
El Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) recibe aproximadamente 142 mil expedientes con solicitudes de registro de patentes y marcas. Esta cifra coloca al sistema mexicano en el lugar número 12 a nivel mundial en número de solicitudes procesadas, de acuerdo con la Organización Mundial de Propiedad Industrial (OMPI). Sin embargo, muy pocas de esas solicitudes son de inventos mexicanos.
Separando las solicitudes de registro de marca, que no implican un descubrimiento o invento, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) dio a conocer que en 2017 recibió un total de 22 mil 039 solicitudes de patentes, y se autorizó el registro de 11 mil 711.
Sin embargo, uno de los sectores que registró mejoras destacables en el registro de patentes es el educativo, con instituciones de educación superior y centros de investigación compitiendo por ser los que más patentes registran. Las diez universidades que mejor desempeño tuvieron en el tema de patentes durante 2017 fueron dadas a conocer por el propio IMPI.
El primer lugar volvió a ser para la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que incrementó su número de patentes de 42, en 2016, a 53 en 2017; seguida del Instituto Politécnico Nacional que alcanzó 36 patentes este año, menos de las 46 en 2016, y del Tecnológico Nacional de México que pasó de 10 patentes, hace 2 años, a 28 el año pasado.
En cuarto lugar destaca la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla con 23 patentes en 2017 (frente a 33 de 2016); la Universidad Autónoma de Querétaro con 16 (15 en 2016), la Universidad de Sonora con 12 (7 un año antes), la Universidad Autónoma Metropolitana 11 (7 en 2016), la Universidad Autónoma de Nuevo León con nueve (igual que en 2016) y finalmente el Tecnológico de Monterrey con ocho patentes (menos de las 13 del año anterior).
En cuanto a las instituciones de investigación, la más destacada fue el Centro de Investigación en Química Aplicada (dependiente de Conacyt), con 26 patentes en 2017, con lo que le quitó el primer lugar al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) que registró 24.
En tercer lugar se ubicó el Instituto Mexicano del Petróleo con 17 patentes, el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del estado de Jalisco con 14, el Centro de Investigación en Materiales Avanzados con 13 y el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica con seis.
El top ten lo completan el CIATEC, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Investigaciones Eléctricas con cinco, cuatro, dos y cero patentes registradas el año pasado respectivamente.
En los últimos años se hizo un esfuerzo para difundir la cultura de la propiedad intelectual en la academia, la industria y el propio gobierno.
Los stands y conferencias del IMPI están presentes en cientos de universidades, institutos, laboratorios de industrias y oficinas legales de empresas, con el objetivo de dar a conocer, desde los principios básicos, qué es la cultura de propiedad intelectual. Las cifras de registros, han sido la consecuencia de esta especie de evangelización legal.
Miguel Ángel Margáin, director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), afirmó que “la UNAM es el principal cliente del sistema de patentes de México”.
Desde que la CID fue creada, en 2008, hasta diciembre de 2017, esta casa de estudios ha solicitado 413 patentes, y se le han otorgado 177. Estas cifras dan un promedio anual de 42 solicitudes y 18 patentes conseguidas.
En el último año, hubo 53 solicitudes y 43 patentes concedidas. “Nunca antes la UNAM había tenido tantas patentes concedidas”, subrayó Romero, pero reconoció que “subsiste el reto de alcanzar cifras superiores, más compatibles con la dimensión del esfuerzo y talento de los investigadores”.
Fueron generadas por 178 investigadores, abarcando las áreas de energía (petróleo y energías renovables), industria aeroespacial, compuestos farmacéuticos, dispositivos médicos, sistemas electrónicos, alimentos, nuevos materiales y tratamiento de aguas residuales, detalló Romero.
De los 42 desarrollos tecnológicos participantes, se distinguieron los cinco que obtuvieron el mayor puntaje entre el jurado, que consideró mérito técnico, factibilidad técnica, atracción para el mercado, prospección de negocios e impacto social.
En el auditorio José María Vigil del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB), Romero agregó que en los equipos participaron 22 universitarios: 14 adscritos a la Facultad de Química, cinco a la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, uno al Centro de Ciencias Genómicas, uno al Instituto de Química y otro al Instituto de Geografía. También participaron seis investigadores de la empresa Polioles S.A. de C.V.
Este premio es una acción concreta para incrementar el patrimonio e impulsar la cultura de protección de los derechos de propiedad intelectual en la UNAM. Además de los requerimientos del jurado, los cinco proyectos tienen viabilidad en el mercado e impacto social.
El petróleo en su estado original contiene una cantidad importante de sólidos en suspensión, electrolitos y agua en forma de emulsión, que necesitan removerse, pues causan corrosión y contaminación en los equipos de refinación.
La invención consta de formulaciones de copolímeros de polióxido de etileno (PEO) y polióxido de polipropileno (POP), desemulsificantes del tipo agua en aceite, que son útiles en los procesos de desalado y deshidratación del petróleo. Adicionalmente, estos compuestos se pueden usar como tensoactivos o coadyuvantes para la formulación de emulsiones, detergentes, dispersantes, desengrasantes y humectantes.
Actualmente se busca meter el tema de la propiedad intelectual en la mente de donde provienen las creaciones.
Desde enero de 2013 el IMPI ha recibido un 105% de solicitudes más que la administración anterior, pero sólo en las solicitudes de mexicanos de patente han aumentado 178%. En materia de diseños industriales, han logrado tener 134% más que la administración anterior.
Otras tareas que se han fortalecido, aunque no tengan una medición en números, son los esquemas de protección para productos mexicanos de denominación de origen como el Mezcal y el Tequila, en donde cada vez más países reconocen estos productos en el mercado, como China y los 12 países del TPP.
“Se ha hecho un gran esfuerzo para tener presencia nacional con nuestras oficinas en Guadalajara, Monterrey, Puebla, León y Mérida. Esto se refleja en algunas cifras, por ejemplo: en Ciudad de México el número de solicitudes que tuvimos en 2015 fue 0.5% menor a las de 2014, pero tuvimos un 10% de solicitudes más en el resto del país.
“También se incrementaron las solicitudes de marca y diseño industrial en línea. Hoy, el 30% de las solicitudes en marcas, no se presentan en las oficinas centrales sino en las oficinas regionales del IMPI o en las delegaciones o subdelegaciones de la Secretaría de Economía. Esto está asociado a que en estos tres años, el equipo del IMPI y yo mismo hemos estado yendo a los centros de educación superior, institutos de investigación, de la familia Conacyt, de la Secretaría de Salud, de los estados, de los Consejos de Ciencia y Tecnología de los estados, de los Institutos Tecnológicos. Hemos estado viajando para poder llevar información y fomentar la cultura de la propiedad intelectual. Lo que hemos descubierto es que sí los sensibilizamos y sí se ve un incremento en las solicitudes”, agrega.
Dijo que el siglo XXI se caracterizará por la evolución de la economía del conocimiento. Por ello, las universidades deben impulsar esta cultura entre académicos y estudiantes. “Hay que acercarlos a la importancia que tiene lograr el registro de aportaciones al conocimiento y al desarrollo tecnológico en nuestro país”.
El Profopi es organizado desde hace seis años por la CID para promover la innovación tecnológica y la cultura de la propiedad intelectual entre investigadores, profesores de carrera y técnicos académicos.
Una meta que ha intentado cambiar en el IMPI es adoptar una política de puertas abiertas, escuchar, dialogar.
“No es que no hubiera antes pero sí hay que reforzar el diálogo y estar abierto a los criterios que nos manda la sala especializada de propiedad intelectual y los tribunales colegiados de circuito y si ya están diciendo que este criterio no es el correcto sino el otro, entonces adaptarnos al nuevo criterio. También tenemos que estar atentos a lo que está ocurriendo en otros países. Tener el sistema en línea y mejorar los tiempos”, indica Miguel Ángel Margáin.
Dice que sobre la reducción de tiempos en trámites también ha trabajado mucho para evitar los prejuicios y críticas que abundan sobre las resoluciones del Instituto.
-- En el tema de los tiempos, hay comentarios sobre los tiempos que se lleva el IMPI, pero esto también se ve influido por los tiempos que le dedica al trámite el solicitante, por eso se invita a que el solicitante haga sus solicitudes en línea. Ya tenemos el trámite para solicitud en línea de marca o diseño industrial y ya viene para el servicio en línea el trámite para registro de patente y modelo de utilidad; en el segundo semestre del año ya vamos a tener la solicitud de patente en línea.
Entonces, la posibilidad de que te gire el IMPI un oficio por no haber completado la solicitud debidamente se disminuye, porque si al sistema no le llenas los requisitos que te marca, no te deja avanzar a la siguiente página, es como sacar un boleto de cine o un boleto de avión. Eso te reduce los tiempos.
Hay quien te dice que en el IMPI son tardados, pero también aprendes que cuando el IMPI gira un oficio cuenta con dos meses, más dos meses de prórroga, para contestar. El usuario puede contestar al día siguiente, a los dos días o a los tres días, pero el 78 por ciento de los requisitos que solicita el IMPI se contestan en el cuarto mes, en los últimos días. Entonces el IMPI no puede avanzar con el expediente porque el usuario está aprovechando el tiempo que le otorga la ley pero tú lo puedes agilizar con la publicación anticipada y son muy pocos los solicitantes en materia de patentes que solicitan la publicación anticipada de la solicitud.
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