El mundo se encuentra cada vez más digitalizado y la cantidad de productos, herramientas o nuevas tecnologías no dejan de surgir, para esto, los países buscan mantenerse actualizados para evitar verse superados; algo similar está pasando con los activos virtuales y México no se queda atrás en su adopción y regulación, ya que muchos usuarios se preguntan si las criptomonedas son legales en México.

Rodrigo de Jesús Valdivia Garnica, Legal & Compliance Manager de TruBit, uno de los ecosistemas más completo de activos digitales en América Latina, asegura que "estos medios de intercambio electrónicos están ganando terreno en el ámbito financiero, pero aún enfrentan desinformación y estigmatización debido a que los asociación con fraudes, lavado de dinero, estafas, entre otras. Sin embargo, la situación actual de estos activos va madurando cada vez más y aunque es claro que queda mucho camino por recorrer, lo importante es que se dio el primer paso".

Y es que de acuerdo con la Ley Fintech, promulgada en México en 2018, un activo virtual es cualquier representación de valor registrada electrónicamente, utilizada como medio de pago en actos jurídicos, y cuya transferencia ocurre exclusivamente a través de medios electrónicos. Importante destacar que no se consideran activos virtuales la moneda de curso legal en México, las divisas internacionales, ni cualquier otro activo vinculado a estas.

Es común pensar que la Ley anterior es la única que regula o que observa los activos virtuales en nuestro país, sin embargo, la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, mejor conocida como Ley Antilavado, también los reconoce como una representación de valor registrada electrónicamente. Estas leyes buscan proporcionar un marco legal claro, proteger a los usuarios, y prevenir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.

Para operar activos virtuales en México es importante destacar que hay dos regímenes bajo los cuales se pueden realizar operaciones con estos:

1. El Régimen Financiero: Incluye a las Fintech y bancos, los cuales están sujetos a una regulación estricta y solo pueden operar con activos virtuales autorizados por el Banco de México, que hasta ahora no ha emitido dichas autorizaciones.

2. El Régimen no Financiero: Se refiere a las empresas que operan bajo la Ley Antilavado, permitiéndoles realizar intermediaciones con activos virtuales no reconocidos por el Banco de México. Estas entidades están obligadas a cumplir con una serie de requisitos en materia de prevención de lavado de dinero.

En palabras del responsable del área legal de TruBit, "los activos virtuales sí son reconocidos como medios de pago válidos en México, lo que significa que pueden utilizarse para comprar bienes, pagar servicios o transacciones financieras, mostrando la aceptación y legalidad de estos activos en el país."

El desconocimiento que existe sobre este tema radica en que la información sobre la legislación de los activos virtuales sigue siendo muy especializada, se requiere de mucho conocimiento para entender cómo funciona. Inclusive, en muchas ocasiones las compañías que realizan u ofrecen este tipo de servicios se espera que tengan una licencia como un banco o una Casa de Bolsa. No obstante, tanto las entidades financieras como las no financieras están sujetas a supervisión; las primeras por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Banco de México, y las segundas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), asegurando que cumplan con las leyes de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo.

"Los activos virtuales representan una innovación financiera en México, ofreciendo un medio de pago alternativo legal y regulado. La Ley Fintech y la Ley Antilavado son claros ejemplos del esfuerzo del país por adaptarse a las nuevas tecnologías financieras, protegiendo a los usuarios y promoviendo un ambiente seguro." puntualiza Rodrigo Valdivia de TruBit.

Aunque el camino aún es largo y el marco regulatorio seguirá evolucionando, los activos virtuales son, sin duda, una parte legítima y cada vez más importante de la economía digital en México.