Desde hace años el gobierno mexicano trae pleito con Irineo Mújica, líder visible de las caravanas migrantes que tantos estragos han ocasionado en el país.

Irineo es oriundo de Michoacán, pero tiene papeles en regla en Estados Unidos, por lo que entra y sale del vecino país sin ningún problema. Se dice que obtuvo la nacionalidad norteamericana porque sirvió en el Ejército de aquel país.

El Instituto Nacional de Migración de plano culpó a Irineo de mentir y manipular a los migrantes.

Esto ha complicado en extremo que acepten el ofrecimiento del gobierno mexicano de regularizar su estancia en el país, lo que coloca a los migrantes ante riesgos tangibles.

Irineo, que encabeza la organización Pueblos sin Fronteras, ya estuvo preso y las agencias de inteligencia mexicana tratan de escrudiñar en su pasado para detectar de parte de quién mueve los hilos de la migración.

Los tres mosqueteros, son cuatro

Los tres presidenciables más mencionados de Morena están cómodos con la alineación.

Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal no quieren más inscripciones, aunque lo cierto es que, como en el caso de los tres mosqueteros, en realidad son cuatro. Excluir a Adán Augusto López sería temerario.

Meter otros nombres a estas alturas del sexenio no tendría sentido, porque el destape será por estas fechas del 2023 y construir de la nada un presidenciable creíble es una misión imposible. Para ganar, AMLO requirió de 18 años de campaña.

La jefa de Gobierno de la CDMX afirmó que no son necesarios los pactos de no agresión entre ellos porque todos tienen claro que lo importante es la continuidad de la Cuarta Transformación.

Tal vez sea lo más importante, pero lo cierto es que el golpeteo comenzó desde hace rato y el tema del pacto para evitar agresiones regresará para quedarse. No hay de otra.

Herencia dolorosa

Está en México una delegación del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU.

Tocó al subsecretario Alejandro Encinas recibirlos y reconocer lo mal que van las cosas en la materia en nuestro país.

Hay una crisis sin visos de solución.

El subsecretario dijo que se trata de la “herencia más dolorosa que enfrenta el gobierno”. Claro que el problema no se generó en el 2018, en eso tiene razón, pero tampoco ha comenzado a solucionarse a partir del arribo de la 4T.

Los grupos de la delincuencia organizada y sus cómplices incrustados en corporaciones policiacas actúan cada vez con mayor cinismo. Por eso la lista de desaparecidos no se achica, sino que crece, lo que es una vergüenza para el país.

No hay tiempo que perder

El presidente López Obrador regresará esta semana a Washington. Estuvo ahí en los tiempos de Donald Trump. Ni modo de olvidarlo.

Con Joe Biden todavía no logra romper el hielo de manera que la reunión del jueves en la Casa Blanca se prepara con escaso entusiasmo.

El propio político tabasqueño dijo que no están para perder el tiempo por lo que espera acuerdos concretos, no más análisis ni reflexiones.

Desde luego tiene razón. La agenda trilateral tiene asuntos que se deterioran día tras día como la migración y la seguridad.

El gobierno de López Obrador va por un acuerdo importante: que una docena de agentes mexicanos de élite puedan trabajar en territorio de Estados Unidos en el campo del tráfico de armas.

Lo que se dice en la cancillería es que no se pueden negar si quieren que el gobierno mexicano reciba de nuevo a los agentes de la DEA. No pueden perder tiempo.