
Después de casi cuatro años de investigación en comunidades agrícolas y forestales del municipio de Nanacamilpa, Tlaxcala, científicos de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh) identificaron una nueva especie de luciérnaga que probablemente recibirá el nombre de Macrolampis chapingüensis.
La especie recién descrita llamó la atención porque realiza sus rituales de cortejo y apareamiento en el mes de marzo, a diferencia de otras luciérnagas que se reproducen en junio y julio, pero además es más grande que el resto.
A lo largo del siglo XX la Universidad Autónoma de Chapingo fue considerada la institución más importante de América Latina para la enseñanza de la ingeniería agronómica. Fue fundada en 1854 como Escuela Nacional de Agricultura (ENA) y en 1978 cambió su estatuto legal y nombre a UACh. Su Campus central se ubica en las orillas de Texcoco, Estado de México.
En entrevista exclusiva con Crónica, el profesor-investigador Rodolfo Campos Bolaños, quien es uno de los autores de hallazgo, junto con el doctor Tulio Méndez Montiel, dijo que para poder afirmar que se trata de una especie no registrada solicitaron la ayuda del doctor Santiago Zaragoza Caballero, del Instituto de Biología de la UNAM. Él es el más importante experto mexicano en taxonomía de las luciérnagas. En 2015 ese científico de la UNAM identificó 10 nuevas especies, algunas de ellas de Sonora.
Gracias a su ayuda han podido observar las diferencias entre la nueva especie, que aspira a llamarse Macrolampis chapingüensis y la especie más abundante en Nanacamilpa Tlaxcala, y que se llama Macrolampis palaciosi.
“En 2012 nos dimos cuenta de que en México hay muy buenos estudios de la taxonomía de la luciérnaga, pero hacían falta muchísimos datos sobre la biología y la ecología de estas especies. Entonces nos dimos a la tarea de estudiar otros datos y ahora contamos con información nueva sobre el ciclo de vida, con aspectos como dónde ponen los huevecillos, cuántos huevecillos depositan, cómo se comportan las larvas, qué ocurre en los meses que viven en el suelo y cómo se desarrolla el ciclo de cortejo y copulación, que es cuando los machos brillan y se pueden mirar por las noches”, agrega Campos Bolaños, miembro de la División de Ciencias Forestales (Dicifo), de Chapingo.
Rodolfo Campos dijo que todavía hace falta investigación y recomienda cuidar mucho los ecosistemas donde habitan estos animales luminosos si se desea recibir turistas a largo plazo, sin devastar estos parajes en pocos años.
“El ecoturismo está creciendo y se debe ordenar con los datos de investigación. En 2014 visitaron la zona de Nanacamilpa, Tlaxcala, 65 mil personas y en la temporada 2016, que está por terminar, habrán llegado 90 mil. Esto es positivo porque deja derrama económica a la comunidad, pero si se pisotean los terrenos y se destruyen los huevecillos, las poblaciones crecerán o se desplazarán a otros lugares. Hay que hacer rutas específicas de visita, delimitarlas con lazos y hacer pruebas para identificar en qué suelos hay huevecillos”, dijo el experto universitario.
El coautor del hallazgo de la luciérnaga Macrolampis chapingüensis pidió a la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y a las autoridades de Turismo, municipales y del gobierno de Tlaxcala interesarse y apoyar la investigación de las luciérnagas, pues ayudará a aprovechar sustentablemente el recurso.
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