Opinión

Entre Guacamayas y verdades ocultas

A Andrés Manuel López Obrador parece no preocuparle mayormente el ciberataque recién sufrido por la Secretaría de la Defensa Nacional; sería por eso que minimizó el robo masivo de información.

López Obrador durante su conferencia matutina

López Obrador durante su conferencia matutina

EFE

¡Craso error..!, porque es un asunto de seguridad nacional.

Partamos de la base de que Guacamaya Hacks (GH) es un grupo de ciberactivistas que no roban información para enriquecerse, sino para hacer un posicionamiento político. GH se manifiesta anticolonialista y antieuropeizante, pero sobre todo antimilitarista, pues percibe a los ejércitos como “fábricas de asesinos, violadores y personas paranoides.”

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En su wiki oficial afirman que les “gustaría que todos tuvieran acceso a la filtración”, pero al mismo tiempo se contienen porque “en este caso no es posible, ya que hay información que en manos de narcos podría poner en riesgo a mucha gente.”

Según GH, hasta ahora tres medios -Latinus, El País y Animal Político- han descargado la información sustraída a SEDENA, pero está disponible para todo aquel periodista que desee conocer ese enorme volumen de correos, documentos, fotos y videos.

Por supuesto que estoy a favor de la máxima transparencia y publicidad de las acciones y obras de gobierno, pero todo tiene un límite. Me explico: me interesa saber cuánto y en qué se han gastado los recursos destinados al Tren Maya, los Fondos de Estabilización Presupuestaria y medicinas, por citar los primeros ejemplos que me vienen a la cabeza.

Ningún dato ahí expuesto pone en riesgo la integridad de nuestro territorio, población y/o instituciones, por lo cual no presenta ninguna amenaza política, militar, social y/o económica para que México siga adelante.

Sin embargo, con el hecho de difundir que el aeropuerto de Cancún no cuenta con el suficiente personal militar para resguardar la seguridad de sus instalaciones y de su aduana, pues ya estamos hablando de otra situación, como que la delincuencia organizada podría aprovechar tal vulnerabilidad para realizar cualquier hecho criminal que le venga en gana.

A mí, por lo pronto, me conduce a preguntar por qué una instalación estratégica como ésta no cuenta con un adecuado resguardo y si la razón de tal deficiencia es que los militares andan construyendo aeropuertos y trenes. Incluso me resulta ingenua la declaración de GH respecto a la contención de la información relacionada con el narco, pues ésta no es la única forma de delincuencia organizada.

Por lo que hace a la SEDENA, no puedo ni imaginar la cantidad de protocolos, procedimientos y planes que tendrá que modificar. El periódico español EL PAÍS ya encontró los nombres clave con los que el Ejército mexicano se refiere al presidente y su familia, las tareas asumidas por un grupo de soldados en sustitución del Estado Mayor Presidencial y hasta cada cuándo cambian la jardinería en Palacio Nacional.

En alguno de los documentos puestos por GH como muestra está el reporte PI(SIIO)-392, donde se hace referencia a las actividades de seis líderes político-sociales de grupos antisistema, como el Ejército Popular Revolucionario y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (febrero 6, 2022). Se intuye que el seguimiento tiene ya varios años y no creo que para dichos líderes sea una novedad que la SEDENA los espíe. El punto es que dichos grupos sepan hasta dónde y a través de quién…

Por otra parte, el hackeo va a poner en aprietos la racionalidad de este gobierno. Más que en resultados u obras concretas, la administración lópezobradorista se basa en una narrativa muy emocional de la que su vocero es el propio presidente y sobre la cual no acepta ninguna confrontación bajo la premisa de que él tiene “otros datos”, los únicos válidos.

Conforme los periodistas escarbemos en la información hackeada, surgirán muchos artículos, notas y columnas cuestionando la veracidad de lo dicho por el presidente con anterioridad. En algunos casos habrá disfrazado la realidad por razones de Estado, lo cual considero justificable. Pero en otras, habrá encubierto la verdad por interés político y para que su popularidad no decaiga en las encuestas.

Dice el presidente que “el que nada debe, nada teme”. No será así.

Los mexicanos -pro peje y anti peje- veremos que el presidente sí nos debe: Nos debe la verdad.

Así que, mis estimados morenistas, también ustedes empiecen a temer…

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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