, donde acusaron al Kremlin de abandonar a su suerte a los karabajíes.
"Tales acusaciones en nuestra contra son absolutamente infundadas y no tienen ninguna base en la que sostenerse", dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Peskov aseguró que el propio Pashinián reconoció hace varios meses que ese enclave "es parte de Azerbaiyán".
"De iure (por derecho) se trata de acciones de la república de Azerbaiyán en su propio territorio", sentenció sobre el derecho de Bakú a defender su territorio, aunque en parte de él viva una minoría separatista, obviando que su afirmación se contradice con la invasión rusa en Ucrania, a la que le niega la soberanía en los territorios ucranianos donde vive la minoría rusoparlante.
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