La prensa europea ha comentado este lunes un hecho que le parece espectacular: el 65 por ciento de los ciudadanos franceses prefieren perder tiempos en sus traslados que mermar su dinero pagando casetas de peaje. Esto significa un gasto mayor en tiempos de traslado.
Esto, refiere Joëlle Meskens en el diario Le Soir, significa un cambio radical en una conducta europea y que puede explicarse por el aumento de las tarifas y la imposibilidad de muchos a pagar casetas caras. cada vez más ciudadanos están quedando fuera de la posibilidad de costear tarslados rápidos en supervías.
Lo anterior es el resumen de una encuesta recientemente realizada sobre el tema de los traslados en Francis y no deja lugar a dudas de que los conductores prefieren caminos secundarios que pagar. Lo mismo vale para decidir viajar en auto contra la cara posibilidad del boleto de tren intercitadino.
Los peajes, así, se han convertido en una barrera social, señala Jérôme Fourquet, el encuestador que ha obtenido estos resultados, y agrega que esta situación constituye una bomba social en potencia:
“Recuerden que en la toma de la Bastilla, los revolucionarios destruyeron las barreras de control y acceso a París”.
Esta situación, abunda el reporte de Le Soir, ha provocado que Francia abandonara la idea, surgida en tiempos de jauja económica, que pugnaba por que cualquier francés pudiese andar de un lado a otro de su pequeño territorio libremente, adonde quisiese y cuando quisiese, merced a una red carretera estupenda y que significara viajes de poco tiempo y muy comodamente.
Ahora, señala Le Soir, Francia se convierte en una caricatura de país en donde se viaja, según la condición social, a diferentes velocidades.
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