Opinión

Ahora, las falacias de Sheinbaum

Ingenuo de mí, pensé que al tener una formación científica, usted tendría más rigor en su pensamiento y narrativa. Sin embargo, en unos cuantos días de pre-campaña, ya ha soltado unas medias verdades alarmantes.

Claudia Sheinbaum inicia su precampaña presidencial

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Cuartoscuro

Me dirá que con tal de ganar el voto todo se vale; o que si le ha funcionado a Andrés Manuel López Obrador para qué cambiar de guión.

Constantemente repite usted a los asistentes a los mítines que “antes del 2018, vivimos un modelo económico, un régimen de corrupción que se llamó neoliberalismo.” No engañe al pueblo; el modelo económico es uno y la ética política es otra. No son sinónimos, ni concomitantes.

Para empezar, en México no se vivió el neoliberalismo tal cual, porque tanto la educación, la salud y los servicios públicos han sido y siguen siendo una obligación constitucional para el Estado y, por ende, los gobiernos de turno los han brindado a la población. Nunca, nadie, y mucho menos el Frente Amplio por México, ha planteado la posibilidad de privatizarlos, como usted afirma implícitamente. No se vale, doña Claudia, andar asustando a electorado con la pérdida de derechos con tal de bajarle simpatías a su adversaria.

La parte del neoliberalismo que sí se vivió en México fue la apertura comercial, concretándose en el Tratado de Libre Comercio, ahora T-MEC. ¿Por qué no le cuenta a la ciudadanía que usted ha prometido mantenerlo?

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También es cierto que en el pasado se liberalizaron ciertos sectores antes reservados, como la producción de energía eléctrica, pero quedó en manos del Estado la distribución; lo mismo ocurrió con la exploración de yacimientos de petróleo, manteniendo en Pemex la refinación. El argumento para abri estos sectores fue, entre otros, la falta de recursos; bastante hay de cierto en esto, pues ningún gobierno ha tenido la fuerza, ni la decisión para promover una reforma fiscal, ni para cobrar impuestos a la economía informal, y así contar con más dineros. ¿Usted sí se va aventar esa bronca tan necesaria o va a seguir endeudando al país?

La corrupción no tiene qué ver con el modelo económico, sino con la ética de su clase política, así como con la honorabilidad de funcionarios y ciudadanos. Lo que sí está directamente relacionado con el combate a la corrupción son los esquemas firmes y permanentes de transparencia y rendición de cuentas; así que no se vaya a morder la lengua, doña Claudia, porque si ha habido un gobierno que ha boicoteado dichos esquemas ha sido la 4T, empezando por el INAI y el Sistema Nacional Anticorrupción.

¿Hubo corrupción en el pasado? Sí. ¿Hay corrupción ahora? También. Los hechos están a la vista, aunque la 4T se haga de la vista gorda. Van aquí algunos ejemplos de los muchos que he citado en este espacio; entre paréntesis, la fuente a partir de datos OFICIALES:

Tres transacciones en PEMEX por casi 12 mil millones de pesos fueron con una empresa fantasma y 32 operaciones con empresas de reciente creación por 11 mil millones de pesos (Mexicanos contra la Corrupción, 2021).

57 por ciento del presupuesto asignado a PEMEX Exploracióm y Producción para la conexión de la plataforma Ayatsil C presentó irregularidades (Auditoría Superior de la Federación, 2022).

Las tres megaobras, además de su dudosa rentabilidad, han duplicado sus costos, los cuales rondan por los ¡883 mil 800 mil millones de pesos!, equivelentes a dos años del presupuesto de la SEP. Los contratos fueron sellados por decreto presidencial; por fortuna, la Suprema Corte de Justicia de la Nación recién ha declarado improcedente tal decreto.

74 por ciento de las compras y contrataciones gubernamentales han sido por adjudicación directa o invitación restringida (MCCI e IMCO, 2023).

Nueve mil 500 millones de pesos fueron defraudados en SEGALMEX, la estafa más grande registrada (MCCI y SFP, 2021).

México permanece en la lona en el Índice de Percepción de la Corrupción, ocupando el lugar 128 de 180 países (Transparencia Internacional).

En su discurso del miércoles, en Tabasco, usted afirmó que “antes había programas sociales que compraban votos”. No lo dudo, como tampoco que ahora sea igual a partir de testimonios de beneficiarios. Pero hay algo más, doctora Sheinbaum, la ASF ha señalado en más de una ocasión que dichos programas no cuentan con indicadores de éxito, lo cual sí ocurría antes.

Ahora que si tanto le preocupa que los programas lleguen a los más pobres, le recuerdo que LICONSA rasuró el padrón y “dejó fuera del reparto de leche a 470 mil personas, subió 150 por ciento su precio y eliminó de su lista prioritaria de abasto a 67 de los municipios con mayor marginación” (MCCI, enero 6, 2022).

Usted ofreció en Tabasco que va a “conservar y profundizar” el legado de AMLO. O sea, que ya desde ahora nos augura que, de ganar la Presidencia, vamos a estar peor.

Gracias por avisar.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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