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Migrantes piden lugar para dormir; abandonados en Tláhuac

Las autoridades “han desaparecido…”, dicen los vecinos. Es decir, no hay quién atienda a los migrantes; Los migrantes que duermen o descansan durante el día sobre las banquetas lo hacen al interior de casas de campaña de colores; otros duermen sobre las banquetas donde han tendido cobijas para ello y otros simplemente sobre cartones y con su mochila de almohada

Francisco Mejía

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En grupos o de manera individual cientos de haitianos, mujeres, menores de edad y hombres, duermen en las banquetas, aledañas al Bosque de Tlahuac y del Hospital General Tlahuac del ISSSTE. En la calle hacen todo: duermen, comen, defecan…

Ello sucede así porque al interior de ese Bosque, donde desde el 29 de marzo del presente año se abrió un albergue para migrantes, está saturado. Ya no hay espacio para recibir a más migrantes. Es lo que les han dicho las autoridades, aunque todos observan que espacio hay mucho. Y sí lo hay.

En la banqueta se le preguntó a un joven migrante de Haití por qué dormían en la calle. Con su nulo español acudió a un traductor en su celular y escribió “no estamos en la posada porque no tenemos donde dormir…”. Se refería evidentemente al albergue oficial.

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“¿Y entonces dónde duermen?” se le preguntó pese a lo evidente del hecho y de la misma forma respondió “en la calle y buscamos un lugar para dormir…”.

El reportero pudo constatar que los migrantes se han extendido más allá del Bosque de Tlahuac; por ejemplo unos pocos de ellos duermen en calles de la colonia de El Mar, como es Aleta y Langosta.

Francisco Mejía

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Aquí un par de ellos ha hecho amistad con jóvenes de la colonia y toman alcohol y consumen droga. Otros duermen en la entrada de la Unidad Habitacional Villas “Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal” de donde en días pasados fueron corridos por sus habitantes bajo el argumento de que son “escandalosos, peleoneros y cochinos”.

Al interior de ésta habían ocupado una cancha de basquetbol para tender sus casas de campaña y ahora duermen sobre la banqueta que está en la entrada principal de dicha Unidad Habitacional, sobre la Avenida Heberto Castillo en Tlahuac.

Una mujer migrante que duerme sobre la banqueta es entrevistada en esté punto. Lleva con ella dos niñas de 3 y 5 años y dice en su poco español “tienen muchos problemas aquí… para dos niños hace mucho frio… no tienen habitación… Aquí dormir aquí, aquí en el suelo… Aquí se necesita mucho comida, habitación todo es problemas… No estamos en la posada porque no tenemos donde dormir… En la calle buscamos un lugar para dormir…”.

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Los migrantes que duermen o descansan durante el día sobre las banquetas lo hacen al interior de casas de campaña de colores; otros duermen sobre las banquetas donde han tendido cobijas para ello y otros simplemente sobre cartones y con su mochila de almohada.

Francisco Mejía

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Las autoridades “han desaparecido…”, dicen los vecinos. Es decir, no hay quién atienda a los migrantes.

El reportero buscó en el lugar y en el albergue que se localiza al interior del Bosque de Tlahuac una opinión de la Alcaldía o de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO), pero nunca hubo respuesta a la solicitud.

Los migrantes deambulan por las calles ante el abandono evidente en que se encuentran. Buscan casas para rentar e incluso algunos de ellos han llegado a colonias alejadas unos 2 kilómetros, como Jardines de San Lorenzo en Iztapalapa, donde actualmente rentan algún espacio para la familia que traen con ellos.

Otros andan en busca de trabajo como se pudo observar a un par de ellos que llegaron a un comercio denominado Carnitas Michoacán El Paisa sobre la Avenida La Turba, frente al Bosque. Ello pese a que aún no tienen un formato migratorio que los avale para residir y trabajar en México.

Francisco Mejía

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Ambos fueron rechazados y uno de ellos comentó al reportero “necesitamos dinero… y tenemos que trabajar…”.

Pero hay haitianos que han sabido conectarse mediante una “cuota” a la autoridad o al líder de comerciantes al interior del Bosque y ya cuentan con un negocio. Entre las decenas de puestos de vendimia que ofertan su productos al visitante se encuentran haitianos que ya venden refrescos, agua, artesanías o de plano comida haitiana.

Elifet es uno de ellos y lo encontramos barriendo su puesto de comida. “Trabajo mucho aquí es mi puesto aquí yo vendo comida… carne frito, pollo, muchas cosas… Aquí me compran, compran mexicanos y haitianos, todos compran, todos comen aquí… Sí todo va bien, super, está bien la venta…”. Con su puesto de comida tiene dos meses y un par de días.

Pero no todos tienen el éxito de Elifet. A otros muchos se les prohíbe el ingreso al Bosque. El policía García de la Secretaría de Seguridad Ciudadana llegó a la entrada principal con otros cuatro policías para impedir el paso de migrantes. Por la radio informa “tengo aquí a varios extras…”. Y se escucha la otra voz “mándalos a la puerta 5, por Campamento 5…”.

Francisco Mejía

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Pese a que no los va a dejar pasar el oficial se da tiempo para regañarlos “con mochilas nada, no pueden pasar… además tú sabías a lo que venías al salir de tu país, desalojen la puerta por favor…”. Es domingo y les dice que hay un evento por el que no pueden pasar.

Sin embargo enviarlos a la Puerta 5, solo es un engaño. El reportero acompañó a alrededor de 20 migrantes de Haití que llegan a dicha puerta e igual se les impide el paso “es domingo, no hay tramites y el albergue ya está lleno…”, les informa otro policía.

Gobierno de la CDMX, omiso

Para la representante de la organización Apoyo a Migrantes Venezolanos, July Rodríguez, el gobierno de la Ciudad de México “no quiere ampliar el albergue; una buena parte del albergue que existe ahora, podrían ampliarlo”.

En entrevista con el reportero calificó de “terrible” la situación que viven en las calles los migrante pues están a manos de la delincuencia, de los taxistas que les cobran lo que quieren y de policías que les piden cuotas para todo.

Criticó al gobierno mexicano de no tener “un plan para dar información en distintos idiomas para los migrantes”. Ante esa falta de información existen lugares, tanto en Tapachula, Chiapas como aquí en la Ciudad de México, donde según dijo “les venden supuestas citas para su regularización en la Comisión Mexicana de Ayuda a refugiados (COMAR)”. Mismas que solo son una estafa.