Opinión
Salvador Guerrero Chiprés

Mi mitin, mayor a tu hegemonía

Lorenzo Córdova es una adecuada voz para quienes involuntariamente demuestran la existencia de la democracia. Miopía a conveniencia y sesgo a modo.

Niega la realidad política implícita en una mayoría capaz de respetar las instituciones y validarse ante ellas e insiste neciamente en atribuirle a esa mayoría la pretensión de destruir las instituciones. ¿Por qué no habría Morena de respaldar las reglas en cuyo contexto se legitimará el triunfo electoral de ese partido y sus aliados el próximo 2 de junio?

Mientras Córdova acusaba al movimiento hegemónico de la política nacional con la supuesta indisposición de respetar a las instituciones, el INE recibía a quienes respaldan a Claudia Sheinbaum Pardo al registrarse como candidata a la Presidencia de la República; Mario Delgado posaba sus manos sobre el atril con el letrero “INE” con toda la burocracia electoral detrás de él y, además, la opinión pública conocía de la convergencia, de un lado, de un segmento de la sociedad, como en 2018 y antes, renuente al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador y, de otro, de quienes respaldan a Morena autoasumidos de antemano como ganadores de la única encuesta que vale, los votos potenciales asomados en los estudios demoscópicos de toda índole.

Lorenzo Córdova durante una conferencia de prensa

Lorenzo Córdova durante una conferencia de prensa

Cuartoscuro

La democracia se construye en todos los espacios. O se atenta lógicamente contra ella intentando representarla en exclusividad rosa.

La democracia es legítima interacción de minorías y mayorías y Córdova es voz de las primeras. Los partidos políticos impulsores de la marcha, junto a una ciudadanía sustentadora de la democracia cristiana, los vestigios del priismo y el perredismo, revelaron la curiosa capacidad transformadora de mutar la “marcha” en una concentración ciertamente cercana a las 100 mil personas aun cuando con los mismos pases mágicos que critican al gobierno aseguraron ubicar en 700 mil los asistentes sin evidencia material, fotografía área o lógica compartida.

Todos los conocedores saben que la totalidad del Zócalo con la plancha y los corredores peatonales actuales se satura con 120 mil asistentes. Debemos conceder el alcance de esa cifra. La oposición previó una participación lejos de la capacidad de una marcha masiva continua. En el INE, Sheinbaum negó interés por conceder más importancia a la mención compartida ante sus apostadores. ¿Cuál democracia salimos a defender? ¿Qué tan demócratas podemos ser cuando somos intolerantes con las formas de pensar y actuar diferentes? ¿La oposición ha aprendido a ser minoría en la democracia? Y acusó hipocresía y falsedad en los organizadores en quienes no halló mérito defensor de fraudes electorales y comunidades vulnerables en la historia reciente.

En la explanada del INE, la candidata de Morena resaltó el valor de defender una versión comunitaria de la democracia en contraste con la de Córdova y la oposición. Gobernadores, entre ellos Martí Batres, así como aspirantes a serlo, entre ellos Clara Brugada, con matices diversos como las diversas voces representadas en un centenar de candidatos a diversas posiciones de representación popular, son los adversarios del discurso de Córdova y de las intenciones políticas de la oposición desde cuya plataforma de apoyo se dirigió a la opinión pública.

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El 2 de junio sabremos quiénes representan la mayoría democrática. O ya sabemos. Córdova está en su derecho de asumirse como ciudadano apartidista, aunque no lo sea y la ciudadanía mayoritaria está en el mismo de ratificarse como tal en el próximo domingo electoral.