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Protestas en Portugal: miles exigen soluciones a la crisis de vivienda

Numerosos colectivos marcharon en Lisboa, Oporto, Viseu, Braga, Coimbra y Faro, contra la escalada de precios y la especulación en el mercado inmobiliario

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Portugueses en la manifestación

Portugueses en la manifestación "Casa para Viver, Planeta para Habitar", exigiendo soluciones a los problemas de vivienda en Lisboa

EFE

Este sábado, miles de personas se unieron en varias ciudades portuguesas, incluyendo Lisboa, Oporto, Viseu, Braga, Coimbra y Faro, para manifestarse por la justicia climática y exigir soluciones efectivas a la crisis de vivienda que afecta al país. Estas manifestaciones fueron convocadas por los movimientos “Casa para viver” y “Their Time to Pay”, que incluyen a numerosos colectivos preocupados por estos problemas.

Algunas de las principales exigencias incluyen el fin de los desalojos y los visados “gold”, el control de los precios en sectores esenciales, la creación de más viviendas sociales, la implementación de transportes públicos gratuitos y el aumento del uso de energías renovables descentralizadas. Los manifestantes coreaban consignas como “bajen los alquileres, suban los salarios” para resaltar sus demandas.

“Creemos que las ciudades tienen que ser hechas para todos, pensadas de forma sostenible y no en busca del beneficio fácil, sin ver las consecuencias negativas”, explicó a EFE en la manifestación de Lisboa Diogo Guerra, portavoz del colectivo “Referendo pela habitação” y acompañado del cartel “Nuestros barrios no son vuestros negocios”.

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Protestas en Portugal: el impacto de la crisis

El problema de la vivienda en Portugal tiene un impacto significativo en la vida de muchas personas. Ejemplos como el de Ángela Rocha, una mujer de 42 años que se verá obligada a regresar a la casa de sus padres con su hija debido a la falta de opciones asequibles, ilustran la gravedad del problema. Los precios exorbitantes del mercado inmobiliario y los salarios bajos hacen que sea difícil para las personas encontrar viviendas asequibles.

En los últimos años, Portugal ha experimentado una escalada significativa en los precios de la vivienda. Según un estudio coordinado por el exministro luso de Economía, Carlos Tavares, el precio de la vivienda en el país casi se duplicó entre 2015 y 2022. Lisboa, la capital, se encuentra entre las ciudades europeas más caras para vivir.

Un simple estudio en Lisboa ahora supera los 1,000 euros mensuales, en un país donde el salario mínimo está en 760 euros y el salario medio se sitúa en 1,288 euros brutos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) luso. Esta disparidad entre los ingresos y los costos de vivienda ha dejado a muchas personas en una situación precaria.

Los manifestantes también se mostraron preocupados por la especulación inmobiliaria que afecta a Portugal. Los visados “gold” que otorgan la residencia a inversores extranjeros a cambio de inversiones inmobiliarias significativas, han sido objeto de controversia. Los manifestantes exigen el fin de estos visados, argumentando que benefician a inversores acaudalados mientras empujan los precios de la vivienda fuera del alcance de los ciudadanos locales.

A pesar de las medidas recientes anunciadas por el Gobierno socialista para abordar el problema, muchos manifestantes las consideran insuficientes. El paquete de medidas, que incluye limitaciones y tasas a los pisos turísticos y un tope a la subida de nuevos contratos de alquiler, ha sido criticado por no ofrecer soluciones “eficaces y rápidas” a la crisis. Los manifestantes sienten que el Gobierno no está gobernando en beneficio de quienes los eligieron, sino en interés del sector inmobiliario y turístico.