Parte de sus ataques naranjas más potentes en el debate se dirigirán contra Xóchitl Gálvez, sin duda. Los de la Alianza Opositora dirán nuevamente “ya se quitó la máscara, es un palero de Claudia”, pero es también claro que los asesores más serios de Movimiento Ciudadano han optado por una estrategia clásica para un competidor que aspira a ascender desde el fondo de las encuestas: debe atacar al segundo lugar para propiciar un rebase. Del primer lugar se debe encargar después.

En ese sentido, la participación de Jorge Álvarez Máynez en el debate presidencial del próximo domingo tiene que entenderse como la aparición de un espontáneo en el ruedo. Los televidentes y las redes no vienen a verlo a él, pero sólo por el hecho de estar allí tiene oportunidad de hacerse notar.

En esta primera presentación ante un gran auditorio interesado por la política, Álvarez Máynez llega condicionado por la necesidad de ser visto, de demostrar que puede entrarle al toro y de usar muy bien su tiempo (y ataque) contra las dos candidatas para lograr un primer levantón en las encuestas.

Como se señalaba, previsiblemente centrará su foco de atención en la rival más débil, aunque sí deberá ocupar tiempo en diferenciarse (y diferenciar a Movimiento Ciudadano) de la 4T. Para ello, el candidato naranja debe seguir el guion que originalmente se preparó para Samuel García, el efímero candidato presidencial naranja y sin quien el nuevo abanderado no habría encontrado cabida en la boleta electoral.

Esa es la incógnita más fuerte, si el menos mediático Máynez logrará afianzar y hacer creíble el discurso de la tercera alternativa, construida por jóvenes que le entraron a la política sin usar las fórmulas desgastadas y aburridas del pasado.

Samuel García, sin duda, a partir de su disposición a la exposición en redes sociales, había logrado hacerse visible al insistir, una y otra vez, que ya había rebasado a Xóchitl en las preferencias electorales. Algo irreal, pero que finalmente estaba logrando captar la atención de electores.

¿De qué puede convencer al electoral Álvarez Máynez en este debate? Esa es una de las preguntas que están presentes este domingo 7.

El candidato naranja, torvo y enojón en privado, aunque campechano en lo público (según señalan quienes han trabajado con él) se presenta al debate presidencial luego de que su mayor exposición pública ha pasado por situaciones escandalosas. La postulación entre cervezas que le brindó Samuel y las escenas en un estadio (otra vez cerveceando).

Como todos los emergentes, no hay antecedentes claros en el juego previo para hablar equilibradamente de fortalezas o debilidades. Sencillamente deberá presentarse y lograr construir su primer perfil sólido ante los electores.