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“Rebelión indígena en Ecuador pone la democracia en serio peligro”: Quito

Graves disturbios en la capital, pese al estado de sitio. El presidente Lasso denuncia que quieren echarlo del poder

estallido social

Manifestantes indígenas llegan a Quito con machetes y palos en alto

Manifestantes indígenas llegan a Quito con machetes y palos en alto

EFE

La violencia estalló en Quito este lunes, tras la llegada a la capital ecuatoriana de miles de indígenas de las provincias andinas más pobres del país, luego de ocho día de marchas y protestas en distintos puntos del país por el encarecimiento de los alimentos y los combustibles y la falta de ayudas del gobierno de Guillermo Lasso.

Los enfrentamientos entre policías, con gases lacrimógenos y porras, y los manifestantes, que quemaron llantas y levantaron barricadas, desde lanzaron palos y piedras a los uniformados, dejó un saldo de 80 detenidos, dos muertos y un número indeterminado de heridos, en la jornada más violenta desde que estalló el conflicto social.

Estado de sitio

“La democracia de Ecuador está en serio riesgo”, alertó el martes por la mañana el ministro de Defensa, Luis Lara, un día después de que el Gobierno declarara el estado de excepción en las provincias afectadas por los bloqueos de carreteras.

Lara deslegitimó las protestas por haberse convertido en una “acción concertada de personas exaltadas que impiden la libre circulación de la mayoría de ecuatorianos”, y criticó las “acciones de grupos violentos cuyo único objetivo es crear pánico, agrediendo y extorsionando a las empresas, a las instituciones y a las autoridades”.

Disturbios entre policías y manifestantes cerca del centro histórico de la capital ecuatoriana

Disturbios entre policías y manifestantes cerca del centro histórico de la capital ecuatoriana

EFE

“Yo no voy a escapar”

Como reacción al desafío violento de los movimientos indígenas —afines al expresidente Rafael Correa— y con las imágenes aún frescas de las violentas movilizaciones de octubre de 2019 contra el gobierno de Lenín Moreno, que duraron 20 días, el presidente Guillermo Lasso decretó un nuevo estado de excepción, hasta la fecha, sin que haya podido acabar con los disturbios.

“Hemos tendido la mano, hemos llamado al diálogo”, lanzó el presidente en un vídeo en Twitter. “Pero ellos no quieren la paz; ellos buscan el caos. Quieren botar (echar) al presidente, yo estoy aquí, yo no voy a escapar”.

El pronunciamiento del titular de Defensa este martes era la antesala a una jornada clave en la que el líder indígena Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y rostro de las protestas, ofreció una respuesta al llamado a dialogar del presidente ecuatoriano.

“Jamás estaremos de acuerdo en escoger como estrategia la fuerza bélica”, respondió ante los mensajes del Gobierno, en los que se increpa a la Conaie por el clima de conflicto que vive el país cada vez que convocan una protesta. Finalmente, se mostró presto a “agotar todos los procedimientos dentro de lo político” para sentarse a dialogar.

Su lenguaje contrasta con el tono más belicoso mostrado durante la madrugada del lunes, cuando declaró ante cientos de manifestantes a las puertas de Quito: “Nosotros, el movimiento indígena del Ecuador, hemos decidido mantenernos en la lucha y en resistencia, como un derecho de los ecuatorianos”.

Diez peticiones

Entre las 10 peticiones de los manifestantes indígenas está la congelación de precios de las gasolinas de uso cotidiano y transporte, que se dispararon por la cotización internacional del petróleo. Pero también pretenden que los bancos privados y la banca pública perdonen y extiendan el plazo de pago de deudas a cuatro millones de ecuatorianos. Que el gobierno implemente políticas e inversión pública para frenar la precarización laboral, corregir el desabasto generalizado de medicinas en los hospitales públicos y establecer un control de precios contra la especulación de los mercados en alimentos y víveres de primera necesidad.