Opinión

Chico Che, ilumínalo

El deterioro de la relación bilateral México-Estados Unidos se agudiza. El presidente López Obrador está empeñado en descarrilarla. ¿Qué lo mueve? Nadie le pide que sea compadre de Joe Biden y Kamala Harris, nada de eso, pero sí se le exige que ponga delante de su animadversión personal los intereses de México. ¿Las decisiones que toma y la forma en que procede son lo mejor para el país?

La impresión es que no hay brújula. De la sumisión vergonzante ante Donald Trump, que dijo que nunca vio a nadie doblarse tan rápido, se pasó a una soberbia desafiante con Joe Biden. Tal parece que se carece de una estrategia definida y todo depende el humor con el que llega Andrés Manuel a la conferencia mañanera para romper lanzas o sacar del baúl de los recuerdos a Chico che y la Crisis para burlarse del enojo norteamericano.

El T- MEC se negoció en gran parte en el sexenio pasado, es verdad, pero la fase final y su aprobación se llevaron a cabo este sexenio. La mayoría de Morena en el Senado dio el aval definitivo. Nadie en el gobierno actual puede llamarse sorprendido. Si no les gustaba el contenido no lo hubieran firmado, pero lo hicieron y a los pocos días ya estaban pensando cómo darle la vuelta. El gobierno cambió las reglas del juego cuando el Tratado ya estaba en marcha con lo que inyectó una dosis de incertidumbre que es criptonita verde para los empresarios de cualquier país, no solo de Estados Unidos, que se quejaron una y otra vez con la Casa Blanca que parecía no hacerles mayor caso, hasta que por fin dio un paso al frente.

Dicen los que saben que la vicepresidenta Kamala Harris le pidió en todos los tonos al presidente mexicano que se ajustara a lo estipulado, pero AMLO no quiso corregir. Todavía falta mucho para que el problema se transforme en castigos fiscales multimillonarios que afecten a diversas ramas de la economía mexicana, no solo en el ámbito energético. Ese castigo, en un entorno de crecimiento económico raquítico y alta inflación, causará estragos. Hay etapas que se tienen que agotar para tratar de alcanzar un acuerdo. Se puede. Pero echando relajo en la mañanera y sacando el pecho para decir que el petróleo es nuestro nada aporta.

No está demás advertir que una ofensiva contra México desde EU contaría con el respaldo entusiasta de legisladores republicanos y demócratas que tienen cuentas pendientes con el gobierno mexicano. Es obvio que el presidente quiere decirle a su clientela política que defiende el petróleo mexicano, que esto no se ajuste a la verdad es lo de menos, lo importante es seguir adelante con la campaña permanente. Ahora se tratará de que toda la gente de la 4T se rasgue las vestiduras y se pongan en modo Niños Héroes.

La relación entre los dos países es compleja, pero de su buen funcionamiento depende en gran medida la economía mexicana. Las remesas que envían a sus familias los mexicanos que trabajan allá, documentados o sin papeles, han mantenido a flote a la economía mexicana estos últimos años. Más del 60 por ciento de los turistas internacionales que reciben los destinos del Caribe mexicano llegan de Estados Unidos. Lo importante es atraer inversiones que generen empleos bien pagados que beneficien al mayor número de familias mexicanos posible. Es la única fórmula conocida para generar bienestar y progreso. Solo resta pedir: Chico che, apiádate de él, ilumínalo.

AMLO en su conferencia matutina

AMLO en su conferencia matutina

Cuartoscuro
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