Opinión

EU: un gobierno de ancianos

El presidente Joe Biden cumple años el 20 de noviembre y aunque en realidad no tiene mucho que celebrar pues su popularidad es de solo 39 por ciento, festejará su cumpleaños número 80. Con esto Estados Unidos por primera vez en la historia tendrá un jefe de la Casa Blanca octogenario.

Y si decide reelegirse y gana un segundo término, tendrá 82 cuando tome posesión del cargo y lo concluirá a los 86.

Joe Biden habla durante un acto en Washington el jueves 15 de septiembre.

Joe Biden habla durante un acto en Washington

EFE / Jim Lo Scalzo / Pool

El mandatario romperá así la barrera de la edad, algo que actualmente se ve en casi todos los campos, pero es más notorio en los políticos ya que se niegan a retirarse por edad como era costumbre.

Quizás se debe a que la medicina moderna los mantiene más saludables, o quizás son los procedimientos cosméticos, pero el caso es que aquí los más poderosos políticos de la Tercera Edad están aferrados al poder: Nancy Pelosi, líder de la Cámara Baja y la segunda en la línea hacia la presidencia, tiene 82, está en el cargo desde 2003 y piensa presentarse a la reelección en noviembre. Su segundo de abordo, Steny Hoyer tiene 83.

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El Senado a su vez, es también el de miembros más viejos en la historia: Edad promedio 65, con el líder de la mayoría demócrata Chuck Schumer de 71 y su contraparte, el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell de 80.

Otro caso es la senadora demócrata por California, Dianne Feinstein, que tiene 89 años, ha sido reelecta cinco veces y su actual término finaliza en 2025 cuando tendrá 92. De ella, el diario “San Francisco Chronicle” ha dicho que su memoria está deteriorarándose, no puede cumplir con sus obligaciones sin ayuda de sus asistentes ni puede realmente representar a los 40 millones de californianos.

Sin embargo el tema de la edad de los políticos es uno difícil de tocar sin que se interprete como discriminación y si los electores siguen reeligiéndolos. Pero cada vez surgen más voces que proponen se establezca una edad límite para estar en un cargo público y se dé así oportunidad a nuevas generaciones

El hecho de que los líderes en Washington se aferren al puesto a pesar de su avanzada edad, puede tener graves consecuencias. La magistrada de la Suprema Corte, Ruth Bader Ginsburg, murió a los 87 estando en funciones, lo que permitió que Donald Trump, entonces presidente, inclinara la corte hacia la extrema derecha.

De Biden, quien seguro buscará cuatro años más a pesar de que a dirigentes de su propio partido les preocupa su edad, “The New York Times” ha dicho que “si bien tiene una energía impresionante, luce mucho más viejo, se tropieza al caminar y con frecuencia se le traba la lengua”.

En países desarrollados la edad promedio de los jefes de estado es 50. Emmanuel Macron en Francia, fue electo a los 39. Tres de cada cuatro estadounidenses, según una encuesta de CBS, creen que es hora de sangre nueva y fresca.