Así que el presidente la quiere invitar a tomar un café en Palacio Nacional como para la próxima semana… Claro, a usted y a los otros 10 consejeros electorales. Según expresó ayer Andrés Manuel López Obrador, es el momento de “iniciar una etapa nueva”.
Sin duda. Solo habrá qué ver qué entiende AMLO por una nueva etapa, sobre todo ahora que la segunda parte del Plan B de la Reforma Electoral (RE-B-2ª), que tanto anhelaba el presidente, sigue suspendida en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Seguramente usted está enterada de que el proyecto de resolución sobre RE-B-2ª presentado por la siempre dócil ministra Yasmín Esquivel fue rechazado en la Segunda Sala por mayoría de votos y, por lo mismo, otro ministro deberá preparar un nuevo proyecto. Celebro esta decisión de la Corte, pues casi es seguro que los comicios de 2024 se organicen con las leyes y el INE que todos conocemos.
Supongo que usted también lo celebra, pues no tendrá que organizar comicios y, al mismo tiempo, reestructurar -por no decir anular- el INE como lo pretendía la RE-B-2ª. Además de que le faltan muchos nombramientos por consensuar dentro del Instituto y el trabajo pendiente es abrumador.
Quien seguramente no celebra la decisión de la Corte es el inquilino de Palacio Nacional. No se trata solamente de una derrota política, sino de ciertas complicaciones que la negativa implica para Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López.
Cuando le hablo de complicaciones me refiero a los dictámenes de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, la cual ha determinado que las tres principales corcholatas están vulnerando la equidad de la contienda con sus numerosos actos y piezas de promoción. “Los tres funcionarios denunciados han asistido a eventos masivos en distintos puntos de la República Mexicana; se continúan pintando bardas, colocando lonas. (…) Por tal razón, se siguen recibiendo escritos de queja” en la Comisión (31/05/23).
Y que conste que desde el 26 de abril, el INE había ordenado a las corcholatas deslindarse de las promociones y solicitar que ya no se hicieran más. Pero creo que les entró por un oído y les salió por el otro… a los simpatizantes de cada corcholata, no vaya usted a pensar mal.
Podemos discutir incansablemente si los aspirantes y/o sus simpatizantes tienen el derecho humano de expresar sus apoyos. Que la gente le grite “¡presidenta, presidenta!”, pues ya es asunto del pueblo bueno y sabio.
También podemos polemizar eternamente si con el #EsClaudia o #ConMarceloSí se configura la violación a la ley electoral, pues los “hashtags” no contienen “un llamado expreso al voto a favor de la candidatura.” Como es evidente, los creativos de las corcholatas caminan en el límite de lo legal, pero ciertamente ya rebasaron el límite de la equidad entre sí y para con el candidato de la oposición.
No la va a tener fácil el INE con tales abusos, máxime que nadie sabe de dónde sale el dinero, ni cuánto han gastado los aspirantes en cientos de bardas y múltiples eventos masivos por todo el país.
Mire, doña Guadalupe, a mí sí me gustaría que el INE entrara en una nueva etapa, pero no como la que imagina el presidente. Me gustaría que los partidos respetaran la ley que, cuando ya están en el poder, les estorba o la usan para fines propagandísticos. Mire:
Se queja don Andrés de que el INE no sancionó la introducción de los dineros de Odebrecth en la campaña de Enrique Peña Nieto. Lo que no dice es que la Fiscalía General de la República nunca dio al INE acceso a la carpeta de investigación y, por tanto, el Instituto no pudo sancionar como lo marca la ley. También se queja el presidente de los fraudes electorales, pero tampoco menciona que la judicialización de tales prácticas corresponde a la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, dependiente de la FGR que no del INE.
La verdad, licenciada Taddei, me temo que ese “cafecito” en Palacio Nacional es para planchar la voluntad de los consejeros del INE sobre las complicaciones en las que se han metido las corcholatas, porque estaban contando con la RE-B-2ª y la bendición presidencial para agandallar a gusto.
Ojalá decline la invitación de don Andrés y, cuando lo haga, aguante vara. Ya sabe que el presidente descalifica a todo aquel que no le obedece. Sin embargo, entre más la ataquen, más crecerá su imagen pública. Porque dada la forma y el contexto en que usted y dos de los consejeros fueron designados, tienen ante sí el enorme reto de demostrar a los electores que efectivamente son autónomos e imparciales.
Convénzanos de que su lealtad es hacia la ley y los ciudadanos.
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