Opinión

Un batallón para la Riviera Maya

Los principales destinos turísticos del país deben cuidarse como instalaciones estratégicas, porque eso son. Generan empleos y divisas frescas todos los días y todas las noches. Son vitales para mantener la estabilidad social regional, de manera que el gasto en seguridad es en realidad una inversión, ya que contribuye a tener más empleos y más divisas.

Cuartoscuro

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La industria del ocio a nivel mundial, pero mucho más en países como el nuestro, enfrenta el riesgo mayúsculo de establecer el acceso fácil a las drogas como un atractivo turístico más. Es verdad que al vender droga las ganancias se disparan en el corto plazo, pero a la larga es un pésimo negocio. La lucha a sangre y fuego entre las bandas de proveedores les arrebatan a los destinos su atractivo. La sangre en las playas acaba con eso que se llama “glamour”. Una vez que se pierde no hay manera de recuperarlo. Ahí está el ejemplo de Acapulco.

Una vez que comenzaron a aparecer cabezas en la Costera Miguel Alemán quedó claro que los ´días del puerto, con la bahía más bella del mundo, como destino turístico internacional habían terminado. La responsabilidad recae en los turistas adictos, las autoridades de los tres niveles de gobierno, y la población local que relajó sus costumbres al grado de que a todos les parecía normal que los taxis fueran, en la época más oscura, narco tienditas rodantes.

Acapulco sigue operando porque los turistas del Valle de México le tienen una fidelidad a prueba de balas, pero del glamour ya nadie habla. No hay que repetir el mismo error con los destinos de Quintana Roo, emporio turístico continental. El error de origen es el mismo: acercarles la droga a los turistas hasta sus camastros en la playa, como si la cocaína fuera un coctel de camarón, es jalarle la cola al tigre. Lo que sigue son tiroteos entre bandas criminales que no tienen ningún temor de toparse con agentes del orden que casi invariablemente “dejan trabajar” a los narcos a cambio de propinas jugosas.

Los tiroteos de Tulum y Puerto Morelos, el cinismo de los sicarios, reflejan el deterioro de la seguridad en aquellos paradisiacos lugares. Las imágenes le dieron la vuelta al mundo. Como un intento serio se evitar que Quintana Roo siga la ruta de Guerrero, el secretario de la Defensa Nacional, general Luis Crescencio Sandoval, anunció la creación de un Batallón de protección turística para la Rivera Maya que comenzará a operar el primero de diciembre.

Este batallón de la Riviera May, va a contar con mil 445 agentes de Guardia Nacional, tendrá bajo su responsabilidad cuidar los destinos ubicados en Benito Juárez, Solidaridad y Tulum. Va a proporcionar seguridad a toda el área turística. Conforme vaya avanzando el año, dijo el general secretario, “vamos a irle proporcionando las herramientas para poder hacer su trabajo, el equipamiento que requiere para poder atender esta nueva misión. Y también va a poder tomarse este modelo que emplearemos aquí por primera vez, esta Guardia Nacional con su especialidad en el área turística, para llevarlo a cabo en otras áreas de la República, en los principales sitios turísticos de la República”.

Claro que no solo se trata de llevar agentes sino de hacerlo de acuerdo a un plan elaborado con información de inteligencia. Que grupos de inteligencia operativa puedan funcionar y generen los datos que requiere la parte que ejecuta todas las acciones. Esta inteligencia es la parte más importante del apoyo. La limpieza de las corporaciones policiacas locales es otro imperativo para detectar y castigar a los agentes que cobran en dos ventanillas.