Opinión

Tianguis de Mérida. El renacer del turismo

Pronto tendrá recompensa la perseverancia del secretario Miguel Torruco y del gobernador de Yucatán, Mauricio Vila. El próximo martes 16 de noviembre arrancan los trabajos de la edición 45 del Tianguis Turístico cuya sede es la ciudad de Mérida. No fue nada fácil llegar a este momento. El estado de Yucatán invirtió tiempo, dinero y esfuerzo y no quitó el dedo del renglón cuando, por la fuerza de pandemia Covid, el evento se fue postergando. Finalmente las condiciones están dadas para que la comunidad turística del país se reencuentre en un marco inmejorable.

Especial

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Hay cosas que ya cambiaron para siempre. Las herramientas digitales han hecho su parte durante la pandemia. Se registraron avances irreversibles en el uso de las nuevas tecnologías en la práctica cotidiana del turismo. No obstante, el evento presencial es la señal de que es posible, aunque no seguro, que la pesadilla del Covid esté quedando atrás. No es gratuito que el lema del Tianguis sea “el renacer del turismo”.

El gusto por verse las caras no ocultará la problemática del sector que es amplia y compleja. No es deseable minimizarla. El primer paso para solucionar los problemas es reconocer su existencia. La pregunta pertinente que se deberá responder en Mérida es: ¿Está México listo para competir, y ganar, en la reapertura mundial del turismo? La competencia entre los destinos, que siempre ha sido dura, será descarnada en los próximos meses. A todo el mundo le urgen las divisas del turismo.

La relación del gobierno de López Obrador con la comunidad empresarial del país no es buena. Hay, de ambas partes, recelo y desconfianza. La comunidad empresarial turística no es la excepción. A pesar de que dos obras centrales de la administración están conectadas al turismo, me refiero al Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía, lo cierto es que los turisteros asumen que para el presidente el turismo no es ni con mucho una prioridad. Esto siempre me ha parecido extraño porque el turismo es un importante generador de empleos y ayuda a combatir la pobreza que son, al menos en teoría, objetivos centrales de la 4T.

El turismo es una actividad que da respuestas generosas en el corto plazo. Para moverse requiere de dos elementos centrales: voluntad política de los gobernantes y perseverancia por parte de los empresarios del sector. Los políticos van y vienen. Dentro de pocos años habrá otro gobernador en Yucatán, otro secretario de Turismo, otro presidente, pero los empresarios seguirán al frente de sus negocios.

Mención especial requiere el tema de la seguridad que, hay que tenerlo presente, no es responsabilidad directa de las autoridades de turismo de los tres niveles de gobierno, ni de los empresarios. El secretario de Turismo no tiene mando sobre las fuerzas armadas, pero sí puede gestionar el reforzamiento de la seguridad y dejar en claro ante los empresarios que tienen un pie en el negocio del ocio y otro en el narcotráfico, que no habrá paz en ningún destino mientras uno de sus atractivos sea el acceso fácil a las drogas. Tarde o temprano sobrevienen los balazos. Es una regla sin excepciones.

La razón de ser del Tianguis es la compra-venta, de modo que el éxito suele medirse en número de citas de negocios. Los expositores muestran lo que tienen y los compradores eligen lo que más le conviene. Hay que desear que sea todo un éxito y que comience a recuperarse el tiempo perdido.