Opinión

La mafia del poder, modelo 4T

Uno de los slogans de la terminología de Andrés Manuel López Obrador es, sin duda, el de “la mafia del poder”. Con ello se refiere al grupo de tecnócratas que saquearon al país. En un video gravado el 1 de diciembre de 2017, en el camino de Ometepec a Xochitepec, López Obrador, dijo que estábamos a unos meses de las elecciones y a un año de que él tomara posesión como presidente de la república. Acusó a José Antonio Meade, candidato del PRI a la presidencia de la república, por no interesarse en las comunidades más pobres y a “la mafia del poder” por no haber resuelto los problemas de la corrupción, la inseguridad y la injusticia. Se supone, entonces, que, al llegar a la Primera Magistratura, el tabasqueño acabaría con esa mafia del poder y con los problemas señalados. Además, en México imperaría la ley por encima del poder. Desgraciadamente, no ha sido así. Veamos:

El presidente con sus hijos, José Ramón, Gonzalo Alfonso y Andrés Manuel./

El presidente con sus hijos, José Ramón, Gonzalo Alfonso y Andrés Manuel./

Cuartoscuro

El Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, violando flagrantemente la veda electoral que prohíbe cualquier campaña de promoción a favor o en contra de la consulta para la revocación de mandato que se llevará a cabo, el próximo domingo 10 de abril, hizo campaña, en Coahuila y Sonora, el domingo 3 de marzo, para que la gente vote por López Obrador. Adán Augusto desafió, abiertamente, al INE al afirmar: “Es un honor que me corran por apoyar a Andrés Manuel López Obrador.” Se trata de un asunto extremadamente delicado en virtud de que el funcionario más importante de la administración pública federal, después del presidente, transgredió, descaradamente, el orden constitucional.

Otro ejemplo de la clase de patanes que ocupan altos puestos, es el de Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República (FGR) a quien, el 28 de marzo, “se le cayó el teatrito” que había montado contra la concubina de su hermano Federico (ya fallecido), Laura Morán y la hija de ésta Alejandra Cuevas. El Pleno de La Suprema Corte, determino, por unanimidad: “que la orden de aprehensión y el auto de formal prisión dictados en contra de Laura Morán y Alejandra Cuevas, respectivamente, son inconstitucionales, ya que la autoridad no acreditó los requisitos que establece la Constitución para ello.” Con todo, el presidente López Obrador ratificó su confianza en el Fiscal. Por cierto, en este tinglado están implicados Ernestina Godoy, Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, la jueza Marcela Ángeles Arrieta, quien dictó el auto de formal prisión contra Alejandra, y el juez Octavio Ceballos Orozco, que ratificó esa sentencia. Estas personas han de ser procesadas por privación ilegal de la libertad, al tiempo que se debe reparar el daño infligido a Laura y Alejandra.

Y qué decir de la lujosa mansión en Houston que habitaron José Ramón López Beltrán y su esposa Carolyn Adams. La vida de lujo que lleva esta pareja echa por tierra el discurso de austeridad al que recurre López Obrador para convencer y engañar a mucha gente. Para no hablar de los sobornos recibidos por sus hermanos Pío y Jesús, así como los contratos millonarios de su prima Felipa por parte de Pemex. Debemos agregar, a estos ejemplos, el emporio inmobiliario de Manuel Bartlett.

Han quedado impunes Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, y Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, por el accidente de la línea 12 de Metro, ocurrido el 3 de mayo de 2021, en el que resultaron 26 personas muertas. Y es que tanto Ebrard como Sheimbaum son prospectos para ser candidatos a la presidencia de la república por el partido Morena.

El sello de la casa es la impunidad. Con la llegada de López Obrador a la presidencia se ha formado “una nueva mafia en el poder” que no ha resuelto los problemas que le echaba en cara a la vieja clase política, sino que los ha agravado: la corrupción, la inseguridad y la injusticia. La determinación es clara: “unas reglas son para el montón; a nosotros nos rigen otras reglas.”

A esta nueva mafia se agrega el nepotismo: Luisa María Alcalde Luján, Secretaria del Trabajo. Una joven sin experiencia, pero hija de Berta Luján, una militante de izquierda ligada a AMLO; Román Meyer Falcón, Secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Otro joven sin experiencia, pero hijo de Lorenzo Meyer, uno de los guaruras verbales de la 4T.

En esta “élite política” hay que tomar en cuenta a los mandatarios estatales: allí tenemos a Félix Salgado Macedonio (amigo personal de AMLO) a quien las autoridades electorales le negaron el derecho a ser candidato a gobernador de Guerrero. Fácil, “El Toro” se saltó la cerca: puso a su hija Evelyn. Nadie duda que el que lleva las riendas de ese estado es “El Toro.” La hija sólo sirve de membrete.

Conviene resaltar que Félix Salgado Macedonio fue acusado, el 28 de diciembre de 2016, de haber abusado sexualmente, en al menos en tres ocasiones, de una mujer que trabajó con él durante 2016, cuando era director de un periódico en Acapulco, Guerrero.

Un gobernador que se ha convertido en un verdadero “señor de horca y cuchillo” es Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz. Entre las muchas tropelías que ha cometido este rufián se encuentra la invención del delito de “ultrajes a la autoridad”. Con base en este esperpento jurídico, han ido a parar a la cárcel cientos de personas. Cuitláhuac García se cree dueño de Veracruz.

Por lo menos las anteriores élites en el poder tenían ideas: la familia revolucionaria, la ideología de la revolución mexicana; los tecnócratas, el neoliberalismo. Esta mafia del poder de la 4T, sólo obedece a las ocurrencias del demagogo de Palacio Nacional.