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Guía para entender la variante ómicron y no entrar en pánico

Sea más peligrosa o no, haya que reforzar la vacuna o no, la línea entre la vida o la muerte es la misma: cubrebocas y vacunados

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Imagen de un mural en las calles de Sudáfrica

 Una residente del barrio de Soweto en Johannesburgo, Sudáfrica, pasa delante de un mural que representa a una mujer con una mascarilla

(EFE)

1.- ¿Por qué el anuncio de la variante ómicron provocó una sacudida mundial mayor que con las anteriores variantes del coronavirus?

La variante ómicron se diferencia de las anteriores aparecidas del virus SARS Cov-2 en que presenta una asombrosa cantidad de mutaciones: 55 respecto al virus original de Wuhan, 32 de ellas situadas en los picos de la corona del virus, que son los que facilitan la entrada a las células humanas y la convierten en potencialmente más contagiosa.

Cuando Sudáfrica anunció el jueves de la semana pasada que había detectado esta nueva variante, los medios de todo el mundo recogieron la noticia subrayando, en tono alarmista, el hecho de que ómicron sea campeona en mutaciones, sin matizar que, como avisan los epidemiólogos, más mutaciones no necesariamente convierten al virus en más peligroso.

Con las portadas de la prensa del viernes manchadas por la palabra del alfabeto griego ómicron —de tenebroso parecido al “necronomicón” del escritor de novelas de terror Lovecraft—, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la catalogó como “variante de preocupación”. Esta fue la puntilla para que el mundo entrara en pánico: desplome en las bolsas, el petróleo y cancelaciones masivas de vuelos procedentes del país que dio la voz de alarma.

Lo que debería haber dicho con más contundencia la OMS ese viernes negro es que también fueron catalogadas en su momento como “variantes de preocupación” las cuatro siguientes versiones del virus original —alfa, beta, gamma, delta— y debería haber advertido con más insistencia a la comunidad internacional que entrar en pánico no sólo no sirve de nada, sino que es contraproducente.

2.- ¿Quién va a volver a alertar de la próxima variante del coronavirus?

Visto el revuelo armado, con seis países del sur de África prácticamente aislados del mundo, la OMS expresó indignación con los países ricos, veloces para vetar vuelos a Sudáfrica, pero excesivamente lentos para llevar vacunas a los países que no tienen, mientras miles de estas caducan en las estanterías.

“A Sudáfrica hay que darles las gracias por alertar al mundo de la nueva variante, en vez de castigarla con medidas que puede agravar aún más a la dañada economía”, declaró este lunes la OMS en un comunicado, donde señala que las prohibiciones generales de viaje no evitarán la propagación internacional de la nueva variante.

Mujer pasa delante de un espectacular en Monrovia, Liberia, que pide no bajar la guardia y llevar siempre cubrebocas (EFE)

Mujer pasa delante de un espectacular en Monrovia, Liberia, que pide no bajar la guardia y llevar siempre cubrebocas (EFE)

De hecho, el martes anunció Países Bajos que dos personas se contagiaron con ómicron una semana antes de la alerta de las autoridades sanitarias de Pretoria, lo cual quiere decir que, probablemente la nueva variante ya llevaba un tiempo circulando por Europa.

En cualquier caso, lo que es absurdo a estas alturas es prohibir vuelos, porque la ómicron ya circula desde Australia a América, donde se han detectado casos en Canadá y Brasil.

“Además —advirtió el comunicado de la OMS—, puede tener un impacto adverso en los esfuerzos de salud mundial al desincentivar a los países para que informen y compartan datos epidemiológicos y de secuenciación”.

3.- ¿Qué hacer entonces, si es contraproducente cancelar vuelos?

Reforzar al extremo las medidas de control a los pasajeros en los aeropuertos, con pruebas de covid obligatorias, en los puntos de salida y llegada, además de la obligatoriedad de que todos los pasajeros estén vacunados y viajen con cubrebocas, como reitera la OMS en su manual de combate a la pandemia.

Más vale vuelos retrasados que cancelados. La economía no puede aguantar otro confinamiento global ni ningún país merece ser castigado por alertar de una nueva variante.

4.- ¿Son efectivas las vacunas actuales contra ómicron?

Si, como es de temer, ómicron tiene un comportamiento igual o peor que delta —la variante que causaba más preocupación hasta hace menos de una semana—, las vacunas perderán eficacia ante la desafiante ómicron.

La pregunta del millón que están tratando de dar respuesta ahora científicos es cuánta eficacia perderían las actuales vacunas ante la nueva variante.

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En el caso de la delta, la eficacia bajó moderadamente en su capacidad para reducir contagios, aunque levemente para evitar que cause estragos en el organismo del enfermo o incluso que acabe matándolo.

El director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, declaró el lunes que todavía no se sabe si la variante ómicron está asociada a una mayor facilidad de contagio o reinfección, a casos más graves o a mayor resistencia a las vacunas, aunque subrayó que "científicos de todo el mundo están trabajando contrarreloj para responder a estas cuestiones".

Amós García Rojas, presidente de la Sociedad Española de Vacunología (SEV), dibuja dos escenarios: “Puede pasar que las vacunas que tenemos sean absolutamente potentes ante esta nueva cepa o que, en función de esas mutaciones, pierdan algo de efectividad, aunque no dejen de protegernos, que es lo que creo más probable. Por eso debemos estar preocupados, no alarmados”.

Federico Martinón, asesor de vacunas de la Organización Mundial de la Salud, lo ejemplifica así: “No sé qué va a pasar con ómicron, pero esto es una cerradura que se va modificando, que es el virus; y la llave, que es la vacuna puede ir cada vez más recia, pero no va a llegar un día en que de repente no podamos abrir. Y la llave es en cierto modo maestra, porque cuando estimulamos el sistema inmune es mucho más amplio de lo que pueda parecer”.

4.- ¿Para cuándo una vacuna antiómicron?

En caso de que sea necesario reforzar las actuales vacunas —como se sabrá en un plazo de dos o tres semanas, según cálculos de la OMS— las farmacéuticas se preparan para hacer ajustes, como hacen cada año con las nuevas cepas de la gripe estacional.

Una portavoz de Pfizer confirmó al diario “El País” que la farmacéutica estadounidense ya se ha puesto manos a la obra: “Estamos comenzando a realizar pruebas de neutralización con la ómicron y esperamos tener datos iniciales en las próximas semanas. Esperamos poder desarrollar y producir una vacuna a medida contra esa variante en aproximadamente 100 días, siempre que se obtenga la aprobación de las autoridades reguladoras”.

Afortunadamente, la comunidad científica está mucho más preparada que hace un año para actuar con celeridad.

Cinco días después de conocerse la existencia de la nueva variante, investigadores de la Universidad de Hong Kong anunciaron este martes que lograron aislar la ómicron de muestras clínicas, lo que abre la puerta al desarrollo de una vacuna.

“La variante aislada permitirá el desarrollo y producción de vacunas contra ómicron. El equipo está explorando oportunidades para el desarrollo urgente y la producción de vacunas de virus completos inactivados”, señaló el comunicado.

5.- ¿Aparecerán nuevas variantes que retrasarán el fin de la pandemia?

Desgraciadamente sí. Mientras el virus sea más listo que la gente que se niega a vacunarse y a usar el cubrebocas, habrá más variantes. Mientras los países ricos no se den cuenta de que es inútil vacunar a sus ciudadanos, si no ayudan a los países que no tienen medios a vacunar a los suyos, la pandemia seguirá causando estragos.

El G7, que el lunes se reunió para abordar este nuevo golpe del virus a la humanidad, acordó que liberaría con carácter de urgencia lo que prometió en su reunión de julio y luego retrasó vergonzosamente: donar mil millones de vacunas a África.

También el lunes, el presidente chino, Xi Jinping, dijo que donaría otras mil millones de dosis para que el 60% de los africanos estén vacunados en 2022.

Lo dijo el lunes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, visiblemente enojado por el egoísmo y la ignorancia de los países ricos, que tratan la pandemia como si fuera una crisis sanitaria nacional y no global:

“El surgimiento de ómicron arroja de nuevo luz sobre un problema recurrente: El desigual reparto de las vacunas contra Covid-19 en el mundo, especialmente, en África, es el caldo de cultivo de las futuras variantes”.