Opinión
Arturo Ramos Ortiz

Psicosis líquida

Desde hace un año tengo que estar al tanto del agua de tinacos y cisterna en el condominio donde vivo. Tengo pocas obligaciones en la vida, así que no me opuse a ser el administrador del Condominio Nte cuando los vecinos me eligieron en ausencia. El agua, que escasea en la zona desde hace años, motiva una de las tareas cotidianas del administrador. No es nada complicado, pero hay que vigilar el nivel del líquido en los depóstitos que surten a casas y locales comerciales para, en caso de estar escasa, accionar sistemas de bombas que hacen un reparto equilibrado y evitar que a alguien se le sequen las llaves en sus domicilios. Por eso sé que en Narvarte Oriente el agua nunca olió a nada raro, que  -de hecho- siempre se mantuvo neutro, sin oler a nada. 

Eso no fue obstáculo para que en Cumbres, Universidad, Xola y Vertiz se viviera un repentino frenesí por el agua embotellada. Los Oxxos fueron vaciados y vecinos de esas calles participaron activamente en las discusiones sobre lo que había que hacer: lavado de tinacos, revisiones médicas a toda la familia y al perro.

Segundo día cerrando Avenida Insurgentes

Segundo día cerrando Avenida Insurgentes

Rogelio Morales Ponce/Cuartoscuro

Por supuesto, las escenas de vecinos llevándose a la nariz un vaso recién servido de la llave fueron frecuentes. "¡No huele normal!", señaló Don Narvartino, luego de la operación que no tenía punto de contraste en el pasado, pues nunca desprendió olor alguno su agua.

Las trabajadoras del hogar fueron más certeras para generar un diagnóstico más acertado: "Está igual que siempre".

¿Hay algo de clasismo en el comentario anterior? Sí, claro, para describir a los narvartinos y su capacidad de protesta. 

De la crisis del agua, en estos tiempos de videítos contamos con uno solo desde hace 10 días en la colonia Nochebuena. ¿alguien ha visto otro con una secuencia abriendo la llave y comprobando que en una gran área el agua está contaminada?

En la Alcaldía Benito Juárez, en colonia como Narvarte y la Del Valle suelen reclamar con ahínco lo que quieren. Manifestaciones similares se registraron cuando construían el Metrobús porque los vecinos temían que les quitaran las anchas banquetas donde dejan aparcados sus autos. Para alivio de todos, los vehículos siguen hoy en día sobre las aceras.

Ahora, ante un problema que parece estar localizado en unas pocas calles, todo el conjunto luce preocupado y con no pocos dispuestos a unirse a las manifestaciones si su nariz logra captar una mínima referencia a gasolina en su inspección, ahora habitual, del agua de la llave.

Poco ayuda asegurar a punta de pistola un pozo en Álvaro Obregón que, por lo demás, parece abastecer a más calles de las que tienen el problema. Poco ayuda que Martí intente tratar a los delvallinos y narvartinos como lo que no son (ciudadanos dóciles).

En fin, el Condominio Nte ha cortado por lo sano y va a lavar sus tinacos. Bueno... En realidad era algo que ya estaba programado.