
Tempestad es una película desgarradora. La directora Tatiana Huezo ha convertido algo profundamente doloroso en un documento extraordinario. El filme no sólo mantiene una sensibilidad testimonial, sino que además alcanza una delicadeza artística como pocos, sobre el tema.
A través de las historias de dos mujeres con sus trágicas experiencias en un México violento, Tatiana hace más que un retrato sobre el dolor de dos víctimas, también hace un reclamo a la compasión del prójimo, provoca indignación por la impunidad que hay alrededor de los casos y eriza la piel con pinceladas fílmicas que utiliza la cineasta para no hacer explícito el sufrimiento en el rostro de sus testigos, sino que usa su voz para que cada espectador se cree su propia imagen de una persona que sufre y, con ello, es inevitable pensar en la posibilidad de que alguien de nuestro entorno cercano puede ser la víctima.
Hay mucho de poético en lo visual. Lo que vemos es un naturalismo duro y cautivador, si bien no de una forma bella, sí de una composición que proviene de una mirada atormentada que impacta. Tatiana Huezo presenta este fin de semana uno de los mejores documentales que se han visto, porque desde todas las aristas toca emociones con una certeza abrumadora.
La cinta está dividida en las dos historias que tienen como eje común el ser ejemplos de los daños colaterales de la guerra contra el narcotráfico y la corrupción en México. El primer relato es el de Miriam, una mujer encarcelada injustamente y que fue trasladada a un penal del norte del país, en donde se narra como el crimen organizado está por encima del gobierno.
Durante esta primera parte, Tatiana Huezo resuelve de manera estupenda el anonimato de la víctima al utilizar solo su voz mientras en la pantalla se ven imágenes de un trayecto sin tener a alguna persona presente. Las imágenes ilustran un país dolido y en el sonido de la voz se deja sentir el dolor de todo lo que vivió.
En la segunda parte, nos presenta la historia de Adela, una mujer que dedica su vida a buscar a su hija que fue secuestrada hace más de 10 años. La historia de una mujer que ha sido amenazada de muerte por hacer su propia investigación ante la indolencia de las autoridades. Ahora ella trabaja en un circo y la figura del payaso trágico le da un toque más dramático a todo lo que sucede en la vida de Adela. Estos trágicos relatos están contados en medio de un tono tormentoso, en una atmósfera tenue estupendamente fotografiada por Ernesto Pardo.
La directora nacida en El Salvador ya había demostrado su portentosa narrativa en su debut sobre la guerra civil salvadoreña El lugar más pequeño, también había pulido su sutileza ante el dolor con el cortometraje Ausencias, pero en Tempestad tiene su filme más poderoso al mostrar historias de personas vulnerables, de una forma tremendamente conmovedora, en el lado más terrible del país.
Director: Alejandro Iglesias Mendizábal (México, 2015)
El realizador Alejandro Iglesias Mendizábal se mete al mundo de los adolescentes para mostrarnos las aventuras que viven durante un día tres amigos inseparables de la Ciudad de México. El cineasta utiliza algunos recursos narrativos para utilizar el humor naturalista como pincelada de lo que él mismo denomina como la épica cotidiana de los tres muchachos. Lucas, Emilio y Rubén son los personajes de esta sensacional película sobre la amistad. A lo largo de nueve capítulos cortos nos presentan la misión que tienen de encontrar las llaves perdidas de uno de ellos que están perdidas en un montón de hojas secas en un parque, la aventura los llevará a una situación que confronta sus propios miedos. Una película divertidísima, de una anécdota alargada que no se siente forzada y con unos personajes que se vuelven entrañables. Una comedia muy inteligente.
Director: Jack Zagha
(México, 2015)
Almacenados es una película que hace algo sensacional en el cine. De un lugar y una situación en la que aparentemente no pasa nada, surge una historia que se vuelve entrañable y divertida, y que además tiene una lección de vida sobre el paso del tiempo y la confrontación de las generaciones. El cineasta Jack Zagha nos lleva a un almacén a conocer la relación que surge entre el encargado, que es un señor de tercera edad y que está a punto de jubilarse, y un joven que es recién contratado para suplirlo. De las distintas concepciones que ambos tienen sobre la vida, surgen conversaciones y llegan a situaciones que atrapan al espectador. Una película que si bien es muy interesante, también deja la sensación de que pudo haber alcanzado mayor profundidad reflexiva. Los actores Hoze Meléndez y José Carlos Ruiz fueron nominados al Ariel por este filme.
Director: Paco Arango
(España, 2017)
Más allá de las buenas intenciones que tiene el filme al tener como propósito el crear conciencia y alentar a apoyar a las personas enfermas terminales, y del entusiasmo efusivo por emitir el mensaje positivo de la vida para creer que los milagros, como documento fílmico Lo que de verdad importa se pierde en todos los clichés cursis que pudo haber encontrado. Es una película horrenda. Habla de la historia de un ingeniero incapaz de poner en orden su vida, que cuando toca fondo llega un tío rico a salvarle y lo invita a empezar desde cero en un pueblo de Canadá, con la finalidad de que cambie su forma de vivir a través de los milagros. Para ser una película que busca generar un interés respecto a las buenas causas, es decepcionante y es aterradora, la nula capacidad de generar emociones. Esta película debería de llamarse La que de verdad no importa.
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