Opinión

Tianguis. La fiesta se abre paso

DESDE EL TIANGUIS 1

Yoseline fue protagonista del arranque del Tianguis de Acapulco. Accesos y algunas de las principales avenidas del puerto fueron bloqueados por familiares y amigos de la chica de 16 años que un día antes había sido secuestrada. La gobernadora Evelyn Salgado reaccionó rápido, visitó a los padres y giró instrucciones a la Fiscalía para que acelerar la búsqueda. Por unas horas se expandieron las señales ominosas de otra tragedia, pero no. Yoseline apareció viva.

Foto: Especial

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La comunidad del Tianguis, que estaba conteniendo la respiración, sintió un alivio profundo que se convirtió en un buen augurio para la principal fiesta de la comunidad turística del país. La tensión se relajó y hasta comenzaron a emanar algunas bromas, como la de Adán Augusto López, secretario de Gobernación y representante personal de López Obrador, quien le dio un machucón amigable al embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, ratificando que las Barrancas del Cobre, en Chihuahua, son más bonitas y grandes que el Cañón del Colorado. El diplomático, que ya está comenzando a digerir el humor nacional, sonrió y lo dejó pasar. Ya habrá oportunidad de revancha.

La primera fiesta del Tianguis correspondió a Nayarit que ofreció un brindis a la prensa que había resistido los largos bloqueos. Nayarit comparte con Jalisco los encantos de la Bahía de Banderas. La nota fue que avanza un súper ambicioso proyecto nada menos que de Grupo Vidanta, de Daniel Chávez, el empresario turístico favorito de la familia presidencial. Seguro tendrá todo el respaldo posible para que su nuevo hotel quede listo antes del final del sexenio. Qué bueno por los cientos de familias que encontrarán una fuente de ingresos.

Los discursos de la ceremonia inaugural del evento se condensan en un mensaje claro: la comunidad turística está lista para relanzar la actividad de manera presencial y ser contendiente en esta lucha en la que participan todos los destinos del mundo por recuperar, en poco tiempo, lo perdido en dos largos años de pandemia que suponen un antes y un después para la llamada industria sin chimeneas.

Además de Adán Augusto, cuyo discurso tuvo en encanto de lo breve, la figura central de la ceremonia inaugural fue Miguel Torruco, secretario de Turismo. Es su fiesta. Sabe que el final del sexenio se ve el horizonte y buscará dejar un legado positivo de su paso al frente de la Sectur durante un sexenio que no se parecerá a ningún otro. Las condiciones derivadas de la pandemia lo hacen completamente distinto. De hecho, un objetivo claro para los próximos años es regresar a las cifras del 2019.

Torruco ha hecho más con menos, mucho menos, porque el presupuesto de la Sectur ocupa el farol rojo de la administración pública. Se dirá que se compensa de sobra con las tremendas inversiones en infraestructura en obras magnas como Tren Maya y el AIFA y el anuncio del aeropuerto de Tulum. Es cierto, el Tren Maya supone un cambio cualitativo para los estados que conforman la Península de Yucatán, pero sus beneficios comenzarán a notarse una vez que haya concluido el periodo de López Obrador como presidente y el de Torruco como secretario de Turismo del gobierno federal.