De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, en nuestro país la juventud representa la tercera parte de la población, es decir, 37.7 millones de personas se encuentran entre los 12 y 29 años de edad. En la Ciudad de México hay alrededor de 2 millones 637 mil 314 jóvenes, de los cuales el 64% son mujeres. Las alcaldías con la mayor población juvenil son Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón, Tlalpan y Cuauhtémoc.
En materia educativa el 45% de los jóvenes tiene hasta el bachillerato como nivel máximo de estudios, el 27% educación básica y el 24% licenciatura. Asimismo, más de la mitad de los jóvenes capitalinos se dedica a estudiar y tres de cada diez trabaja en la formalidad, informalidad y por cuenta propia.
En el aspecto de cómo viven los jóvenes es que alrededor del 37% volvió al hogar familiar porque se quedó sin trabajo; al 32% no le alcanzó para pagar la renta; 21% experimentó sentimiento de soledad y al 10% no le gustó la experiencia de vivir compartidamente.
El tema de la salud mental se ha convertido en uno de los importantes. El 15% en algún momento ha preferido morir o ha intentado quitarse la vida en una ocasión y el 8% lo ha pensado varias veces, predominando las mujeres.
También se estima que el 23% no tiene una buena comunicación con sus padres y el 35% considera que su familia no conoce lo que están viviendo, sintiendo o pensando, en este rubro, las edades más vulnerables son de los 12 a los 17 años. Del total, solamente dos de cada diez hablan con sus padres sobre sexualidad y uno de cada diez dice que no existe comunicación sobre el tema.
La Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en el 2020, reportaba que, de las 73 mil 201 personas desaparecidas en nuestro país, 75% tiene entre 15 y 30 años de edad mientras que, el 53% de los homicidios de mujeres ocurrieron en las edades comprendidas entre los 15 y los 34 años (ONU Mujeres, 2020).
Hay que reconocer los retos que se tienen enfrente, tal como la delincuencia y violencia; la contaminación; la falta de agua potable; el tratamiento y recolección de basura; así como los salarios insuficientes y la alta desocupación laboral. Se requieren más espacios deportivos, mejorar los servicios de salud pública, que la educación media y superior sea de más fácil acceso y gratuita, que haya internet público en toda la ciudad, corredores culturales, campañas contra la discriminación y mayor movilidad.
A pesar de todo ello, la Ciudad de México se ha colocado como uno de los mejores lugares para ser joven en América Latina, haciéndola el mejor lugar para vivir por sus alternativas de estudio, de trabajo, calidad de vida y para ahora para compartir departamento. Lo anterior la compromete a seguir llevando a cabo políticas públicas que atiendan a este sector de la población, brindando infraestructura y servicios entendiendo que los temas de interés para la juventud son la agenda global, la salud y bienestar, el acceso al agua limpia y saneamiento, la educación de calidad, tener un trabajo, el crecimiento económico e igualdad de género.
Por ello la urgencia de dar voz a niñas, niños, adolescentes, jóvenes y comunidades en la toma de decisiones, para generar sostenibilidad de los gobiernos en la solución de problemáticas, asegurando la corresponsabilidad en la construcción de soluciones para mejorar la situación de los sectores en situación de vulnerabilidad.
En esa ruta parece caminar la precandidata presidencial Claudia Sheinbaum quien desde ya ha planteado llevar el proyecto de la Universidad Rosario Castellanos a todo el país, convencida de que entre más educación hay menos violencia.
La juventud es clave para el desarrollo económico, político, social y cultural del país, su voz debe ser incluida en la toma de decisiones que les afectan. Después de todo, y dimensionando su importancia, debemos informar y formar a los jóvenes para que no voten por personas de derechas disfrazadas de estridencias como Milei.
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