Las vacunas no solo han protegido a los adultos y jóvenes de tener un cuadro grave de COVID, sino que también lo han hecho con los bebés nacidos de madres que fueron vacunadas durante el embarazo. Ya hemos comentado al respecto en este espacio (febrero 22, 2022), pero un artículo recientemente publicado en el New England Journal of Medicine me pareció digno de comentar, como una evidencia más de la ventaja que han conferido las vacunas. En las redes sociales se ve que todavía hay gente que sigue creyendo que todo lo que pasa en el mundo médico es una farsa y que los gobiernos, las industrias, los políticos, los médicos, los epidemiólogos y todo el personal de salud del planeta de alguna forma se han puesto de acuerdo para engañar a todos respecto al COVID, a las vacunas y a un sinfín de enfermedades y desconfían de todo el sector salud. Me pregunto, cuando alguno de ellos se fractura, le da apendicitis, le duele una muela u orina con sangre, ¿Qué hacen? ¿A quién consultan?

Se realizó un estudio en el que se analizaron todos los ingresos a hospitalización entre julio de 2021 y febrero de 2022, de bebés menores de seis meses, de madres vacunadas o no vacunadas durante la gestación, en 30 hospitales de 22 estados de la Unión Americana. Para considerar a la madre vacunada en la gestación, debieron haber recibido las dos dosis de vacuna de Pfizer/BioNTech o Moderna durante el embarazo o al menos una dosis antes del embarazo y la segunda dosis en el embarazo. No se incluyeron bebés de madres que recibieran ambas dosis antes del embarazo, una sola dosis en total, una tercera dosis durante el embarazo o que se vacunaron después del parto.

En el período de estudio, 537 bebés fueron internados por COVID. 181 en el período en que predominaba la variante delta y 356 en el período de ómicron. El 16 % de los bebés (87 casos) nacieron de madres que fueron vacunadas durante el embarazo, mientras que 84 % (450 casos) de madres que no fueron vacunadas durante el embarazo. De los 537 casos, 112 (21 %) fueron admitidos a terapia intensiva y 64 (12 %) requirieron de ventilación mecánica. El ingreso a terapia intensiva fue menor en bebés de madres vacunadas (13 vs. 23 %) así como el requerimiento de ventilación mecánica invasiva y no invasiva. Dos bebés murieron. Ambos de madres no vacunadas.

Este trabajo muestra que, aunque se considera poco frecuente, si existe el COVID grave en bebés. 537 bebés internados por COVID en ocho meses, en 30 hospitales, es un número considerable. En un ejercicio simple estaríamos hablando de 18 niños por hospital pediátrico. ¿Qué número resultaría si multiplicamos 18 por todos los hospitales pediátricos del mundo?

La otra observación clara es que el 84% de los bebés nacieron de madres no vacunadas. La diferencia con el 16 % de sí vacunadas es abrumador. Si las vacunas no tuvieran ningún efecto se debía haber observado algo cercano al 50 – 50 %. La diferencia se observó también en quienes presentaron un cuadro grave, requirieron terapia intensiva, ventilación mecánica o murieron.

La vacunación durante el embarazo tiene el efecto de conferir protección al recién nacido durante varios meses después del nacimiento. En algunos países a partir de los seis meses ya es posible vacunar bebés. En México no sabemos cuándo, pero tenemos un problema mayor. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 (ENSANUT) apenas el 35 % de los niños de 2 años han recibido las vacunas ya conocidas para prevenir la polio, el sarampión, la tosferina, la difteria y la tuberculosis grave. Este último dato es francamente preocupante.