Opinión

11.6 MUJERES

Les tengo una buena noticia:

El gobierno de la 4T está comprometido con la protección de las mujeres y la mejora de su situación, según afirma su bien amado líder. Prueba de ello es que la mitad del gabinete son mujeres, en la Suprema Corte de Justicia habrá más ministras que sus contrapartes masculinos y ahora va una mujer a la Junta de Gobierno del Banco de México.

Tales nombramientos, sin duda encomiables, son escasos destellos en un cielo negro, porque ahí se acaba la buena noticia para ustedes en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Marchas van y vienen y la situación no mejora. En 2020 hubo tres mil 957 feminicidios y las cifras no hacen más que subir. Agosto de 2021 fue el más violento para las mujeres mexicanas, con 107 homicidios, mismos que reflejaron un incremento de 43 por ciento en comparación con agosto anterior y es la cifra más alta desde 2015 (SESNP). En síntesis, 11.6 mujeres son asesinadas diariamente.

No sólo aumentan los homicidios, sino que éstos también incrementan su violencia y modifican su modus operandi. Anteriormente, los crímenes ocurrían en las viviendas; ahora tienen lugar en la vía pública; así, nada más, en plena calle. No podía ser diferente si el nivel de impunidad es de 95 por ciento.

Ríos de tinta han corrido criticando la falta de políticas públicas contra la violencia de género, pues no sólo son los asesinatos, también están los golpes y los maltratos, así como la violencia psicológica y la económica.

Les tengo una sorpresa, estimadas lectoras:

La 4T desarrolló el “Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres”. Está muy sustentado y “propone fortalecer las capacidades y ampliar el conocimiento de las instituciones gubernamentales (…) para que los servicios de atención, prevención y erradicación sean de calidad y oportunos, para que el acceso a la justicia de las mujeres sea una realidad.”

Sólo tiene un defecto:

Desde 2019 está en calidad de “borrador”, por lo que no cuenta con aprobación oficial, ni recursos para ejercerlo.

El fenómeno de la violencia de género no es exclusivo de México, pero sí es más grave. Estudios de la Organización de la Naciones Unidas demuestran que la crisis sanitaria y económica provocada por el COVID19 también derivó en una crisis social en todo el planeta. Por ello, este año lanzó con más entusiasmo su campaña Pinta el mundo de naranja, como el llamado mundial ¡Pongamos fin a la violencia contra las mujeres YA! Se trata de 16 días de activismo para “sensibilizar sobre esta relevante lacra”, que van desde ayer y hasta el 10 de diciembre…

En la CDMX, la Torre de Rectoría de la UNAM, el Senado y un par de edificios más se iluminaron de naranja… y párenle de contar, mis estimadas lectoras. Ni un pequeño esfuerzo hizo el gobierno federal -tampoco el de la CDMX, encabezado por una mujer- para aprovechar el llamado de la ONU a fin de echar a andar una fuerte campaña de cambio social que, en mi opinión, debiera estar orientada a los hombres. Sí, somos los hombres los que tenemos que cambiar, los que debemos concientizarnos de que nos comportamos de manera tan inhumana como ilegal y cobarde. Y no se vale…

Dicen en Palacio Nacional que la atención a las mujeres no es una moda, es un compromiso.

Me imagino que el compromiso es del mismo tamaño y fuerza que el compromiso con los niños con cáncer, o el compromiso de combatir la inseguridad y la corrupción, o el compromiso de…

Esperen sentadas, queridas mujeres…

Investigación: Upa Ruiz upa@delfos.com.mx

Internet: Lmendivil2010@gmail.com

Facebook: Leopoldo Mendívil

Twitter: @Lmendivil2015

Blog: leopoldomendivil.com