Opinión
Buscan terroristas fuera… y están dentro de Estados Unidos
Fran Ruiz

Buscan terroristas fuera… y están dentro de Estados Unidos

¿Qué tiene que ver el asesinato este lunes de tres niños y tres adultos en una escuela de Nashville, Tennessee, y el de dos estadounidenses secuestrados a principios de este marzo en Tamaulipas? Que ambos crímenes fueron cometidos con armas que se venden libremente en Estados Unidos, gracias a que los legisladores republicanos vetan cualquier iniciativa para el control de armas.

Pese a que el caso de los niños muertos en la escuela presbiteriana de Nashville es más dramático que el de los adultos estadounidenses ejecutados en Tamaulipas, el primero ocasionó el silencio habitual de los republicanos y sus comentaristas afines, sólo roto para decir el ritual  de "nuestros pensamientos y oraciones están con la familia y bla, bla, bla..."—, pero no harán nada por cambiar esta anomalía, que convierte a EU en el país del mundo donde un niño tienes más posibilidades de morir a balazos en el salón de su clase.

Audrey Hale irrumpe en la escuela de Nashville derribando la puerta de cristal con su fusil automático

Audrey Hale irrumpe en la escuela de Nashville derribando la puerta de cristal con su fusil automático

Policía de Nashville

Por el contrario, el asesinato de dos estadounidenses en Tamaulipas, sumado a un informe del Congreso de EU, que denuncia que el gobierno de México "no hace nada o casi nada" para combatir a los cárteles que introducen fentanilo letal a EU, fue aprovechado por los escandalizados republicanos (que ahora controlan la Cámara de Representantes) para exigir al presidente Joe Biden que declarare a los cárteles mexicanos grupos terroristas.

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Esa arremetida republicana (jaleada, como no, por Donald Trump, al que Andrés Manuel López Obrador quiere verlo de nuevo candidato en 2024, tal es la debilidad que siente por él) tiene mucho de chantaje: si una organización criminal extranjera es declarada terrorista en EU, el país al que pertenezca dicho grupo se pone en el punto de mira de las agencias de inteligencia y militares de la nación más poderosa del mundo, que puede exigir al gobierno afectado la presencia de agentes o soldados estadounidenses sobre el terreno, o de lo contrario se castigaría con sanciones.

Pero lo que no cuentan los chantajistas republicanos es que esos “terroristas mexicanos” compran armas gracias a ellos; gracias a que los republicanos llevan décadas vetando cualquier iniciativa demócrata para endurecer el control de armas, o al menos para restituir la ley de Bill Clinton que prohibía la venta de fusiles semiautomáticos y que su sucesor, George W. Bush, nunca renovó.

Estos republicanos, que aspiran a recuperar la Casa Blanca en enero de 2025, son los mismos que ningunean una y otra vez la ofensiva del canciller mexicano, Marcelo Ebrard, para que EU se dé cuenta de que tiene que endurecer la vigilancia de las armerías que abastecen a los “clientes” enviados por los cárteles y que tienen dinero suficiente para comprar verdaderos arsenales de guerra. ¿Y de dónde amasan los cárteles tanto dinero? De nuevo, de los millones de estadounidenses adictos que compran droga al precio que sea y de la falta de control de las autoridades federales sobre los movimientos sospechosos de los bancos y de las inmobiliarias de EU, que no se preguntan cómo tantos mexicanos compran mansiones en Miami sin fiscalizar la procedencia de sus fajos de dólares.

Y este es el círculo vicioso del que no es capaz de salir EU y que arrastra en su bucle sangriento a México: No es posible atacar con eficacia a los cárteles mexicanos si no es posible evitar que compren armas en EU. Mientras los republicanos permitan que sea igual de fácil para una joven de Nashville comprar un fusil AR-15, como lo es para los narcos, seguiremos teniendo, cada poco tiempo, noticias de tiroteos en Estados Unidos y de secuestros y asesinatos en México.

Mientras todo Estados Unidos no comprenda que las armerías se enriquecen a placer vendiendo armas a mexicanos y a estadounidenses, para asesinar a mexicanos y a estadounidenses, ese círculo vicioso seguirá escupiendo muertos, muchos de ellos niños, como los 3 de Nashville (o los 19 de Uvalde, Texas; o los veinte de Connecticut).

Conclusión: si los republicanos quieren hablar de terrorismo, hablemos de terrorismo: la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), la misma que financia las campañas de los republicanos para que veten en el Congreso cualquier iniciativa sobre el control de armas, debería ser considerada en EU y en México una organización terrorista. Punto.