Opinión

El escritor Javier Sicilia, su lucha contra la violencia y la carta que le escribió al presidente López Obrador

Conocía a Javier Sicilia, hace muchos años, en las oficinas de Margarita García Flores, directora de “Los Universitarios”, publicación de la UNAM. Corrían los últimos años de la década de los setenta y todos los que trabajábamos para la revista eramos muy jóvenes. Creo que Sicilia colaboraba nada más y se aparecía de pronto: alto, silencioso y, desde entonces, tenía algo de monacal. Era católico practicante, cuando nadie en esa época universitaria profesaba abiertamente una religión. Lo volví a encontrar hace, quizá, un lustro, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Era el mismo de siempre, aparentemente. A su hijo lo asesinaron a los 24 años de edad, a finales de marzo del 2011.

Javier Sicilia reprocha a AMLO

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Cuartoscuro

Los Sicilia habían hecho su vida en Morelos, donde Javier se desempeñó como Director de Difusión Cultural, Secretario de Extensión Universitaria y Director de Comunicación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. También dirigió revistas literarias . Autor de importantes ensayos como “Cariátide a destiempo y otros escombros”, y “Poesía y espíritu”, recorre varios géneros literarios y conoce de filosofía y de teología. Es hombre inteligente y bueno, que recibió el peor golpe de la vida: el asesinato de su hijo Juan Francisco Sicilia Ortega. Lo mataron a él y a otros seis chavales en Temixco, Morelos. En su lugar y en el de su mujer, yo me habría suicidado, atea y depresiva. Javier, en cambio, inició un importante movimiento: La Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad, marcha que salió de Cuernavaca el 5 de mayo de 2011, y tres días después llegó al Zócalo de la Ciudad de México.

En México el Crimen Organizado se iba apoderando de pueblos y ciudades, hasta entronizarse como hoy sucede.

Aquella vez, el 8 de mayo del 2011, el propósito de Sicilia y sus seguidores consistía en manifestar las brutales heridas con que la violencia iba marcando a los mexicanos. A esta movilización se unieron organizaciones de derechos humanos y ciudadanos de todo México. Mis amigas Alicia y Ana García Bergua, la primera, poeta, y la segunda, narradora, se adhirieron al enorme grupo que acompañaba a Sicilia, entre otros muchos escritores.

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Cuando la marcha llegó a su fin, se firmó el 10 de junio en Juárez, Chihuahua, un pacto nacional contra la inseguridad. Ojalá hubiera sido posible lograrlo, ojalá todos hubiésemos participado. De Juárez, surgió una nueva congregación de activistas sociales a la que se le llamó Marcha del Consuelo.

Desde entonces Sicilia y su gente insistió en dialogar con el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón, que había desatado la guerra contra el narco y el crimen. De acuerdo con Javier Sicilia y con otros miembros de su grupo la estrategia de ofensiva a los criminales no debía ser ésa. Tenían afinados varios puntos importantes:

Esclarecer asesinatos y desapariciones y nombrar a las víctimas.

Finalizar la estrategia de guerra y componer una auténtica seguridad ciudadana.

Combatir la corrupción y la impunidad

Combatir el origen de las ganancias del crimen organizado.

Atender a la juventud y tomar acciones para recomponer el tejido social.

No se les hizo caso . El Ejército Zapatista de Liberación Nacional se les unió, emitiendo un comunicado donde se sumaba a la terminación de la violencia.

Muchas ciudades del mundo apoyaron el movimiento de Sicilia y conformaron la Red Global por la Paz en México.

En el 2012, cuando Andrés Manuel López Obrador volvió a perder la presidencia, como en el 2006 (aunque alegue que fue un fraude), Javier Sicilia se acercó a él. Hubo diálogo y en apariencia entendimiento. Existe una famosa foto donde Sicilia quiso darle un beso en la mejilla al tabasqueño, pero éste no lo permitió, todo en son de chiste y amistad. El líder de izquierda (sic) parecía entender bien las propuestas de Sicilia y su grupo.

Sin embargo, hace un par de días apareció una carta de Javier Sicilia dirigida al presidente López Obrador en X (Twitter) en la que lo acusa de mentiroso y traidor. Cito el primer párrafo:

“¡TE LO DIJIMOS!

Séptima carta abierta a López Obrador.

Hace mucho que no te escribo. La última vez que lo hice fue en marzo de 2022, hace casi dos años. Volver a hacerlo era inútil. Me di cuenta de que, como el cantinero de “La caída” de Camus, conoces el silencio de los bosques primitivos´ y el enfado frente a cualquier ´lengua civilizada´; una especie de Cromañón extraviado en la torre de Babel que ´sigue su camino sin que nada le estorbe´. “

(Aquí escribo yo: “La caída” es una novela donde Camus aborda la desilusión que le provocaron muchos de los intelectuales en los tiempos de la posguerra y donde el escritor defiende, ante el nihilismo de sus contemporáneos, la libertad y la justicia).

Va de nuevo Sicilia:

Si lo hago ahora (escribir la carta) es únicamente para decirte en nombre de las víctimas, las palabras nada gratas, que los mexicanos solemos decir cuando algo ya no tiene remedio: ”Te lo dijimos.”

Lo hago también para hacer memoria y, a través de ella, advertirles a las candidatas a la presidencia que, de no atender seria y de manera prioritaria la tragedia humanitaria que vivimos, perderemos el país por completo: la democracia es una entelequia bajo condiciones de inseguridad, sufrimiento y violencia extremas y con un Estado capturado hace mucho por el crimen organizado.

Voy yo:

Sicilia le recuerda a Andrés Manuel que tuvieron una reunión en las oficinas de Alfonso Romo, en marzo del 2018, en la que el entonces candidato a la presidencia dijo: “yo sé que hay que hay que hacer para sacar adelante a este país, pero sobre este asunto, no sé nada. ¡Ayúdenme!

Poco más adelante, Sicilia expone: “la indignidad de tu memoria dirá que mentimos. Pero todo está en YouTube”.

Más adelante agrega: “Nunca sabremos el motivo de tu traición y tu desprecio.

Lo cierto es que al final de tu sexenio, fracasado y, como tus antecesores y la mayoría de los criminales en México, quedarás impune.”

Para Sicilia “México y sus instituciones están capturados por el crimen organizado y dañados moral y políticamente de manera grave”.

En fin, el reclamo de Javier Sicilia continua. Es muy duro todo lo que dice y, probablemente, cierto. México entero se encuentra en una laguna de sangre.

En lo personal, nunca me gustó el acercamiento de Sicilia con López Obrador, pero comprendo su esfuerzo gigantesco por librar al país del crimen organizado, el que, llámese como se llamara el grupo delictivo que asesinó a su hijo de 24 años y a sus amigos, es uno más de los muchos que hay.

Mi cariño siempre para el poeta Javier Sicilia.