Opinión

Acción penal total contra los saqueadores del país

Dijo usted en su discurso del sábado pasado, en la conmemoración del estallido de la Revolución Mexicana de 1910:

“… Siempre dijimos que Por el bien de todos, primero los pobres. Ese fue mi lema de campaña por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en el año 2000-. Pero esta expresión también implica algo no menos importante, que es atender a los más pobres para ir a la segura a contar con el apoyo de muchos, cuando se busca transformar una realidad de opresión; y alcanzar el ideal de vivir en una sociedad mejor, más justa, igualitaria y fraterna.”

CUARTOSCURO

CUARTOSCURO

Rogelio Morales

Y en su campaña electoral por la Presidencia, usted ofreció rescatar los recursos presupuestales que diversos políticos y otros tantos burócratas de alto rango, le han arrancado a las arcas nacionales mediante muy diversas fórmulas de saqueo; por propia cuenta o aliados a connotados miembros del poder empresarial del país.

La acción para rescatar esos recursos implicaría, pues, resarcirle al erario público mucho dinero que los mexicanos hemos aportado al Poder Ejecutivo Federal para el cumplimiento de sus programas sociales, económicos y políticos, purgando a medias la acción de un delito penal sumamente grave. A medias, presidente, porque sus autores merecían purgar la comisión de tal delito de acuerdo con los mandatos del código de la materia y eso, presidente, ni su gobierno ni casi todos los anteriores lo ha hecho.

Cada vez que ha ocurrido, esa suerte de proteccionismo se ha convertido en un trato preferencial a políticos, burócratas, empresarios privados y demás caterva autora de tales desaguisados; y esa es una deuda que el poder público tiene con la ciudadanía responsable, que es la mayoría de los ciudadanos.

¿Qué le parece, presidente López Obrador, la idea de que usted rompa esa inveterada costumbre de consentir a la caterva aludida y que su gobierno comience a aplicar la ley tal como es a cuantos así lo han merecido y a cuantos se unan, en el futuro, a esa pequeña pero mañosa y perjudicial minoría..?

¿Quiere usted que cuantos votaron por pretensión presidencial y lo llevaron a Palacio Nacional, vuelvan a sentir por usted la simpatía y la confianza que le otorgaron, pero ya un respetable número ha hecho sentir la decepción que usted les ha provocado?

Muy fácil, presidente, charle consigo mismo todo lo franco que deba ser, hágase un examen de conciencia como nunca lo ha hecho hasta ahora.

Todos estamos convencidos de que usted prefiere una gran historia sobre una millonaria fortuna. Lo que ignoramos es cuánto tiempo ha invertido en revisar sus equívocos y si ha intentado alguna fórmula para corregirlos.

Cree usted que “atender a los más pobres es ir a la segura para contar con el apoyo de muchos”, ¿verdad? Bueno, pues sus encuestas deben haberle dicho ya que no todos los pobres -y agreguemos a los clasemedieros-, mantenemos el criterio de que, como usted agregó hace una semana, seguimos pensando así; y que “para contar con el apoyo de muchos, la realidad de opresión no es lo único que vale para lograr un juicio público positivo”, sino que implica dar un golpe de timón en el próximo cruce de caminos, para retomar la ruta correcta…

… Una buena ruta que le demanda, junto con “el pueblo bueno” más todos sus similares y conexos, abrir las puertas de todas las celdas del país y llenarlas con toda esa mafia que atentó, atenta hoy y seguirá atentando mañana contra la moral y la ética pública.

Eso le ofreció usted al pueblo bueno si lo hacía Presidente de la República. Ese pueblo cumplió y ahora el turno es suyo. ¡Abra, presidente, el Código Penal y aplíquelo!