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Otis rompe patrones en número de muertos y daños económicos

Tras la instalación del SIAT-CT, sólo es superado en decesos por la combinación Ingrid-Manuel. ¿Pudieron evitarse estos dolores entre las familias guerrerenses? La respuesta de especialistas es sí; reprochan improvisación en operación del Sistema y CNPC.

tragedia en Acapulco

Hoteles afectados en Acapulco tras huracán Otis

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Cuartoscuro

Por los daños materiales, pero sobre todo por las pérdidas humanas, Otis es ya el segundo huracán de mayor impacto en México desde la instalación del Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT-CT), en el año 2000. Y está entre los más devastadores de la historia…

De acuerdo con datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en este lapso de 23 años, la cifra de muertes provocadas por Otis sólo es superada por el de aquel fenómeno extraordinario de 2013, cuando se combinaron dos huracanes al mismo tiempo: Ingrid en el Golfo de México y Manuel en el océano Pacífico, el cual sumó -entre ambos- 157 fallecidos.

Por sí solo y, conforme a los datos oficiales -siempre cuestionados-, Otis ha dejado hasta ahora 48 muertos e igual número de desaparecidos, para un total cercano a 100.

¿Pudieron evitarse estos decesos, estos dolores entre las familias guerrerenses? La respuesta de especialistas en protección civil consultados por Crónica es afirmativa. Coinciden -en sintonía con las fallas y errores del Sistema Nacional de Protección Civil y de la Coordinación Nacional ventilados en la primera parte de este trabajo- en negligencias, indolencias y acciones tardías de autoridades responsables, en especial de la coordinadora Laura Velázquez Alzúa.

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INDOLENCIA Y ESTAMPITAS

“Hubo un vacío de autoridad, falta de sensibilidad por parte del tomador de decisiones, que es el presidente de la República, un miedo de decirle lo que estaba pasando, porque a los huracanes no se les detiene con estampitas. Hubo soberbia en la administración pública federal, el tema autoritario de no aceptar un no por respuesta: no señor presidente, así no es, esto no se puede hacer, esto sí, aunque me corra, pero primero está la necesidad de proteger a la gente”, aseguró a Crónica el marino César Orlando Flores, autor del libro: “Protección Civil, indispensable para la seguridad nacional”, y quien ha dirigido las áreas de protección civil en la UNAM, y en diversos estados y municipios.

“No es empezar a hacer cuando impacta un huracán, es prepararse con anticipación para que los daños sean los menos posibles. Sobre todo, informarle a la población lo que puede pasar. Es cocinar desde ahora lo que puede ocurrir en el siguiente huracán, pero a los políticos les interesan más otras cosas. No hay voluntad. El tema está invisible frente a lo político, porque no les representa cuota, y ponen en Protección Civil a quien le deben un favor, o al leal. Y ahí están los resultados. Los presidentes no tienen por qué ser expertos, pero sí son responsables de poner a un experto ahí. Alguien no hizo su trabajo, alguien prefirió concentrarse en las campañas y poner una canción de Chico Che”.

-¿Velázquez Alzúa tiene el perfil idóneo?

-Es licenciada en historia, fue alcaldesa de Azcapotzalco, es política con 90 por ciento de lealtad.

-¿Es justificante para la inacción que se diga: el fenómeno evolucionó en pocas horas?

-No, porque ya tenías el alertamiento del Sistema, porque sabías que es la temporada de ciclones. ¿Cuánto tiempo te tardas en convocar, en avisarle al presidente, en darle una tarjeta para que alerte en su plataforma mañanera? Es sentido de responsabilidad. La indolencia también llevó a este desastre. El huracán iba a provocar los mismos desastres, pero la gente debió ser evacuada y reducir las muertes al mínimo. ¿Cuánto tiempo y dinero costará ahora la reconstrucción de este polo turístico tan importante, que generaba una gran derrama económica para el país?

RÉCORDS

Desde la instalación del SIAT-CT, en el 2000, es notorio el descenso en fallecidos por ciclones o huracanes. A excepción del referido 2013, con Ingrid y Manuel, año en el cual el total de muertes fue de 180, en el resto de los años fueron pocas: 546 del 2000 al 2022, para un promedio de 23 por año.

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La administración de Enrique Peña Nieto terminó con 13 y 15 fallecidos al año como máximo. Y el patrón se había repetido en la 4T: 4 en 2019, 15 en 2020, 10 en 2021 y 11 en 2022, hasta este episodio fatídico de Otis, en el cual los dolores se multiplicaron.

COSTOS ECONÓMICOS

Otis también se ubica ya como el desastre ciclónico con mayor impacto económico en la historia de México. Ingrid y Manuel, en 2013, significaron un costo de 3 mil 41 millones de dólares, de acuerdo con cifras oficiales. Hoy, los cálculos son muy superiores…

La calificadora Fitch Ratings estima pérdidas catastróficas por 16 mil millones de dólares, mientras Enki Research, firma de análisis de riesgo especializada en desastres naturales, las ubica en 15 mil millones de dólares.

Tan sólo el monto de la inversión destinada por el gobierno federal al plan de atención a la población afectada, en una primera etapa, es de 61 mil 313 millones de pesos, más de 3 mil 500 millones de dólares, lo cual supera la referencia de 2013, la más alta hasta ahora en el historial mexicano.

“Hay un aspecto central para aminorar el impacto: la inteligencia, que es la capacidad de comprender el riesgo, y nadie fue capaz de hacerlo con Otis. El gestor de riesgos está obligado a pensar en los escenarios menos improbables, porque es ahí donde se dan los desastres. Siempre hay que prepararse para lo peor, esperando lo mejor”, señaló en entrevista Luis Eduardo Pérez Ortiz Cansino, ex director de Análisis y Gestión de Riesgos del Cenapred, con más de 37 años de experiencia en el tema.

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“Como parte del equipo me tocó atender el huracán Dean, categoría 5. No hubo un solo muerto en la Península de Yucatán, porque la gente de allá está entrenada, saben lo que es el viento, y en el Pacífico no existe esa cultura. Hay que trabajar con las comunidades para que comprendan que no sólo es lluvia, también es viento, e ir preparando los protocolos con ellas. No ha habido avances en la cultura de protección civil”.

-¿Qué falló? -se le cuestionó.

-No hubo quien llevara a la realidad el Sistema de Alerta Temprana. No se comprendió bien el peligro, no se establecieron espacios de coordinación, no se comunicó rápido y bien a la población, que de última hora recibió un mensaje que no fue capaz de interpretar. Hubo tropiezos por todos lados. ¿Por qué no se instalaron los consejos de protección civil en los tiempos establecidos por el Sistema? En las ciudades costeras deberíamos tener una alerta similar a la sísmica en la Ciudad de México.

Según Pérez Ortiz, quien también fue presidente del Consejo Científico Asesor del Fondo Nacional para la Prevención de Desastres, es urgente acabar con el desdén hacia la gestión profesional de riesgos.

“Ya hay licenciados, maestros y doctores en gestión de riesgos, como para que tengamos a personas sin conocimiento ocupando puestos de decisión. El cambio climático cada vez es más evidente, y los expertos son desdeñados por la clase política. Si te van a operar del corazón, por lo menos quieres un cardiólogo. Nuestras ciudades están teniendo paros cardiacos e infartos, y siguen creyendo que los improvisados resolverán el problema”…