Nacional

Demagogia rampante y vanidad, un texto de Anamari Gomís

El doctor López Gatell, que sabe de lo suyo como médico, de lengua se comió un plato grande y rebosante, en cuanto a politizar absolutamente todo. Es un demagogo  hábil, que miente con la mano en la cintura.

Demagogia rampante y vanidad, un texto de Anamari Gomís

Demagogia rampante y vanidad, un texto de Anamari Gomís

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“Me metí “a Twitter el lunes por la noche, ya tarde, y me topé con el fragmento de la entrevista que en el programa del Canal 22, El Chamuco, los famosos moneros consentidos del presidente, Rafael Barajas : El Fisgón y José Hernández (Helguera, el tercer amigo de AMLO, murió joven, hace unos días, a los 55 años) le hicieron al epidemiólogo Hugo López Gatell. Me quedé estupefacta con la aseveración, de todos ya conocida, del zar del Covid en México en referencia a los padres que protestan por la falta en nuestro país de medicinas oncológicas para niños: “… este tipo de narrativas de golpe, a veces se ha conectado en Latinoamérica, en la historia de Latinoamérica, con golpe golpe, golpe de Estado, y esta idea de los niños con cáncer que no tienen medicamentos cada vez la vemos más posicionada, más como campaña, más allá del país, de los grupos de derecha internacionales que están buscando esta ola de simpatía de la ciudadanía mexicana, ya con una visión casi golpista”.

¡Cáspita!, me dije, esto es una locura total. Hace rato que siento que a los mexicanos nos subieron a la nave de los locos, como esas embarcaciones que navegaban sin rumbo, ocupadas por hombres y mujeres desquiciados durante la Edad Media. A raíz de mi contacto en redes con una ferviente seguidor de la Cuatroté, que no insulta sino que me hace comentarios, que yo recibo en aras de la pluralidad y de entender otras perspectivas, una caterva de bots o no bots, de fanáticos del régimen, convencidos de su seria y absoluta participación en un Gobierno de izquierda, con enorme sentido social, el de la Cuatroté, comenzaron a trolearme, es decir, a insultarme y aporrearme como podían. Mi contacto cuatroteísta me conminó a que viera el programa completo de El Chamuco. Primero me rehusé, y lo dije (uno de los moneros citó mi Tweet para que me apalearán más, supongo), hasta que anoche vi la entrevista completa .

El doctor López Gatell, que sabe de lo suyo como médico, de lengua se comió un plato grande y rebosante, en cuanto a politizar absolutamente todo. Es un demagogo hábil, que miente con la mano en la cintura. Negó el desabasto de medicinas oncológicas para niños y aludió a las conjuras de farmacéuticas y gobiernos del neoliberalismo que se llevaban enormes tajadas de dinero (no lo dudo), pero insistió en que de ninguna manera hacían falta los medicamentos. Eso era infodemia, información falsa difundida, según él, por El Reforma, El Universal y el Milenio. De eso me atacaban los tuiteros cuatroteístas, de haber caído en la laguna negra de la infomedia, “por bruta, por mala maestra universitaria y pésima escritora”.

Confieso que me apabullaron tantos Tweets en mi contra. Comencé a “bloquear” a mis detractores, cosa que me llevó mucho tiempo. Me agoté y me deprimí.

Ayer me enteré que el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó la carencia de varias medicinas para el cáncer y afirmó que se está trabajando para obtenerlas. No secundó a su mosquetero López Gatell. En una orilla, al leer eso, desembarcamos un rato a algunos que surcábamos algún océano inhóspito en la nave de los locos.

En aras de limpiar al gobierno de la corrupción, cuando el gran Transformer llegó al poder, desarmó la estructura de distribución de medicinas, según explica Mario Maldonado en su artículo “AMLO, PISA y el desabasto, una historia de terror” (El Universal, 30 de junio de 2021). Con la entonces titular de la Oficialía Mayor de Hacienda, Raquel Buenrostro, y del mismísimo Hugo López Gatell, desmontaron el acceso a la compra de medicinas y su repartición . Las farmacéuticas pasaron entonces a dificultar todo movimiento del gobierno, en especial PISA, y boicotearon las compras en otros laboratorios del país. ¡El horror! Ahí empezó el grave problema de la carencia de medicamentos esenciales, explica Maldonado. Y a veces, señores, hay que negociar en aras de la tranquilidad de muchos, del bien muchos, de la salud de muchos. No existe discurso que avale lo contrario. El Ixca Cienfuegos de Carlos Fuentes en la Región más transparente lo entendería bien, más allá de la ciudad de los “tres ombligos”, Ixca recorre el país entero, no solo el Anáhuac, y acepta la afrenta de los dioses : “!No te rajes manito!”, le diría a Hugo López Gatell , dijiste lo que dijiste y no hay manera de echarte para atrás, ni con ejército de bots, ni con el diario La Jornada a tu lado. ¡Qué le vamos a hacer!

La apuesta, ahora que se reanuden las “vespertinas”, es que el doctor López Gatell no mienta , que no lleve agua a su molino, que actúe como científico y que enfrente con enjundia y veracidad cualquier ola pandémica y nos advierta de qué hacer y qué no hacer, que ese es su cometido y no otro.

Ah, y como a mí también me gana la vanidad, como al doctor López Gatell, un saludo al Fisgón que citó mi tweet donde me rehusaba a ver su programa. A él no lo he bloqueado.