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“Sabe que la quería mucho”: el mensaje del feminicida a una madre en dolor…

A los enredos en investigaciones sobre muertes violentas de mujeres en el país se suma la falta de un protocolo de actuación policial. Dictámenes opuestos en un mismo caso: “cadena de omisiones atravesada por corrupción y carencias estructurales”.

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Doña Margarita Alanís, madre de Campira Lisandra Carmolinga Alanís, de 31 años, narra a Crónica el tortuoso camino que siguió para lograr que el asesinato de su hija (a manos del “Matanovias”) dejará de ser clasificado como suicidio

Doña Margarita narra a Crónica el tortuoso camino que siguió para lograr que el asesinato de su hija (a manos del “Matanovias”) dejará de ser clasificado como suicidio

Campira Lisandra Carmolinga Alanís, de 31 años, dejó en orfandad a un niño de 12 años y a una bebé de 2.

Su madre, Margarita Alanís, ha confeccionado en su recuerdo diversos bordados de tela: en uno aparece junto a ella y los dos pequeños, rodeados de otras madres incansables en la búsqueda de justicia, cuyos pasos se dirigen a esas audiencias judiciales interminables, improductivas y lacerantes.

La madre confecciona en recuerdo de su hija diversos bordados de tela.

La madre confecciona en recuerdo de su hija diversos bordados de tela.

Seis años ya, sin ella, justo por estos días decembrinos. Su desgarradora historia dejó al descubierto el modo de operación de Jorge Humberto Martínez, “El Matanovias”.

“El tipo era pareja de mi hija de dos meses atrás y estaban intentando vivir juntos -retrocede doña Margarita-. Festejamos Navidad en Acapulco, con mis dos nietos, pero ella se regresó a la Ciudad de México por pendientes de renta con un departamento”.

-¿Cuándo fue la última vez que habló con ella? -se le pregunta.

-Fue el 30 de diciembre de aquel triste 2016, estaba contenta porque había logrado arreglar todo. Éramos muy cercanas, nos mandábamos mensajes constantemente, pero el 31 ya no me pude comunicar con ella y me preocupé. Yo tenía el teléfono del sujeto: me contestó un mensaje diciendo que había salido lejos con unos amigos, pero que ella estaba bien, en el departamento. Sin embargo, pedí a un amigo que fuera a visitarles y me contó que el tipo estaba en la casa y le dijo que supuestamente Campira estaba dormida. Esa fue su primera contradicción”.

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La madrugada del 1 de enero intentó llamar otra vez para desearle feliz año, pero el celular seguía muerto.

“Finalmente llamé al papá de mi nieta para que la fuera a buscar. Lo hizo después de salir del trabajo, ya de noche, pasó por mi hijo y llegaron juntos al departamento: ahí la encontraron muerta, en medio de un olor a gas”.

-¿Dónde estaba Martínez Cortés?

-Desaparecido, aunque estando yo declarando en la Procuraduría, tan pronto me pude trasladar de Acapulco a la ciudad, me comenzó a bombardear con mensajes: ´usted sabe que la quería mucho´.

-¿Cómo lograron vincularlo?

-Mi hijo consiguió con los vecinos un video en el cual se constató que él había estado en el departamento desde el mediodía y hasta las 8 de la noche del 31, y la necropsia confirmó que Campira murió durante ese lapso, de asfixia por estrangulación. Él abrió las llaves del gas, le cortó las venas y la dejó con muchos moretones en piernas y brazos. Los mayores indicios fueron que él aparecía en las cámaras y sus antecedentes criminales.

El conocido como “Matanovias” había hecho antes lo mismo con dos mujeres: mató en 2014 a Yang Kyung Ju Borrego, cuya historia ya ha sido relatada en estas páginas, y en 2008 había intentado matar a otra chica, quien logró escapar, aunque no lo denunció ante las autoridades porque fue amenazada. A ella también le cortó las venas y le abrió las llaves del gas.

“Dos casos previos comprobados y visibles, pero no sabemos con cuántas más lo intentó o consumó. A mi hija y a las otras dos víctimas les cortó el cabello, como una especie de trofeo”.

Contrario a otros casos, el expediente de Campira avanzó con ayuda de un periodista amigo de la hermana de doña Margarita. La interpol se sumó y fue así como detuvieron al ´Matanovias´ en octubre de 2017, en Guatemala, donde simulaba ser indigente.

Era un caso claro, aunque en el MP intentaron de inicio torcer la realidad…

“El primer funcionario que me atendió en la entonces Procuraduría me dijo: “¿ya le informaron que su hija se suicidó?”. Y me empezó a hacer preguntas tendientes a decir que ella tenía esos hábitos. Por fortuna, después entró una MP mujer que desechó por completo la tesis del suicidio y comenzó a investigar el caso como feminicidio”.

Jorge Humberto Martínez hoy se encuentra en el Reclusorio Oriente, pero la crisis sanitaria frenó el proceso en su contra.

“Antes de la pandemia nos faltaba una audiencia para terminar el periodo intermedio y que nos dieran la fecha del juicio oral, pero todo se suspendió, además de que él ha metido muchos amparos para obstaculizar. Una de mis principales quejas es la tardanza de los jueces para resolver. A principios de este año me citaron para el juicio oral, fuimos a la audiencia pero la suspendieron porque el defensor se volvió a amparar, argumentando que faltaba la última audiencia intermedia. Y es hora de que no nos han llamado”.

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INTENTOS FALLIDOS. A la falta de un protocolo para investigar la muerte violenta de mujeres en el país y de una guía de necropsia, se suma la falta de un protocolo de actuación policial en casos de feminicidio y violencia de género. Apenas en octubre pasado la Conferencia Nacional de Secretarios de Seguridad Pública se reunió en una segunda mesa de trabajo para elaborarlo.

-¿Qué sanciones hay para los servidores públicos que incumplen su trabajo o incurren en omisiones en casos de este tipo? -se pregunta a la abogada Ana Yeli Pérez Garrido, del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

-Es un tema pendiente en México, ha habido una cultura permisiva. Acompañamos un caso en el cual sólo le dieron una amonestación administrativa al funcionario involucrado, y eso porque el papá ha luchado mucho. Las sanciones a servidores en la vía penal son muy bajas, prescriben al año; algunas leyes estatales contemplan hipótesis sobre las responsabilidades de servidores públicos, en casos de obstrucción de justicia, pero fuera de eso, generalmente es abuso de autoridad que prescribe al año.

La asesora propone una ley del feminicidio, la cual contemple las condiciones mínimas de atención, medidas de prevención y protocolos de investigación policial, ministerial y pericial.

-¿Por qué los dictámenes opuestos de fiscalías y servicios forenses en torno a un mismo caso, como ocurrió con Ariadna Fernanda, Debanhi Escobar y muchas otras víctimas?, ¿son rezagos, deficiencias, o es corrupción?

Responde la especialista forense Adriana Rubio:

-No siempre los dictámenes van a salir idénticos, pero discrepancias tan enormes hablan de omisiones. En muchos casos hay componente de corrupción, pero en mi experiencia he corroborado falta de profesionalización y competencia.

-¿Esta cadena de corrupción llega a los forenses?

-Es complicado corromper al perito, porque su trabajo no es tan visible, pero sí carecen de debida diligencia, perspectiva de género y compromiso, a eso se suman las deficiencias estructurales de las fiscalías: tienen poco personal y un número alto de casos; es un poco de todo, además de que se normalizan los asesinatos de mujeres, y eso se refleja en múltiples casos en los cuales las autoridades concluyen accidentes, suicidios o muertes naturales. Es una cadena de omisiones atravesada por la corrupción y las carencias estructurales.

-¿Hacia dónde deberíamos caminar?

-Hacia la constante capacitación de servicios forenses, la homologación de todos los protocolos para feminicidios y violencia sexual, que es algo que sentenció ya la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el caso Campo Algodonero, y a la coordinación eficaz entre las fiscalías de los estados, porque hemos visto un incremento de casos en los cuales la privación de la vida ocurre en un estado y el cuerpo se encuentra en otro. Hacer esa conexión es fundamental para hacer justicia.

Esa es la promesa, el deseo de muchas madres, como la de Zyanya, la de Mariana, la de Yang Kyung y la de Campira, cuya sonrisa permanece en una tela bordada, junto a sus dos hijos…

MODOS DE OPERACIÓN RECURRENTES DE FEMICIDAS

*Por tratarse en la mayoría de los casos de esposos o parejas, estos se presentan en los funerales, para darle el pésame a las familias y hasta ofrecerles apoyo económico.

*Cuando son señalados se entregan a las autoridades, apostando a que, por las investigaciones distorsionadas y contradicciones en las carpetas de investigación, quedarán libres.

*Inician campañas mediáticas, convocando a familiares y amigos para que los sitúen en un lugar distinto al de los hechos.