
La actual Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, en la que abundan cactus, palmas y agaves vivos con más de mil años de edad, fue hace millones de años el suelo de un mar cálido y de poca profundidad en el que abundaban moluscos prehistóricos del tipo amonitas, que hoy son fósiles. Así lo explica el documental científico sobre la reserva que será una de las piezas principales de exhibición en el nuevo Museo de la Evolución, que abrirá sus puertas este mes en Tehuacán, Puebla.
Alejandro Alonso, productor asociado y guionista del documental, explicó a Crónica que el documental, de siete minutos de duración, requirió muchos meses de trabajo en los cuales se armó el guión como si se tratara de una historia que narra un viejo habitante del lugar, el cual resulta ser un viejo árbol de la especie conocida popularmente como Pata de Elefante (Beaucarnea). La voz del narrador es la del actor mexicano Humberto Zurita.
“Utilizamos el mismo abordaje que usan muchos programas de conservación, que consiste en seleccionar a una especie viva, que llamamos especie paraguas, que por sus interacciones con otros seres vivos nos puede ayudar a explicar cómo funciona el ecosistema. En este caso, el árbol Pata de Elefante nos sirve para fines didácticos no sólo porque tiene muchas interacciones con insectos, aves y otras plantas del lugar, sino porque es una especie en la que encontramos ejemplares milenarios, que llegan a tener entre 2 mil y 5 mil años, lo que nos permite expresar que han sido testigos de muchas cosas”, indicó Alonso, quien también es novelista y ha realizado numerosos documentales científicos para el Canal Once de Televisión.
Dirigido por Rodolfo Juárez y David Castañón, el documental presenta animaciones por computadora en las que se observa cómo ha sido el desplazamiento de los continentes a lo largo de la historia del planeta Tierra y cómo surgen los territorios que actualmente ocupa México.
El documental presenta algunos animales prehistóricos que habitaron el lugar, como mamuts, grandes armadillos, tígres dientes de sable y algunos ancestros de los caballos y camellos. Luego habla de las especies vivas resistentes a la larga exposición al sol, como ocurre con los Pata de Elefante. Se usan imágenes aéreas de drones y tomas con lentes macro para presentar insectos, como arañas que realizan caprichosas arquitecturas con sus telarañas.
“Desde luego que es un documental científico, pero no saturamos al público con datos o cifras, lo que deseamos es que sea un estímulo en favor de la conservación. Queremos que la gente que vea este documental, ya sea en el Museo o en internet diga ‘Yo quiero conocer más de la reserva’ y que de ese modo se comprometa más en su conservación”, explicó Alejandro Alonso.
Su superficie es predominantemente árida, pero su compleja topografía generó en el mismo espacio una diversidad de microclimas y ambientes que hizo posible que ahí fuera uno de los primeros lugares de América donde nació la agricultura, como se ha documentado con el hallazgo de mazorcas de maíz de más de 5 mil años de antigüedad, en cuevas cercanas a Tehuacán.
“El documental buscar ser inductivo; generar en los espectadores una sensación, una emoción y, a partir de ahí, crear un movimiento interior en favor de conservar este patrimonio natural”, concluyó Alejandro Alonso.
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