El reto de García Harfuch
La seguridad es un derecho humano que todo estado tiene el deber de garantizar pero que desafortunadamente en nuestro país y en muchos otros no se ha podido garantizar. Los saldos que dejará el gobierno que está por terminar serán muy graves, lejos de mejorar el tema en el presente sexenio, empeoró dejando una cifra de homicidios sin precedente en la historia de los gobiernos recientes, más de 180 mil muertos, según datos del propio gobierno. Al ritmo observado, para septiembre, mes en que concluye esta administración, habrá alcanzado la cifra de 200 mil homicidios.
En consecuencia, para el próximo gobierno este será un tema toral al que se le tiene que encontrar solución, si no para resolverlo al 100%, si para detener y revertir la tendencia que ha seguido los últimos años. En todas lo estudios de opinión realizados por encuestadoras serias, la opinión de una gran mayoría de los mexicanos fue que no están satisfechos con la política de seguridad del gobierno. El diagnóstico es claro, la situación es de extrema gravedad.
En este contexto es que la semana pasada se anunció el nombramiento de Omar García Harfuch como Secretario de Seguridad Pública a nivel federal. El experimentado funcionario presentó buenas cuentas cuando estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, como parte del equipo de la exjefa de gobierno. Se espera se avoque a enfrentar al crimen organizado, no con abrazos y sin balazos, sino con una estrategia bien planeada y para ello se sabe que la secretaría a su cargo absorberá buena parte de las áreas de inteligencia de otras dependencias, como es la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que pertenece actualmente a la Secretaría de Hacienda.
Asimismo, el hijo de don Javier García Paniagua y nieto del general Marcelino García Barragán, tendrá el control del CISEN, que todavía está a cargo del general Audomaro Martínez. También encabezará un nuevo grupo conformado por SEGOB, SEDENA, SEMAR y la FGR, para la coordinación de los golpes contra el crimen y la delincuencia organizada.
El apoyo de Claudia Sheinbaum será clave para el logro de sus responsabilidades, ya que seguramente las tribus y duros de Morena que impidieron su llegada a la jefatura de gobierno de la CDMX, buscarán quitarle fuerza en el desempeño de sus nuevas atribuciones.
La coordinación será una labor fundamental, la vinculación por su autoridad y no sólo orgánica, sobre todo con la Secretarías de Defensa y Marina serán claves para el éxito de su encomienda. Lo importante es que Harfuch es un policía de alto nivel plenamente capacitado por su experiencia en el sector en los años pasados.
La labor de las policías estatales, donde existen grandes deficiencias, es un campo de oportunidad para que el nuevo secretario de seguridad meta orden y eleve la efectividad de esas policías que han permanecido marginadas en la lucha contra los criminales, donde es sabido se dan casos de complicidad entre autoridades estatales y grupos del crimen organizado, especialmente en estados como Chiapas, Michoacán, Zacatecas y Guerrero.
No será fácil intervenir en zonas donde el poder económico de los cárteles, que inclusive han extendido su poder a países fuera de México, ha crecido enormemente. Las sumas multimillonarias que manejan las organizaciones delictivas les han permitido hacerse de armas de alto poder, que en ocasiones ni el ejército posee, por lo que enfrentarlas es cada vez más complicado por el crecimiento que han tenido.
Difícil tarea pero no imposible tendrá enfrente el nuevo secretario de seguridad.
@fer_martinezg
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